Revista Diario

“Más vegetales, menos animales” de Julio Basulto y Juanjo Cáceres

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient

Si me seguís en Facebook ya sabréis que mi plan para este fin de semana era leer un libro recién publicado y al que tenía muchísimas ganas: “Más vegetales, menos animales” de Julio Basulto y Juanjo Cáceres.

Muchos sabréis también que a principios de año decidí cambiar mi vida con dos decisiones muy sencillas: moverme más y comer mejor.

He escrito varios posts sobre hábitos de alimentación, por ejemplo, en el que os cuento cómo perdí 5 kilos haciendo “vida sana” (que ya son más de 6 kg) o en el que os explico qué comer para llevar una alimentación saludable, artículo en el que comparto varios recursos que creo que os pueden orientar mucho (a mi desde luego me han resultado muy prácticos).

Cuando supe que Julio Basulto y Juanjo Cáceres iban a publicar nuevo libro me hizo una ilusión tremenda ya que creo que no sólo son dos personas que saben mucho del tema sino que son dos excelentes comunicadores. He aprendido muchísimo con ellos y cada nueva publicación que hacen es una oportunidad más para seguir avanzando en un tema que debería ser asignatura en el colegio.

En nutrición me pasa como con muchos otros temas, que una vez que comienzas a tirar del hilo, no puedes parar. Es un tema que me parece fascinante, un gran desconocido, y tengo mucho interés por seguir aprendiendo y mejorando cada día, ya que yo además partía de una alimentación bastante desequilibrada.

Quiénes son los autores

Julio Basulto es un reconocido nutricionista y dietista.

Siendo un excelente comunicador, trabaja también en RNE y como conferenciante, además de haber escrito varios libros de los que ya os he hablado en varias ocasiones, por ejemplo en el post en el que os recomiendo mis 10 libros imprescindibles sobre crianza y maternidad.

Es muy activo en redes sociales, os recomiendo seguirle en Twitter.

Juanjo Cáceres es doctor en historia. Ha dedicado su labor profesional a la investigación social aplicada a la alimentación y el deporte.

Al igual que Julio, ha publicado varios libros de divulgación y tiene un perfil de Twitter más que recomendable.

Cuál es el objetivo del libro

En la introducción del libro ya nos lo dejan claro:

“Nuestra alimentación debería basarse en más vegetales, menos animales y nada o casi nada de carnes procesadas y alimentos superfluos”

Como ellos mismos dicen, puede parecer que con grabarnos este mensaje a fuego bastaría, pero lo cierto es que el tema tiene mucha chicha.

Nos retan a contestar varias preguntas, por ejemplo:

  • ¿El vegetarianismo o el veganismo son saludables?
  • ¿El zumo de fruta cuenta como una ración de fruta?
  • ¿El vino es bueno para el corazón?
  • ¿Los productos que comemos deben ser ecológicos?
  • ¿Los alimentos fritos son el demonio?
  • ¿Hay que evitar los frutos secos?
  • ¿El desayuno es la comida más importante del día?
  • ¿Se puede vivir (saludablemente) sin tomar lácteos?

Seguro que algunas sois capaces de responderlas sin pensarlo mucho (y acertando en la respuesta), pero probablemente muchas otras no.

¿Qué se aprende leyendo “Más vegetales, menos animales”?

Tras la lectura podremos resolver esas cuestiones que nos plantean el comienzo del libro y muchas otras.

Me ha parecido un libro duro. Descubrir que nuestro patrón de alimentación es incorrecto y por ello, insano, resulta impactante. Perturbador, incluso, por todas las reflexiones que cabe hacerse.

Muchos adultos son incapaces de ponerse a si mismos en duda, aferrándose a todo aquello que aprendieron de niños. Es necesario ser humildes y tener la mente abierta, estando siempre dispuestos a aprender.

Este desasosiego ante la evidencia científica se ve muy habitualmente en temas de crianza, por ejemplo cuando hablamos de lactancia o de sillas de coche a contramarcha. Cuando al adulto se le presentan los datos y se pone de manifiesto que están equivocados y es preciso rectificar, no todos son capaces de integrarlo. Las reacciones airadas son habituales en la blogosfera y sospecho que los autores del libro estarán más que acostumbrados a todo tipo de reacciones variopintas de los lectores de sus artículos.

La parte del libro en la que hablan de la lactancia, por ejemplo, es un apartado que me ha parecido bastante crudo. Pero no menos que cuando hablan del alcohol, una sustancia que en España se consume profusamente en cualquier encuentro entre amigos o comida familiar y que en este libro veremos claramente que sólo puede catalogarse de sustancia tóxica y adictiva: en definitiva, como droga.

Puntos clave

Lo que comemos influye en nuestra salud. ¡Mucho!

Afirman que la salud no es una cuestión de suerte. La gran mayoría de las enfermedades que más nos matan son prevenibles en un porcentaje realmente altísimo evitando los malos hábitos.

Los autores hablan de S.A.L.T.A.R esos malos hábitos:

S. –  Sedentarismo

A. – Alimentación desesquilibrada

L. – Lactancia artificial

T. – Tabaquismo

A.- Alcohol

R. – Relaciones dañinas

En el libro hay muchas frases para remarcar. Una de las que más me ha impactado ha sido ésta:

“El cancer no es una epidemia. Lo epidémico son sus causas prevenibles como el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo”

(frase de Joan Massagué, uno de los más reputados investigadores en cáncer del mundo”.

“Más vegetales, menos animales” resumido en 6 puntos

Así, el libro nos ayuda a comprender:

  1. La evolución en la alimentación del hombre hasta el patrón insano que tenemos en la actualidad.
  2. Una explicación detallada sobre esos hábitos poco saludables que hemos enumerado anteriormente.
  3. El peligro de los alimentos y bebidas azucaradas, el exceso de sal, qué son los productos procesados y por qué deberíamos eliminarlos de nuestra alimentación.
  4. Que el consumo de frutas y verduras (las famosas “cinco raciones al día”) está asociado con un riesgo significativamente menor de mortalidad por cualquier causa.
  5. Que es posible llevar una dieta vegetariana o vegana y que esta sea saludable, sin que “nos falte nada”.
  6. Las otras razones por las que muchas personas deciden dejar de comer productos de origen animal: huella ecológica de la cría de animales y planteamientos éticos.

Mis impresiones

El libro me ha encantado.

De hecho, es complicado escribir una reseña que os muestre una idea general sin destriparlo por completo. Es una gran tentación porque el libro no tiene desperdicio de principio a fin y son muchas las reflexiones que pueden hacerse sobre cada capítulo. Quizá más adelante toque temas concretos en otros posts (de hecho, me gustaría hablaros de mis últimos descubrimientos acerca del chocolate)

Pero, aunque es una lectura fácil, que me ha durado dos noches, no es un libro sencillo.

Como os decía antes, hay que abordarlo con humildad, con ganas de aprender y de cambiar.

Porque aunque seguramente yo siga diciendo aquello que de algo hay que morirse, vaya ganas de morirse de algo fácilmente prevenible con unos cambios súper básicos que cuando nos pongamos con ellos veremos que apenas cuestan esfuerzo.

En cualquier caso, es un gran cambio de mentalidad. La mayoría no podemos hacer este cambio de la noche a la mañana.

Tal como describí en otros posts, mi patrón de alimentación no era nada saludable. Una dieta, en mi caso, basada en el azúcar, las grasas, los alimentos precocinados y en buena medida la carne. La fruta o la verdura no formaba parte de mi alimentación, así de claro.

Ser consciente de que no se puede seguir por ese camino de malos hábitos es el primer paso. Pero luego toca re-educarnos.

En el tema de la nutrición, no es sólo averiguar qué comer sino también aprender a disfrutar con alimentos que, hasta el momento, no nos atraían nada. Es difícil que una verdura te pueda saber  buena si no sabes cómo cocinarla y si vienes que alimentarte con productos llenos de sal, azúcar y grasas.

Personalmente os confieso que es una lucha diaria. Toda una vida de vida sedentaria y alimentación poco saludable, que en mi caso además siempre ha sido una válvula de escape para el estrés diario, no es fácil.

Cuando dejé radicalmente los helados, las bebidas azucaradas, los productos de desayuno y los congelados, perdí pesó y volumen tan rápidamente que me asusté. Fue como un globo que se deshinchaba, a punto de salir volando disparado. A tal velocidad me deshinchaba que era imposible no ser consciente de hasta qué punto ese tipo de alimentación me estaba haciendo mal.

Creo que eso fue lo que me motivó tanto a seguir y no flaquear, a pesar de que la adicción a la comida basura a mi todavía me juega malas pasadas.

Como he comentado muchas veces en redes, estoy tan contenta con el cambio de hábitos que es inevitable compartirlo con todo el mundo. Y no lo hago solamente por el peso, que en mi caso ya de por si es un aliciente porque yo no quería estar como estaba. Ni por la barbaridad de volumen que he perdido, prácticamente dos tallas (hasta el punto de que tengo serias dificultades para encontrar ropa de mujer que no me quede como un saco). Lo mejor, sin duda, es la sensación tan inmediata que tuve desde el principio de haber ganado en salud.

¿Lo recomiendo?

Si queréis tomar decisiones sobre lo que coméis cada día basadas en la evidencia científica y ser un poco más libres de elegir (libres del todo no somos porque la industria manda mucho), es el libro perfecto.

No penséis que el libro está centrado en el vegetarianismo no porque no es así.

El libro se centra en explicar cuál es el patrón de alimentación normal, el que deberíamos llevar todos, y cuáles son esos hábitos insanos que nos están mandando.

Dónde comprarlo

Podéis comprar el libro en Amazon, tanto en formato papel como formato electrónico.

Yo lo compré para el Kindle por poco más de 6.50 euros; me parece un auténtico chollo.

Seguro que también estará ya en las principales librerías.

Si leéis “Más vegetales, menos animales” de Julio Basulto y Juanjo Cáceres me encantará que compartáis conmigo vuestras impresiones.


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