Revista Cultura y Ocio

Más venas abiertas

Publicado el 26 septiembre 2016 por María Bertoni
El film de Lepore se estrenó el jueves pasado, sólo en el cine Gaumont.Aún cuando no contó con apoyo del INCAA, el film de Lepore se estrenó sólo en el cine Gaumont.

Multinacionales expoliadoras, Estados subordinados a intereses corporativos, pueblos combativos, la Pacha Mama avasallada son los cuatro grandes protagonistas de Olvidalos y volverán por más, documental que Juan Pablo Lepore filmó a caballo de Argentina y Canadá, y que desembarcó el jueves pasado en el cine Gaumont. El largometraje de casi dos horas de duración ofrece un informe pormenorizado del daño irreversible que la llamada megaminería está provocando en nuestro planeta en general y en los dos extremos del continente americano en particular. Por la problemática que aborda y por el contexto del estreno (días después del derrame de solución cianurada registrado en la localidad sanjuanina de Veladero), la película interpela al sujeto político antes que al espíritu cinéfilo.

Lepore arranca su denuncia cinematográfica con registros periodísticos del ruidazo que una buena porción de argentinos protagonizó meses atrás en rechazo al aumento de tarifas que el gobierno macrista habilitó para los servicios de gas, electricidad y agua. De esta manera, el realizador llama la atención del compatriota desprevenido que sabe del tarifazo, pero que lo desconoce como contracara de los beneficios –impositivos entre otros- que nuestro Estado les concede a las corporaciones extractivistas.

Por otra parte, Lepore aprovecha esta introducción para presentar a dos de los protagonistas mencionados: un Estado funcional a los intereses empresariales y una ciudadanía dispuesta a resistir. A la naturaleza ultrajada, la retrata con dolorosas filmaciones de ríos contaminados, montañas detonadas, cuerpos intoxicados. A las multinacionales criminales, las representa con imágenes de maquinaria pesada, edificios imponentes, rostros de algunos ejecutivos, y con anécdotas siniestras como aquélla en torno a la prohibición del libro Negro Canadá.

El film avanza por dos arterias principales… Argentina y Canadá son los extremos de la primera, que da cuenta de la envergadura global -o al menos continental- de la devastación. La doble Presidencia de Carlos Menem y el mandato en curso de Mauricio Macri son los extremos de la segunda recta, que traza cierta continuidad histórica a nivel nacional.

Ambas líneas de desarrollo corren el riesgo de resultar indigestas. La primera, a los espectadores convencidos de que Canadá es un país ejemplar en materia ambiental y de Derechos Humanos. La segunda, a aquéllos con simpatías menemistas, macristas… y kirchneristas.


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