Matar al padre. Y al poeta

Por qué obviar los pájaros

si su canción anida en nuestro pecho.

Las sustancias químicas albergan el milagro

y las celebraciones,
colorean un instante, un clic,
un fotograma lanzado al espacio-tiempo.

Tantos poetas y tan pocas balas.

Célebres frases sobre los muros

y silencio detrás de las puertas,
los baños públicos y los medios de transporte.

Ahora que conozco el fermento y el poso,

la suave balada de las uvas rojas,
paladeo el aroma del calendario,
las fechas señaladas y las quinielas fallidas.

Quise ser un mensaje de whatsapp

y esconderme bajo los cojines del sofá,
convertir el brío del otoño
en energía eólica
y suceder a los héroes y los dioses,
ser el vino de los amantes,
la fragua de vulcano dando forma a los días.

Interminables jornadas de trabajo

por un precio fuera de convenio.
Agotador incendio bajo las sábanas.