Revista Cultura y Ocio

Materialistas y pedantes

Por Daniel Vicente Carrillo


Materialistas y pedantes

Y ahora, Señora, creo que no necesitaré emplear muchas palabras para mostrar que así como el conocimiento es situado en cosas tales que no resultan perceptivas para el intelecto, es por este motivo generalmente indagado con métodos erróneos. Baste para ello comparar los métodos de uso común con aquellos que hemos fundamentado y demostrado, y se percibirá inmediatamente la falsedad y la irregularidad de aquéllos. En primer lugar, consistiendo el primer método general de la sabiduría en consultar el divino λόγος o Mundo Ideal, el Mundo de la Luz, la Luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo, la generalidad de los estudiantes apenas si sueña algo así, o efectúa algún postulado de este jaez, sino que se aplican por completo al Mundo Ectípico, el Mundo de la Oscuridad y las Tinieblas. Certifican de este modo la protesta de Dios por el profeta: "Mi pueblo me ha abandonado a mí, fuente de aguas vivas, y cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua."
De nuevo, mientras que otro medio particular consiste en la Atención y el Pensamiento, es en general tan poco observado, que no hay especie de hombres que piense tan poco las más de las veces que la mayor parte de quienes están dedicados al estudio de la Ciencia y el Conocimiento. Es así que no consideran ningún área de estudio ni ningún progreso en las etapas del aprendizaje más que como un modo más grave de estar ociosos. Así, sólo estudian cuando hacen pender sus cabezas de un viejo pliego con moho, mientras componen gigantescos lugares comunes y rellenan sus recuerdos con frases grises y dichos venerables. Así gastan su tiempo y su tinta, y habiéndose embarullado con la compañía de libros (la mayoría de los cuales tal vez fueron escritos con tan escaso criterio como aquel con el que son leídos) se tienen por hombres cultos, siendo el mundo a menudo de su misma opinión, pese a no haberse convertido en maestros de ningún sentido o noción, ni ser capaces de demostrar una sola verdad sobre firmes principios en un proceso lógico.

John Norris

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