Revista Opinión

Me consta

Publicado el 15 febrero 2016 por María Pilar @pilarmore
Me consta
El niño que jugaba con un balón en el patio del colegio soñaba con ser deportista de élite y se esforzaba sacrificando el tiempo de los recreos para conseguir su objetivo. A cambio, la vida le dio prestigio como deportista y empezó a mirar de frente a los que estaban en la cima de la escala social. Se casó con una princesa de las de verdad, tuvo hijos guapos y todos juntos vivían en un inmenso palacio de cristal. Y colorín, colorado…¡No! no se ha acabado. En el palacio había una puerta giratoria que llevaba por un pasadizo secreto a la cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones y allí entró a participar del reparto de todo lo robado, simplemente por su cara bonita y por posar los veranos en Marivent. Es verdad que al principio sintió un cierto olor a podrido en aquella cueva, pero su fina pituitaria se fue acostumbrando, al fin y al cabo actuar al margen de la ley no era tan complicado y le ofrecía todas las satisfacciones que un hombre como él podía soñar.¡Qué papanatas los que creían en la honradez y el esfuerzo! Zarandajas de un tiempo muy pasado de moda. Él bien sabía que ser honrado era como ser bueno y ser bueno sinónimo de tonto. De él no lo dirían, porque a listo nadie le iba a ganar.Ahora se sienta en el banquillo de los acusados por todo ello y será la voz de la justicia la que diga si fue tonto o se pasó de listo. Pero… ¿podemos confiar en la justicia cuando empresarios, banqueros, políticos y jueces han tejido con la “marca España”  la caja de Pandora de la que se desprende un olor nauseabundo hasta provocar el vómito? Y ¿hacia dónde miraban los responsables que han permitido tanta corrupción? Hoy simplemente contestan con un lacónico: “No me consta”©María Pilar

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