Me encanta la conciliación

  Viñeta sacada del blog Miki y Duarte (humor gráfico de actualidad)
Mi marido trabaja en una empresa que ha sido comprado por otra. Hasta ese momento entraba a las nueve y salía a las siete de la tarde con dos horas libres al mediodía, así que lo que se dice conciliar con la vida familiar poco. Pero por lo menos por las mañanas desayunaba y vestía al mayor y así compartía  un rato con él porque cuando llegaba a casa por la noche el niño ya estaba en la cama.
La nueva empresa tiene un horario de ocho de la mañana a tres de la tarde con una tarde a la semana que trabajan. Lo que se dice un horario perfecto para conciliar. Madruga más pero puede estar prontito en casa. Estábamos tan contentos por el nuevo horario que iba a tener. Que ilusos, hubiera sido demasiado bueno que cumplieran el horario. El horario real depende del jefe que te haya tocado en suerte y resulta que a mi marido le ha tocado uno que no debe tener familia, ni amigos, ni vida personal , ni na de na porque están allí de ocho de la mañana a siete o ocho de la tarde, eso si, puede parar a comer casi una hora, todo un lujo. Aunque lo de pagar horas extras como que va a ser que no.
Conciliar si antes era poco ahora es nada. Como se va una hora antes de casa ya no ve a los niños por la mañana, pero tampoco los ve por la noche porque llega a la misma hora que antes e incluso algunos días más tarde. También ha perdido las dos horas del medio día que si bien no servían para nada productivo le permitían relajarse un rato.
Por ahora nos quedan los fines de semana para tener vida en común aunque como están las cosas en cualquier momento le hacen ir también. Y no lo voy a negar, estoy bastante quemada con este horario tan conciliador.