Revista Diario

¿Me estoy equivocando?

Por Belen
¿Me estoy equivocando?
Esos días donde la cabeza te va a estallar, donde de sobra sabes que estás a más cosas de las que puedes, pero es lo que hay, no queda otra. Y es justo cuando te planteas esa pregunta maldita relacionada con tu hijo, ¿en qué me he equivocado?
No sé si os habrá pasado, bien por la sombra de la culpa que se empeña en acompañarnos continuamente, bien porque las cosas no salen según lo planeado, a lo largo de estos 7 años de maternidad me he planteado muchas veces esto, ¿lo estoy haciendo bien o me estoy equivocando? Y sólo con formular la pregunta me entran ganas de llorar porque siento una carga sobre mis hombros demasiado intensa. 
Rayo es un niño de fuerte carácter que tiene por costumbre ponerme a prueba, retar mi paciencia y por supuesto poner al límite mi estado de ánimo. Bien es cierto que no me he limitado a quejarme, siempre intento mirar hacia adentro y ver qué puedo poner de mi parte para hacer que la situación mejore. Confieso que me ha dado muy buenos resultados, eso y el autocontrol. Mucha respiración, mucha retención, ¿será por eso que me arrojé a los brazos del yoga, la mediatación y el reiki? Lo importante es que ha ido funcionando. Aunque, vamos a ser honestas, soy humana y esto no siempre funciona. 
He tomado algunas decisiones en mi vida, a veces forzada por las especiales circunstancias que nos han tocado, otras por propia elección, que han determinado la crianza de Rayo. Y ahora, confieso que dudo. ¿Han sido las adecuadas?, ¿todo esto es bueno para él?
A veces veo que la vida de mi hijo es muy diferente a la de otros niños. Soy una madre que trabaja desde casa, lo que implica que pasa mucho tiempo conmigo, no se queda a comedor, no tiro de abuelos, e intento encajarlo todo para que no le afecte nuestra vida laboral. Eso es lo que yo creí en su día sería lo mejor. 
Pero ahora dudo, ¿es esto lo mejor?, ¿es bueno que su vida difiera de la de otros niños?, ¿le estoy volviendo yo diferente? 
Días como hoy donde discutimos y siento que se separa un pasito de mi me hacen pensar en sino sería mejor que me echara un poquitín de menos. Su padre se lleva siempre la mejor parte cuando llega a casa por la tarde. Es como si estuviera cansado de mi. ¿Será esto cierto o sólo una percepción de una madre exagerada?
Dudas que me asaltan y en las que no puedo dejar de pensar.

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