Revista En Femenino

Me gusta tenerte en clase

Por Mamás_besos @mama_besos

Sí, ya sé que estamos en época de vacaciones escolares, pero no podía dejar de compartir con vosotr@s mi último descubrimiento en internet, un profesor de educación especial de Florida que dedica los diez primeros minutos de clase a transmitir confianza a sus alumnos, valorando cómo es cada uno y lo que hace, ya sea jugar bien al futbol, hacer ganchillo, leer muy bien o hacer reír a los demás.

Ya son varias las veces que hablo de la importancia de trabajar las emociones en los niños, y este no es más que otro ejemplo de cómo con un simple gesto, con unos pocos segundos, uno puede conseguir fortalecer las virtudes de cada niño, sean las que sean, haciéndoles ver que son importantes, cada cual en lo suyo y con su manera de ser, porque lo importante no es tanto qué virtudes tiene cada uno sinó que las valore y las potencie, independientemente que sean diferentes a las de los demás. Porque al fin y al cabo, en la diversidad está la riqueza, o ¿no?

Seguro que más de uno de nosotros hubiésemos querido borrar del mapa a alguno de nuestros antiguos profesores y cambiarlo por uno que en lugar de castigarte por no hacer bien lo que la doctrina y el temario manda, nos hubiera ayudado a potenciar todo aquello que cada uno de nosotros sabíamos hacer y nos motivaba de verdad. Es decir, profesores que se centren en el talento de nuestros hijos, sea el que sea, en lugar de centrarse en sus fracasos o carencias.

A cuántos de nosotros nos han amargado algunos profesores nuestra etapa escolar, tan importante en nuestra vida, simplemente por ser diferentes que los demás o porque los profesores nunca se preocuparon de entendernos, consiguiendo que muchas veces, muchos de nosotros, abandonáramos los estudios por no sentirnos “bien”.

Pero claro, para conseguir una enseñanza de ese tipo se necesita la simbiosi de dos cosas: preparación y motivación del profesorado y cambio en los proyectos educativos de las escuelas, dirigiendo la educación no sólo a través de temarios y libros sinó en otras facetas fuera de las ciencias, las literaturas o las sociales, facetas como el arte, la experimentación, la dialéctiva… en definitiva, un método de enseñanza adaptado a cada niño y no adaptar a cada niño al método de enseñanza dictado desde un despacho a cien quilómetros de los colegios. ¿Utopia? No. Simplemente que nuestros gobiernos y sistema educativo tengan ganas (¡pero de verdad!) de cambiar el método tradicional. Hay colegios que ya lo están intentando, pero tengo la sensación que los currículums obligatorios que se marcan des de los respectivos departamentos de educación les limitan mucho. Espero que algun día, los señores y señoras de esos despachos, se lean algun libro de Elsa Punset o bajen de su nube para descubrir que otro método educativo es posible, y que si queremos resultados distintos, necesitamos métodos distintos.

Con profesores como el que hoy os muestro, seguro que nuestros hijos no dirían eso de “mamá, no quiero ir al cole” y tendríamos un país con menos ni-ni y más talento.

¿Qué opináis?


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