Revista Viajes

Me voy a la isla de Borneo. Decisiones de última hora

Por Bbecares

Llevo tres semanas ya en Malasia y por ahora no me encanta este país. La gente es muy agradable, me encanta la multiculturalidad y la posibilidad de almorzar un día comida china y cenar hindú y merendar comida malaya y también me gusta que la lengua parece muy fácil y me he puesto a aprenderla (algo que nunca conseguí en Vietnam porque con el rollo de que era tonal, era muy dificil).

Sin embargo, este es un país ya muy ‘desarrollado’  que le llaman, el que mejor le va económicamente por la zona. Cuando se dice desarrollado a un país, quiere decir que tiene buenas infraestructuras y comunicaciones y que más gente tiene acceso a médicos o educación. Pero también supone que la gente es mucho más consumista, valora menos las pequeñas cosas, hablan de dinero hasta cuando no es necesario y  las ciudades están atascadas de centros comerciales gigantescos llenos de gente cargada de bolsas. Y yo vine a Asia a continuar con algo que aprendí en Marruecos: que podemos ser felices con poco, sobre todo con pocas cosas materiales y la importancia de saber apreciar lo bien que vivimos en los países del norte, en comparación con cómo vive la mayoría de la población mundial.

Un indicador muy bueno para saber que este país no me gusta es que la gente, en restaurantes, pide mucha comida y si sobra, que he visto que casi siempre sobra, la tiran sin ningún remordimiento. Hacía tiempo que no vivía en un país fuera de España donde la comida se pide en grandes cantidades y lo que sobra se tira. En los países que he visitado o vivido en los últimos casi dos años, la comida tiene mucho valor. No todo el mundo la tiene en grandes cantidades todos los días. Tengo un post pendiente de este tema, de hecho.

También es verdad que hasta ahora sólo he estado en tres grandes ciudades. Y he decidido que quiero darle otra oportunidad a Malasia y que quiero conocer zonas más rurales o simplemente ciudades pequeñas. Así que, después de una semana de trabajo que me tiene agotada de tantas horas de ordenador y de que una cantidad ingente de mosquitos me comieran, literalmente, viva (ayer me puse a contar las picaduras y lo dejé al llegar a 100), acabo de decidir, hace media hora que  merezco una recompensa y salir de Kuala Lumpur que es demasiado grande para mí y que me quiero ir a la isla de Borneo. Miro la página de Air Asia y me encuentro un vuelo por 20 euros para el domingo. Y yo estoy feliz como una perdiz por esta sensación de libertad tomando decisiones de última hora. Ay si la vida me lo pone tan fácil, permitiéndome el lujo de no tener que planificar nada, me va a acabar acostumbrando mal. Y es que hasta ya he encontrado a una mujer con muy buenas referencias dispuesta alojarme en Couch Surfing.

De Borneo me han dicho que es más auténtico, hay más aborígenes y los paisajes parecen, en las fotos, una maravilla. Así que, Isla de Borneo, ahí voy. A redescubrir Malasia e igual hasta Indonesia y quizás Brunéi.

¡Qué vida esta!

air asia


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