Media docena

Hoy tecleo mi último post con este ordenador, y podrías ser cualquier texto pero he decidido que sea este, porque creo en los símbolos, en las primeras veces y en los detalles o recuerdos que para mucha gente son simples anécdotas. Este portátil lo compré estando embarazada de ti, con él abrí el blog y el ultimo post que voy a escribir con él es para ti.
Por aquel entonces no pensaba que cumplirías 6 años con esa velocidad, que tendría un blog, que sobreviviría cuatro felices años de tu vida y que además habría tenido la loca idea de volver a ser madre. Pero ya sabes las primeras veces nunca se olvidan y yo aun recuerdo tus contracciones, tus ojos abiertos, tu boca de piñón y mi cara de lerda madre primeriza. Lo que no sabía es que acababa de conocer al hombre de mi vida, dios ni en mis mejores sueños podría imaginar tener tanta suerte. No me canso de mirarte una y otra vez, cual niña enchochada, creo que podría hacerte una y mil fotos y no te vería feo en ni una, pero lo peor de todo es que estoy convencida que no es amor de madre sino que lo vales(olé mi santa locura).

Llevas semanas abrazándome y pidiendo ese lugar que sargento gritona o'nell te ha quitado, pero quiero que sepas que hay para los dos, que me encanta que quieras abrazarme, darme besos y malearme malamente para conseguir lo que quieres. Que 6 años no son moco de pavo y que en lugar de escalopes te tengo que freír chuletones, que para cuando me descuide ya tienes bigote y no te he podido abrazar lo suficiente.

Seis años da para mucho hijo mío, tanto como seis cds llenos de fotos, seis cajas llenas de recuerdos, seis platos cocinados contigo, seis anécdotas que no olvido, seis veranos intensivos, seis post emotivos. En fin, seis años en los que tú has crecido rápido ante mi atónita mirada, en la que me has hecho descubrir, compartir y sentir cosas que pasan una vez en la vida. Seis años de un reto diario en el que a pesar de todo, tu sonrisa ha superado todo el resto. Madre mía como sonríes, el día que no te vea esa sonrisa la luz se apagará para siempre. Después de 6 años podría describirte con 6 adjetivos; risueño, ágil, guapo, cariñoso, cabezota, persistente pero sobre todo por tener buen corazón. Me gusta ver la vida y el mundo a través de tus ojos, escuchar como argumentas y pensar que a veces los adultos vivimos realidades paralelas. Me gusta que te gusten mis amigos, que te guste cocinar, prefieras el jamón al chocolate, que bailes al mínimo compás, que mires como miras y que quieras como quieres.

Quiero que cada mes de diciembre sueñes con tu cumpleaños, que la navidad sea un plus que viene después, pero que nadie ni nada consiga que dejes de tener gusanillo por ese gran día, porque el 15 de diciembre es tu fiesta mayor. Y mientras la vida me lo permita pienso vestirme ese día con la mejor de mis sonrisas y recordarte que cumplir años es vivir, festejar, abrazar y compartir. Porque ese día yo también celebro la alegría de haberte conocido. Y haber emprendido el mayor reto de mi vida.

No tengo claro que nos deparará el futuro, ni que suerte tendremos porque el camino que empezamos hace 6 años en un paritorio a las 20.50 de la noche ha superado 6 años de vida con puentes, atajos y atascos. Esto no va ser fácil y cada vez se complica más, pero quiero que sepas que por muchos años que pasen, te pienso seguir queriendo hasta la luna y vuelta. Qué no quiero mendigarte ni besos ni abrazos porque te los pienso robar un día sí y otro también y que espero que tú me los robes por igual. Y que arroparte cada noche es el mayor placer del mundo mundial.
Ayer me decías que no sabías que pedir para mí a Olentzero, yo ya lo tengo claro, quiero que me regale el antídoto contra el paso del tiempo, porque cada 15 de diciembre suelto una lágrima más por cada vela que tú sopla de más. ZORIONAK MAITIA!!