Revista Educación

Media vida después

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Leí el último Premio Nadal gracias al Club de Lectura Teide 2010 que tuvo el detalle de obsequiarme con un ejemplar de Media Vida, de Care Santos. Casi me ha llevado a mí cuatro décadas de existencia descubrir a esta escritora y reconozco que he disfrutado de una narración ágil, muy interesante, que cuenta mucho de lo que vivió la generación que nos precede, que habitó los hechos históricos y sociales de una dictadura, una transición y una democracia. En Media Vida descubrimos el ambiente de clausura de los internados religiosos que alojaban a niñas de alta alcurnia y a otras pequeñas cargadas ya de tristes historias familiares que se veían obligadas a trabajar a cambio de las primeras letras y el horror de otros lugares en los que se desterraba a las chicas de mal vivir. Care Santos nos cuenta también la lucha de las mujeres por alcanzar la posibilidad de divorciarse, el descubrimiento de la libertad sexual para muchas españolas, los primeros pasos de algunas emprendedoras… Cuenta Santos media vida de mujeres que se enfrentaron a un hecho de consecuencias desastrosas, un juego que acabó mal como tantos emprendidos con la ciega confianza de la adolescencia. A partir de ahí, la posibilidad o no del perdón vuela por cada capítulo, circula del pasado al presente para desembocar en un final demasiado acelerado, como si a la novelista la hubieran apremiado en su conclusión o impuesto un número de páginas determinado. La profundidad y belleza de la Media Vida que comienza y se desarrolla en su plenitud no se corresponde con el final, demasiado azucarado e inverosímil. Merece la pena, sin embargo, adentrarse en una noche décadas atrás, en un internado de la España dictatorial y acompañar a las protagonistas durante la media vida que transcurre hasta que se reencuentran.

Media vida después

Portada de la edición de Destino de Media Vida, de Care Santos.

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