Revista Salud y Bienestar

Médico y magia.

Por Carlosmatabuena

Hace 24 años comencé mi andadura como médico. Desde entonces, he trabajado en todos aquellos puestos por los que puede pasar un médico. Desde labores administrativas, gerenciales, medicina familiar y atención primaria, hospitalaria, a urgencias y emergencias. Medicina privada y pública, rural y urbana, hipertecnificada y casi manual…

En todo este tiempo he visto cambiar muchas cosas. La mayoría para bien… otras, no tanto. Pero a pesar de que la imagen, el rol del médico se ha devaluado socialmente en estos años, hay algo que en muchos (obviamente no en todos) de los pacientes sigue intacto… Es su confianza en el médico.

¡Cuántas veces he oido de los pacientes o familiares frases como las siguientes!:

- “Doctor… es venir usted y nada mas verlo parece que el enfermo mejora.”

- “Yo es que en el Dr. Fulanito tengo mucha fe.”

- “Don Fulanito tiene muy buenas manos”

- “Ve a que te visite el Dr. Menganito. Si no lo cura él, no lo cura nadie.”….. etc

Puede que desde una mentalidad cientifista y tecnológica se desprecien o minusvaloren los efectos de esta confianza. Quizás existan incluso estudios sobre ello, pero creo que la mayoría de los profesionales que llevamos mucho tiempo en ésto sabemos que de una u otra forma, nuestra presencia, nuestra actitud, nuestros gestos, nuestra palabra… tienen sus efectos en los pacientes y en sus allegados.

Efectos que pueden ser positivos, y también negativos, cuando como consecuencia del estrés, de la falta de tiempo para una exploración adecuada.. etc, nuestra actitud y presencia pierden esa “magia”.

Cuando estudiaba bachillerato, el profesor de latín (sí, entonces estudiabamos latín) nos repetía una y otra vez que era una lástima que la misa ya no se celebrase en latín (no hacía mucho del Concilio Vaticano II), porque en cierta forma, se había perdido la magia al hacerla más comprensible. Y cierta dosis de magia es necesaria. La bata, el fonendo (“voy a que me echen las gomas”), el maletín, los bolígrafos… todo contribuye a ello.

Creo que algo así puede que esté sucediendo en medicina. Y todavía no se si es totalmente positivo. Es bueno que estemos tecnificando la medicina, que escarbemos la evidencia, que rastreemos hasta el final si tal o cual efecto es “estadísticamente significativo”.

Todo eso es fundamental, pero no olvidemos que nuestra sola presencia, nuestra palabra, nuestra sonrisa… tienen cierta dosis de “magia” para el paciente… y estoy convencido que esa magia tiene sus consecuencias en el proceso de enfermedad y su aceptación y percepción… y son positivas.

No la desdeñemos.

Nuestra acogida al paciente, el primer saludo, las primeras palabras… la actitud de escucha activa e interés por su problema de salud, la disposición a aclarar e informar de lo que sea necesario, la explicación previa a cualquier maniobra que se vaya a realizar… Todo contribuye a ello.

Puede que no todos lo entiendan así… pero no es malo que los médicos aún tengamos algo de “magia”, pero no a base de conjuros… sino de HUMANIDAD. No la perdamos.

Médico y magia.


Volver a la Portada de Logo Paperblog