Revista Salud y Bienestar

Médicos piden a Grünenthal que reconozca su deuda con las víctimas de la talidomida

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Las víctimas de la talidomida que fabricó el laboratorio Grünenthal han acudido a Bruselas, sede del Parlamento Europeo para solicitar medidas urgentes para el colectivo. Una reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid les ha dejado sin las indemnizaciones que les había concedido otra sentencia. Mientras un grupo de médicos ha escrito una carta al laboratorio pidiendo que asuma sus responsabilidades.

Los afectados, unidos en torno a Avite, han recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo. Mientras, el boicot a recetar productos de la casa alemana que han iniciado un grupo de médicos muy activos en Internet y redes sociales sigue creciendo entre los colectivos médicos españoles. Estos galenos han enviado una carta al laboratorio que dice así:

Talidomida fetoLos profesionales de la medicina reconocemos la contribución que la industria farmacéutica ha producido en la mejora de la salud de las personas. Desde el descubrimiento y comercialización de la acetofenidina en 1885 hasta la actualidad, muchos han sido los éxitos en la investigación farmacéutica que nos han permitido contar con un amplio arsenal terapéutico para combatir un gran número de enfermedades.

La sífilis, el asma bronquial o el síndrome de Seehan del posparto, por poner algunos ejemplos, son enfermedades graves a las que podemos responder y conseguir que las personas que las sufran puedan recuperar una vida digna.

Pero en ese camino ha habido algunos éxitos y muchos fracasos, se ha tenido que abandonar muchas moléculas prometedoras que no han cumplido sus expectativas, bien por sus interacciones farmacológicas no prevista, o bien por sus reacciones adversas sobre las personas.

Con el desastre de la Talidomida, por la que unos 20.000 bebés nacieron en todo el mundo con severas malformaciones, se desarrollaron nuevos mecanismos de seguridad y se establecieron controles y filtros de las nuevas moléculas antes de su comercialización. Así, la Talidomida no solo fue un caso de perjuicio a un grupo de personas, también marcó un antes y un después en la seguridad farmacológica de la población y, por lo tanto, fue un ejemplo paradigmático de lo que no se debe hacer.

Esta mejora en la seguridad del paciente ha elevado los costes de investigación y cambiado las vías de financiación. La industria farmacéutica ya no afronta sola el coste de la investigación sino que esta se produce mediante un sistema mixto con participación tanto privada como pública. A pesar de ello, los beneficios económicos obtenidos son solo privados.

España es el único país europeo en el que las víctimas de la talidomida no van a recibir ayudas y eso produce una indignación añadida, huele a injusticia social europea. Aquí fue uno de los países en donde más preparados se comercializaron y se supone que, en la actualidad, es donde quedan más afectados vivos. Pero mientras que los tribunales españoles han reconocido que el delito está prescrito, Grünenthal lleva décadas pagando a los afectados alemanes, ingleses e italianos.

Los primeros, desde 2013 pueden llegar a percibir casi 7.000 euros mensuales según grado de discapacidad; los ingleses e italianos pueden llegar a los 4.000 euros. Sin ir más lejos, el año pasado se acordó un pago indemnizatorio a los afectados neozelandeses y australianos de casi 60 millones de euros.

Grünenthal España afirma que quiere contribuir “de manera integral y exhaustiva a restablecer la salud y mejorar la calidad de vida de las personas” (Informe de Responsabilidad Social Corporativa 2009 – 2010) y eso es justo lo que le pedimos que haga desde esta carta abierta para con las víctimas españolas de la Talidomida.

Que no haya que llegar a la sentencia del recurso de casación ante el Tribunal Supremo, que reconozca su deuda histórica con las víctimas y que les pague a los afectados los 20.000 euros por cada punto porcentual de discapacidad, como decía la sentencia anterior, sin necesidad de que tengan que presentar el frasco de Softenon o cualquier otro de los seis que se comercializaron en España entre 1957 y 1963.

TalidomidaSomos muchos los profesionales de la medicina que nos sentimos muy decepcionados con la forma de actuar del laboratorio y consideramos que la argucia legal empleada empaña profundamente su prestigio.

Probablemente, hasta que no reparen esta injusticia, a muchos de nosotros nos costará más de lo habitual prescribir sus productos teniendo en cuenta que otros laboratorios ofrecen alternativas idénticas.

Tanto los médicos firmantes de esta carta como otros muchos compañeros de profesión estamos convencidos de que nos sentiríamos aliviados si no fuera necesario adoptar este tipo de medidas y, con el ánimo de reparación de la injusticia social que Grünenthal está produciendo sobre las personas afectadas por la Talidomida en España, solicitamos a los responsables del laboratorio que reaccionen convenientemente e indemnicen a las víctimas.

Firmantes de la carta: José Martínez López; Vicente Baos Vicente; Salvador Casado Buendía; Enrique Gavilán Moral; Juan Gérvas; Abel Novoa Jurado; Javier Padilla Bernáldez; Juan Antonio Sánchez Sánchez

Contacto: José Martínez López. Médico de Familia. CS Vistalegre–La Flota. Murcia. DNI 22470221A. Correo: [email protected]. Twitter: @Reflexionsalud Blog: http://reflexionsanitaria.blogspot.com.es/

Alguien dijo que si Grünenthal ganaba este juicio en España, moralmente lo habrían perdido y a los hechos nos remitimos. La prescripción ha sido por unos pocos meses. Pero no se cuestiona en la sentencia: que los daños son evidentes, que la culpa fue total de Grünenthal y su responsabilidad quedó sobradamente probada en juicio, lo criminales que fueron en España, exportando y vendiendo a posteriori de estar prohibida en el mundo y dando consignas por escrito de no informar a los médicos del motivo real de la retirada en el mundo”, concluyen desde Avite.


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