Revista Ciclismo

Megavalanche, el desafío más extremo para los bikers

Por Rafael @merkabici
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Imagínate un descenso de más de 2000 metros de desnivel a través de nieves perpetuas, pistas con piedras en continuo movimiento, baches, barrancos y pendientes cada vez más escarpadas y, de fondo, el marco idílico de los Alpes que parece asistir impasible a tu intento por no dar con los huesos en el suelo. Pues eso es Megavalanch.

 

Megavalanche es una carrera muy particular que se celebra a principios de julio cada año en la estación alpina de Alpe d´Huez, suficientemente conocida por ser uno de los puertos míticos del Tour de Francia. Pero este increíble descenso, uno de los más vertiginosos y espectaculares que se celebran de forma organizada cada año, no parte de la estación invernal, sino de mucho, mucho más arriba. Concretamente del glaciar que hay cercano a la cima del Monta Blanc, a más de 3200 metros. Si tenemos en cuenta que la marcha termina en la localidad de Allemont, a unos 720 metros sobre el nivel mar, las cuentas salen sencillas.

La prueba deja siempre imágenes espectaculares

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Y es que los números de Megavalanche no pueden sino imponer: más de 2000 metros de desnivel en descenso a lo largo de 30 kilómetros de recorrido, con una pendiente media cercana al ocho por ciento, y que alcanza picos de más del veinticinco por ciento. Un desafío que los más preparados hacen en poco más de 45 minutos, a casi cincuenta kilómetros por hora de media, y que los aficionados más tranquilos tardan casi medio día en completar.

 

Porque esa es otra de las características de Magavalanche, la de juntar a free riders de altísimo nivel, los mejores del mundo, y meros aficionados a la bicicleta que tienen que hacer parte del recorrido con la máquina del ramal, por no tener la técnica suficiente para lanzarse por pendientes de vértigo cercanas a barrancos que espantan con solo mirarlos. Para organizar tal caos de niveles y participantes se realizan tres días de eventos. En el primero de ellos, denominado de prácticas, todos los participantes pueden ensayar y conocer el recorrido, anotando los lugares más importantes y aquellos donde arañar segundos al reloj. El segundo día se realiza una clasificatoria voluntaria, en la que se tomarán los tiempos para ordenar la salida del día siguiente. El domingo se produce la Magavalanche oficial, en la que los 45 primeros de la clasificación del día anterior salen en grupos de dos participantes con dos o tres minutos de diferencia entre ellos, en orden contrario a su posición en la clasificatoria. El resto de asistentes, por su parte, salen todos juntos, en la auténtica Megaavalancha, dando lugar a imágenes y fotografías icónicas que al día siguiente cubrirán las planas de los periódicos deportivos más importantes.

Un reto para cualquier deportista

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