Mejora lo que dices

Mientras viajaba en un autobús rumbo a la oficina, una bella joven me pidió espacio y se sentó a mi lado. Noté que había al menos 15 espacios libres en la cercanía, pero ella eligió viajar acompañada. Segundos después me estaba hablando sobre lo sobrio del día y lo desafortunada de sus alergias.

Siguió hablando 30 minutos más hasta nuestro destino, tratando de justificarle a un desconocido lo desdichada e injusta que era la vida con ella. Me explicó que era muy torpe en el trabajo, que sus padres no le ayudaban, que estaba muy gorda, que el dinero no le alcanzaba y que todo le salía mal.

-Tengo 30 años y ni siquiera tengo novio. A ningún hombre le gusta una mujer fea y fracasada.- me dijo.

Como ella, veo que hay mucha gente negativa que vive con una autoestima baja, sintiéndose inferior, y tratando de justificar sus desdichas.

Es posible que estés pasando por un momento difícil en la vida. También es posible que otras personas te hayan dicho repetidamente cosas negativas y hasta destructivas, pero no tienes por qué hablar de ello todo el tiempo.

De hecho, conforme lo repitas, estas palabras echarán mayor raíz y establecerán los límites de tu vida. Desafortunadamente al repetir esos comentarios todo el tiempo, se impregnan a la imagen que se tiene de uno mismo y terminarás siendo exactamente eso que tanto reprochas de tu vida.

Cambia tus palabras

Tenemos que ser muy cuidadosos con lo que permitimos que pronuncien nuestros labios. Nuestras palabras marcan el rumbo que seguirán nuestras vidas. Una de las mejores formas en la que podemos mejorar nuestro destino y la imagen que tenemos de nosotros mismos, es con lo que decimos. Es increíble como nuestras palabras tienden a producir eso que decimos.

Cada día debiéramos decir cosas como “soy próspero, soy sano, soy talentoso, soy inteligente, soy atractivo, soy admirado, soy feliz, soy un campeón”. Cuando lo hacemos estamos forjando nuestra propia imagen y a medida que esas palabras penetren en tu corazón, tu mente y en especial tu subconsciente, al fin cambiarán la forma en que te ves a ti mismo y como los demás te ven.

Cuando pronuncias afirmaciones positivas con tu boca, tales palabras vuelven a ti a través de tus oídos. Y si las escuchas con frecuencia, entrarán en tu mente y esta se encargará de producir exactamente lo que digas.

Necesitas tener dentro de ti la mejor imagen que deseas de ti. Quizás todavía no lo seas, y haya áreas en las que tienes que mejorar, pero en el fondo, en lo más profundo, tienes que saber que no eres víctima, sino un vencedor.

Es por eso que importa tanto que adoptemos el hábito de declarar cosas buenas acerca de ti. Cuando te levantas por la mañana, afirma cosas como “qué día más hermoso”, “que estupendo me siento”, “que sano estoy”, “que cantidad de cosas increíbles están por sucederme hoy”, “me siento estupendo”.

En el plano natural y físico estas afirmaciones pueden no parecer ciertas. Quizás ese día no te sientas tan bien, o tengas muchos obstáculos por vencer. Pero en lugar de quejarte por ello y criticarte por lo que no eres, comienza a declarar y profesar eso que si deseas.

Tenemos todo lo necesario para vivir felices y tienes dentro de ti semillas de grandeza, pero hace falta que creas en ello y actúes en consecuencia.

Comentarios

Mientras tengamos tan pobre imagen de nosotros mismos y valgan más las justificaciones que las acciones, no lograremos experimentar todo lo que somos capaces. Jamás podremos elevarnos por sobre la imagen que tenemos de nosotros mismos, sino empezamos a cambiar tales pensamientos.

Cambia el modo en que hablas de ti mismo y podrás cambiar tu vida. Cuando pronuncies afirmaciones positivas sobre ti mismo en forma constante, te asombrará descubrir como todo empezará a cambiar en favor de lo que desear ser. Toma el control de tu mente y de tus palabras y tu vida empezará a cambiar.

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