Revista Psicología

Mejorar la comunicación con nuestros hijos… ¡Sí se puede!

Por Mundotlp @MundoTLP
Tras los meses de verano, y por lo tanto meses de intensa convivencia, la comunicación padres – hijos, se ve deteriorada. Parece que no obedecen, que están sin normas, lo que les decimos les sienta mal… Es el momento de “auditar” cómo hablamos con ellos.
Mejorar la comunicación con nuestros hijos… ¡Sí se puede! El poder de la palabra es muy grande y no debemos olvidar que tan importante es lo qué se dice como el cómo se dice. Cuando hablamos, el mensaje que comunicamos está conformado en una parte por nuestras palabras y en otra parte aún mayor por nuestros gestos, el tono de voz y la postura. En la relación con nuestros hijos ocurre lo mismo. 
En muchas ocasiones, no nos damos cuenta, pero decimos siempre las cosas de la misma manera, incluso con las mismas palabras. Si pudiéramos congelar la imagen y les preguntáramos a nuestros hijos qué íbamos a decir, sabrían con seguridad cuales serían nuestras palabras, e incluso el tono. Por eso es bueno hacer una autoevaluación de nuestra actitud comunicativa con ellos, ya que con los niños, cuando queremos que modifiquen alguna conducta, debemos empezar modificando la nuestra, ya que su actuar es una respuesta al estímulo o demanda que reciben.

Hay aspectos fundamentales a tener en cuenta para mejorar la comunicación con nuestros hijos

1.- Todos los sentimientos tienen nombre.

A menudo nuestros hijos están irascibles, cansados, tristes, frustrados, etc. Y lo demuestran con malos comportamientos y malas contestaciones. El primer paso es ayudarles a reconocer lo que les pasa, poner nombre a los sentimientos. Para ello se deben describir las situaciones. Hay que tener en cuenta que les falta vocabulario y experiencia para identificarlos, por eso hemos de ayudarlos. Por ejemplo para que identifiquen lo que les ocurre se les puede decir: “¿Puede que estés harto de tu hermano porque te ha hecho esto?”, o “estas triste porque no has ganado”, “te parece injusto lo que ha pasado”… Aquí el tono ha de ser de conversación, de búsqueda, no sentenciando o confirmando. Y nuestro gesto de tranquilidad.

2.- Lo que sentimos no nos hace ni buenos ni malos.

Este aspecto es muy importante para niños, adolescentes y adultos.Una cosa es lo que sientes, y otra muy distintas la conducta que realizas movido por esa emoción, ese sentimiento. Por ejemplo,tener celos no es malo, es natural, lo malo es si pegas a tu hermano como consecuencia de esos celos.

3.- No dar soluciones cerradas.

Una vez que el sentimiento está identificado y le hemos dado nombre, hay que aclararles que es normal sentirse así, que no pasa nada por pensar lo que se piensa. Es fundamental no juzgar. Si además, podemos dar algún ejemplo de alguien cercano que le haya pasado lo mismo, mejor.En muchas ocasiones, los niños no quieren soluciones, solo ser escuchados o desahogarse, y sobre todo les da mucha tranquilidad saber que lo que les está pasando, que lo que están sintiendo, es normal, le puede pasar a cualquiera.Los padres en nuestro afán de proteger y ayudar, tendemos a solucionarles los problemas. Si por ejemplo, se ha enfadado con un amigo, indicamos lo que debe decir, si vemos que tiene miedo le decimos que no es para tanto… hay que esperar a que nos pregunten, a que nos pidan consejo oayuda. Por otro lado es conveniente darle varias alternativas a esas emociones. Si solo le damos una posibilidad de actuar frente a una emoción, le estamos dando un patrón cerrado de actuación. Pongamos el caso de que esté enfadado porque le ha gustado mucho el regalo que le han hecho a un amigo y a él no, podemos darle alternativas para conseguirlo: “ puedes ahorrar”, “puedes conseguir buena nota para que te lo regalemos” etc.

4.- Cambiar la manera de decir las cosas.

Aquí entra en juego la “autoevaluación” de nuestro lenguaje, de nuestra comunicación. Hay que ser creativo, cambiar las palabras, el tono e incluso la vía de comunicación. Cuando cambias el discurso, llamas la atención y suele ser más eficaz. Pongamos por ejemplo , que siempre dejan la toalla fuera de su sitio, puedes cambiar la petición y simplemente describir la situación, o explicar lo feliz que puede hacernos encontrarnos la toalla en su sitio e incluso dejar carteles escritos en casa con peticiones amables, ó a través de soportes digitales… si utilizamos el sentido del humor y la imaginación, mejor.En definitiva, la clave es saber que el lenguaje con nuestros hijos es un arma buenísima que podemos utilizar en positivo y se puede mejorar mediante la práctica.Además de esta manera, le estaremos dando a nuestros hijos un modelo positivo de comunicación, lo que les puede servir en todos los aspectos de sus vidas.
http://elmundotlp.blogspot.com/es

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