Revista Cultura y Ocio

Memoria vs historia (I)

Publicado el 17 febrero 2016 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

Existe un viejo debate a la hora de tratar la historia, sobre todo cuando se tratan algunas temáticas. Ese debate viene de la relación entre memoria e historia. Por ejemplo, en esta última década en España, hemos oído mucho aquello de “memoria histórica”, para cuando se trata el tema de las personas asesinadas por el transcurso de la Guerra Civil española (1936-1939) y, muy especialmente, por la represión del régimen franquista, ejercida durante y hasta casi 40 años después de dicho conflicto (1936/39-1975).

Mucha importancia se da a este término, incluso ha habido extremistas que han llegado a decir que la historia y la memoria son lo mismo. Esto último, no es verdad, ni mucho menos. Para desmentir esto, se debe explicar sobre lo que son la historia y la memoria, los mecanismos que rigen una y otra, y su relación entre ellas.

Para ello, vayamos, en primer lugar, a la base, veamos la relación entre la historia y la memoria. Analicemos estos términos desde un punto de vista conceptual. Veamos lo que dice el diccionario de la RAE sobre memoria e historia. Según el diccionario de la RAE, la palabra “Memoria” tiene 14 acepciones:

1. Facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado.
2. Recuerdo que se hace o aviso que se da de algo pasado.
3. Exposición de hechos, datos o motivos referentes a determinado asunto.
4. Estudio, o disertación escrita, sobre alguna materia.
5. Relación de gastos hechos en una dependencia o negociado, o apuntamiento de otras cosas, como una especie de inventario sin formalidad.
6. Monumento para recuerdo o gloria de algo.
7. Obra pía o aniversario que instituye o funda alguien y en que se conserva su memoria.
8. En la filosofía escolástica, una de las potencias del alma.
9. Dispositivo físico, generalmente electrónico, en el que se almacenan datos e instrucciones para recuperarlos y utilizarlos posteriormente.
10. Relación de recuerdos y datos personales de la vida de quien la escribe.
11. Relación de algunos acaecimientos particulares, que se escriben para ilustrar la historia.
12. Libro, cuaderno o papel en que se apunta algo para tenerlo presente.
13. Saludo o recado cortés o afectuoso a un ausente, por escrito o por medio de tercera persona.
14. Dos o más anillos que se traen y ponen de recuerdo y aviso para la ejecución de algo, soltando uno de ellos para que cuelgue del dedo.

Vayamos ahora a la palabra “Historia”. Según el diccionario de la RAE, la palabra “Historia” tiene 10 acepciones:

1. Narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados.
2. Disciplina que estudia y narra cronológicamente los acontecimientos pasados.
3. Obra histórica compuesta por un escritor.
4. Conjunto de los sucesos o hechos políticos, sociales, económicos, culturales, etc., de un pueblo o de una nación.
5. Conjunto de los acontecimientos ocurridos a alguien a lo largo de su vida o en un período de ella.
6. Relación de cualquier aventura o suceso.
7. Narración inventada.
8. Mentira o pretexto.
9. Cuento, chisme, enredo.
10. Cuadro o tapiz que representa un caso histórico o fabuloso.

De las acepciones de “memoria”, y para este contexto, podemos deducir que la memoria estaría muy relacionada con lo psíquico y lo psicológico, con la historia particular y personal de un individuo, y con los actos que hacemos en el presente para recordar algo del pasado.

De las acepciones de “historia”, podemos relacionar la historia con la narración de un recuerdo del pasado, tanto individual como colectivo, con el estudio y el análisis del pasado individual o colectivo, con las plasmaciones del presente sobre algo del pasado, y con relatos ficticios, e incluso falsos.

De todo ello, podemos concluir que, en primer lugar, la memoria la tienen las personas, no los Estados, por lo tanto, cualquier cuestión de la memoria de la historia, es una cuestión de la visión del pasado de las personas a nivel individual, y cualquier cuestión sobre memoria histórica colectiva es una construcción, normalmente por cuestiones políticas o ideológicas. En segundo lugar, al estar relacionada la memoria con lo psíquico y lo psicológico, constituye una parte básica del cerebro, que se puede ver alterada o cambiada debido a diversos factores.

¿Cómo funciona la memoria? La memoria funciona en dos sentidos: por un lado, lo que se acaba de mencionar de memoria individual y colectiva, y por otro lado, la memoria en un sentido fisiológico y en un sentido neurológico.

La memoria humana individual forma parte de nuestra identidad. La memoria es un flujo continuo que funciona mediante dos mecanismos: por un lado, el tiempo, que tiene tres manifestaciones: presente del pasado, futuro del presente, y presente del futuro, y por otro lado, la retención, es decir, retener todo lo que uno puede del pasado y, al mismo tiempo, proyectarlo hacia el futuro.

Existen dos tipos de memoria: por un lado existe la memoria del cómo, que es la mayor parte de la memoria, y es la memoria no tiene contenido intelectual, es decir, es la memoria de lo que ya sabemos hacer. Por otro lado, existe la memoria del qué, que es la que tiene técnicas intelectuales, por ejemplo, leer y escribir. La combinación del lenguaje hablado, el lenguaje escrito y la coordinación motriz, supone la unión de las dos memorias.

Nuestra memoria individual funciona unida a la memoria colectiva, es decir, la memoria que pueden tener determinadas personas cuando tienen una vida que compartir. Para que la memoria de un individuo sea parte de la de un grupo, dicho individuo tiene que tener vivencias compartidas con ese grupo en un determinado espacio. La memoria colectiva es una memoria de grupos con experiencias compartidas, que puede depender de diversos factores físicos que restringen la participación en ella.

A la hora de utilizar la memoria para el análisis histórico, hay que tomar precauciones, ya que nuestro cerebro tiende, por ejemplo, a dar mucha importancia a algunas cuestiones, mientras que otras están completamente ausentes. Además, cualquier cuestión del pasado está sujeta a la interpretación personal o colectiva, algo que está muy condicionado por muchos motivos, destacando los motivos políticos-ideológicos, sociales y culturales. Es decir, en el fondo no dejan de ser las mismas precauciones que las que se toman cuando se analiza un texto histórico escrito, pues los condicionantes son los mismos.

Simón de Eiré


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