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'Memorias de un solterón', de Emilia Pardo Bazán

Publicado el 30 marzo 2015 por Carm9n @Carmenyamigos
'Memorias de un solterón', de Emilia Pardo Bazán
Es un tanto penoso el arrinconamiento y olvido al que se ha relegado, y se sigue haciendo desde la crítica contemporánea, a la figura de la escritora Emilia Pardo Bazán. Tengo la certeza de que, de haber nacido en otro país, gozaría la autora del justo reconocimiento a su valía y obra. Quizá ese ninguneo al que viene estando sometida tenga algo que ver con lo que comenta Juan Paredes Núñez cuando dice,
"Tal vez la causa de esta impopularidad y olvido haya que buscarlo en los propios rasgos personales de la autora: mujer obesa, cuellicorta, de aire algo bovino- como recuerda Guillermo de Torre- miope, condesa, famosa, culta, independiente, y además buena escritora, y que se atrevió a meterse en terrenos tradicional y excluyentemente masculinos."
La realidad es que no se encuentra en el lugar que se merece como una de las grandes de la literatura española. Los pazos de Ulloa o Madre naturaleza, pero sobre todo la primera, parecen ser las únicas obras de la autora y, desde luego, con las que la mayoría de los lectores es capaz de relacionar a Pardo Bazán. Pero tiene la autora en su haber muchas más novelas, y cuentos, y artículos y traducciones, además de ensayos sobre teoría literaria, el naturalismo, literatura rusa,... y libros de viajes, y sus trabajos sobre la situación de la mujer, y su labor como editora, su cátedra en la universidad de Madrid,... Y a pesar de todo esto, una gran olvidada.
Hoy quisiera poner mi grano de arena a modo de reconocimiento y homenaje. Y todo gracias a Jesús, administrador del blog La caverna literaria que, con su Ciclo de lecturas dedicado a Emilio Pardo Bazán, nos ha dado las excusa perfecta a unos cuantos para revisitar a esta gran autora. La obra que he elegido ha sido la novela Memorias de un solterón, que forma un díptico con Doña Milagros, novela esta que en el momento de publicarse esta reseña estaré leyendo.
Memorias de un solterón- publicada en la revista La España Moderna entre los meses de enero y mayo de 1896 con escasa repercusión, todo sea dicho- pertenece a su una etapa de madurezen la que abandonó en cierto modo los postulados naturalistas para centrarse en la situación social, cultural y económica de la mujer y la institución del matrimonio. Y es que doña Emilia, a pesar de ser miembro de la alta sociedad, conservadora y ferviente católica era una defensora de los ideales feministas, como veremos en el análisis de Memorias de un solterón.
'Memorias de un solterón', de Emilia Pardo Bazán
"A mí me han puesto de mote 'el Abad'. En esta Marineda tienen buena sombra para motes. Pero en el mío no cabe duda que estuvieron desacertados. ¿Qué intentan significar con eso de 'Abad'? ¿Que soy regalón, amigo de mis comodidades, un poquito epicúreo? Pues no creo que estas aficiones las hayan demostrado los abades solamente. Además, sospecho que el apodo envuelve una censura, queriendo expresar que vivo esclavo de los goces menos espirituales y atendiendo únicamente a mi cuerpo. Para vindicarme ante la posteridad, referiré, sin quitar punto ni coma, lo que soy y cómo vivo, y daré a la vez la clave de mi filosofía peculiar y de mis ideas."
Así da comienzo la novela, con don Mauro Paredes, el solterón del título, iniciando el alegato sobre su condición y persona. 
Don Mauro, caballero que frisa los treinta y cinco años, de posición acomodada, dado a la buena vida, de buen porte y galante, con numerosas conquistas a sus espaldas, se manifiesta, con varios argumentos de mayor o menor peso, un solterón de vocación. El matrimonio no parece entrar en sus planes a corto, medio o  largo plazo. Claro que, como reza el dicho, el hombre propone y Dios dispone...

Cuenta don Mauro entre sus amigos con don Benicio Neira, un buen hombre venido a menos, viudo él, con tres hijas a su cargo que, debido a la precaria situación económica, urge casar, y casar bien a ser posible. Rosa y Argos no parecen preocupar a su padre en ese sentido pero Feíta ("diminutivo algo injurioso de Fe")... ¡Ay, Feíta!
"¿Cómo te haría yo comprender bien, oh sesudo y morigerado lector, lo que es la tal Feíta, en lo físico, en lo moral, en lo intelectual? (...) Yo, que perezco por las mujeres ataviadas, peripuestas y pulcras, no me puedo acostumbrar a la manera de vestir de esta chicuela indómita. (...) Su pelo vive en perpetua insurrección (...) Los dedos de Feíta son un mapa mundi de manchas de tinta, de desolladuras y arañazos, porque el día en que a la moza le da la ventolera por revolver y arreglar la casa, la vuelve patas arriba, desclava y sacude todo, alfombra ella misma, y se empingorota en una escalera de treinta peldaños para lavar los vidrios. Sin embargo, los arrechuchos de laboriosidad doméstica no son en Feíta muy frecuentes. Por lo general paga tributo a otra manía insólita y funesta en la mujer: y es su malhadada afición a leer toda clase de libros, a aprender cosas raras, a estudiar a troche y moche, convirtiéndose en marisabidilla, lo más odioso y antipático del mundo." 
'Memorias de un solterón', de Emilia Pardo Bazán
Será Feíta "la extravagante", "la estrambótica" cuya cabeza parece "el caos e islas adyacentes" la que se erija como el personaje central en la manifestación de los postulados reivindicativos en cuanto sobre los derechos de la mujer a la educación, sobre la necesidad de la independencia económica como baluarte de una verdadera libertad y, al mismo tiempo y como consecuencia, la no necesidad de adscripción automática de la mujer a roles domésticos, dependientes y subordinados a los deseos de otros.
"Desde que soy libre, he comprendido muchas, muchísimas cosas que antes no podía alcanzar. No crea usted: esto de la libertad tiene de bueno que ensancha el meollo y le abre a uno no sé qué registritos allá en el entendimiento, que se ven sin esfuerzo las verdades."
Las diatribas de Feíta, sus divertidos diálogos con Mauro, los avatares amorosos de sus dos hermanas irán dando forma a una historia de lectura deliciosa.
Es imposible no admirarse ante el dominio que demuestra Emilia Pardo Bazán de la lengua castellana, con un vocabulario rico, preciso, agudo e ingenioso, además de ante su manejo del sentido del humor y la ironía. Y es que toda la historia está contado con humor inteligente, con gracia y con chispa, y también con una ternura que hace difícil no acabar cogiendo cariño  a los personajes.
Como es evidente, No recomiendo Memorias de un solterón, sino que URJO su lectura a quien quiera disfrutar con una novela interesante, divertida, ingeniosa, amena y, de paso, rendir homenaje y hacer justicia a su autora.
'Memorias de un solterón', de Emilia Pardo Bazán

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