Revista Cultura y Ocio

Memorias del oasis de Saint-Exupéry

Publicado el 17 agosto 2017 por María Bertoni
Memorias del oasis de Saint-ExupéryEl documental de Herzog se estrenó el jueves 3 de agosto. En Buenos Aires, se proyecta en el cine Gaumont y en el Centro Cultural Recoleta

“En todos los lugares existe el misterio” sostiene Antoine de Saint-Exupéry en Tierra de hombres, concretamente en la introducción del quinto capítulo titulado Oasis. Antes de asegurar tal cosa, el aviador y escritor francés adelanta su intención de “contar una breve escala… cerca de Concordia, en Argentina, pero (que) hubiera podido ser en cualquier otro lugar”. Setenta y seis años después de publicado aquel libro, Nicolás Herzog se permite dar vuelta aquella afirmación o, en otras palabras, alimentar la hipótesis sobre el origen preciso de algunos misterios. De esta inversión de factores surge el documental Vuelo nocturno, que en Buenos Aires se estrenó el primer jueves de agosto luego de haber circulado por el 31º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata a fines de 2016 y por el cuarto FIDBA el mes pasado.

El realizador santafesino bautizó su largo como el libro que Saint-Exupéry escribió mientras montó la filial argentina de la Aéropostale en Buenos Aires. Aunque la película ofrece otra razón para explicar la elección del título, vale imaginar que las circunstancias de producción de Vol de nuit constituyen un segundo indicio de la influencia que nuestro país desplegó sobre el también autor del Principito.

Como un buscador de tesoros, Herzog desentierra dos leyendas sobre la estadía entrerriana que Don Antoine relató en Tierra de hombres. La primera asegura que el aviador plasmó en Le petit prince recuerdos del oasis que halló en el Palacio San Carlos, y en especial de la amistad que entabló con dos hijas de la familia anfitriona, Fuchs Balón. La otra leyenda gira en torno al supuesto enamoramiento platónico entre Saint-Exupéry y la mayor de las chicas, Suzanne.

El director-explorador se tomó su tiempo para dar con testimonios, escenarios, material histórico que permitieran verificar la solidez de ambas reconstrucciones de la figura y de la obra del aviador devenido en escritor. Según consta en los créditos finales de la película, ésta fue rodada entre 2015 y 2016. En esos años, se filmó en Concordia, en Buenos Aires y en las localidades francesas de Agay y Saint-Maurice-de-Rémens.

Resulta especialmente interesante la reconstrucción de las mencionadas leyendas a partir de las declaraciones de los descendientes de las familias Fuchs Balón y Saint-Exupéry. Herzog rescata además las voces de los protagonistas directos: de Suzanne a partir de la entrevista registrada en el documental Terre des hommes de 1964, y de Antoine a partir del CD Saint-Exupéry raconte ‘Terre des hommes’ à Jean Renoir, editado por Gallimard.

Vuelo nocturno también dialoga con, y por momentos parece proponerse como una versión renovada de, la docuficción Oasis que el fallecido Danilo Lavigne filmó en 1994. Acaso inspirado en su colega concordiense, Herzog le inyectó a su propia película recreaciones actorales. En este punto corresponde destacar el desempeño de Agustina Schenberger y Morana Solana Zorokin, que consiguen mostrar a Edda y a Suzanne tal como las habría visto su célebre huésped.

El largometraje ofrece otros dos pasajes directos a ese pasado que una descendiente de los Fuchs Balón califica de “romántico”. Por un lado, la música original de Ezequeil Luca y Gerardo Morel. Por otro lado, la evocación proustiana de ciertos aromas, sobre todo en boca del hijo de los jardineros de la casa materna de Saint-Exupéry.


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