Mensaje de luz‏ en el cual muchos de nosotros nos podemos ver reconocidos, como reflejados en un espejo ¡¡¡¡¡

Una gran parte de mi trabajo ha sido demostrar a las personas que cada una de ellas es un ser divino, a través de cuentos, metáforas y actualizando las enseñanzas esotéricas de antaño, pero por sobre todo, a través de experiencias personales. Y asimismo demostrarles que no importa lo que hagan, la chispa de la divinidad existe dentro de cada uno y espera a ser despertada simplemente prestándole amorosa atención.Muchas personas “lo captan” y luego se alejan otra vez. La mayoría no entiende este concepto porque usan su cuerpo, mente y emociones como punto de referencia para compararse con los demás. Al juzgarse a sí mismos y a los demás, se les escapa el concepto.A menudo me pregunto cómo pueden pasar por alto lo que ya está presente, tan cerca como su próximo aliento. Puede ser porque sienten que su divinidad debería manifestarse como una luz radiante o que necesitarían tener el don de sanar a la gente con la mirada o inclusive levitar. Aunque es verdad que espiritualmente irradiamos luz y que se nos reconoce por nuestro fulgor, en el mundo físico nuestra divinidad se expresa a través de las cualidades más comunes y corrientes.Cuando nos volvemos a levantar después de haber sido vencidos por alguna dificultad en nuestra vida, estamos ejerciendo nuestra divinidad. Cuando elegimos amar en vez de juzgar, estamos ejerciendo nuestra divinidad. Cuando contenemos el golpe en vez de lastimar innecesariamente, estamos ejerciendo nuestra divinidad. La divinidad se demuestra a través de las decisiones más comunes, momento a momento.-Desconozco autor-