Lo bueno de una competición como el Mundial es que todos los días hay fútbol, todos los días hay partidos entre selecciones con historia, o con cuentas pendientes, o con tal o cual buen futbolista. Lo bueno de este Mundial en particular es que nos da ocasión de volver a disfrutar de Leo Messi, al que Maradona, quizá después de haber visto cientos de vídeos del Barça, ha ubicado por fin en su sitio: por detrás de los delanteros.
Argentina y Corea del Sur pueden ofrecer un buen espectáculo. Todo es relativo, claro. Lo será seguro en comparación con el Grecia-Nigeria, que será más parecido a un partido de rugby que de fútbol. Dos equipos como dos rocas, en todo. En solidez y, por desgracia, también en talento futbolero.
Francia y México completan la segunda jornada de un grupo que comanda Uruguay. Se la juegan Les Bleus y, sobre todo, los de Javier Aguirre, que en el último partido juegan contra la Celeste. Thierry Henry, el Raúl de Francia, puede ser la baza secreta del estratega Domenech. Siempre que lsos astros le den el OK, por supuesto.
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