[MGW2015] Impresiones Dark Souls III

Primer paseo por la Madrid Games Week 2015, y nos encontramos una grata sorpresa, Dark Souls III, jugable. La última parte de la serie de de fantasia oscura de Miyazaki nos llama, y toca probarla.

Si algo nos ha llamado la atención de ésta nueva entrega es que todos aquellos que puedan temer que Dark Souls haya cambiado ya pueden quedarse tranquilos, Dark Souls III mantiene todo el espiritu de la saga y es un auténtico placer volver a sumergirse en el eterno sufrimiento de multiples muertes que nos espera. Nuestra demo comienza reaparecieno en una de las famosas hogueras tras la muerte de él jugador anterior. Avanzamos un poco, y lo primero que llama la atención es lo bien que le sientan los gráficos de nueva generación. Luce como nunca. Podemos distinguir que estamos en una extraña fortaleza, con multiples torreones en la lejanía y sobre ellos un poderoso dragón.

Tras acomodarnos a los controles, que se mantienen intactos con respecto a los de anteriores entregas, empezamos a explorar el escenario. Como siempre parece que tenemos varias opciones por dónde ir, como es tipico en la saga, y que elijas una u otra depende de tu valor, y los riesgos que estés dispuesto a aceptar. Los primeros combates son dentro del oscuro torreón en el que nos encontramos, contra unos altos muertos vivientes. Se nota lo que dijo From Software de que Dark Souls III tendría un combate más ágil. No es mucho más rápido que el de pasadas entregas, pero si se aprecia una diferencia, y todo se desarrolla a más velocidad.

Los primeros caídos nos dan las primeras almas y continuamos. Salimos a un tejado, dónde extraños muertos vivientes, adoran arrodillados a unos árboles con cadaveres entre sus ramas. La imaginería de fantasía oscura de la saga se mantiene en Dark Souls III, y me atrevería a decir que efectivamente es mucho más oscura, y transmite la sensación de que el mundo está llegando a su fin. A los primeros adoradores los matamos, a los segundos que encontramos los ignoramos, pues son demasiados, y no atacan si no se les provoca.

Bajamos del tejado, y cometemos nuestro primer error, al no estar atentos, unos esqueletos con ballestas nos hieren al alcanzarnos con sus flechas de fuego. Damos buena cuenta de ellos, y continuamos el descenso. Abajo del todo podemos preveer que hay un gran peligro, con un gigantesco guerrero inmóvil. Éste no se mueve pese a golpearlo, pero en la sala de al lado, uno igual si que lo hace, y viene a por nosotros. Se trata de un enorme caballero con una gigantesca alabarda, y pese a su tamaño es muy rápido, demasiado para nuestra táctica conservadora de cubrirnos y atacar sólo cuándo de la oportunidad. Morimos.

Aquí acaba nuestro primer contacto con Dark Souls III, y ha sido intenso y una maravilla. El juego tiene todo lo que ha enamorado de las entregas anteriores, pero con mejores gráficos y un combate más veloz. Dark Souls III tiene pinta de que seguir este camino puede convertirse en uno de los grandes lanzamientos de 2016 para PlayStation 4.