Revista Infancia

Mi actitud con mi niño

Por Celia Garabaya @britishbubbles

hablar con los niños¿Por qué no vienen con libro de instrucciones? No se la de veces que me han hecho esta pregunta los padres. Estamos perdidos, como saber como actuar y como hablar con nuestro niño. Es cierto que todos hemos sido niños, pero hace tanto tiempo que ya ni me acuerdo. ¿Entenderá lo que le digo? ¿Debo ser muy positiva? o el niño será demasiado ingenuo sobre la realidad. Pero, si soy demasiado negativa, no podrá influir de forma negativa al niño?. Cuando nos convertimos en padres, todo son dudas. Queremos darles lo mejor y no tenemos ninguna garantía de lo que es mejor para ellos. Así es que lo mejor, es no darle tantas vueltas e intentar seguir nuestro sentido común. 

Nuestra relación.

Todos hemos oído muchas veces que los niños son como esponjas. Están absorbiendo todo lo que les rodea para crear su forma de ser y actuar. Aunque es totalmente cierto, no es tan literal. De hecho, no por que un niño vea algo una o dos veces, va a hacerlo. Y evidentemente, que nos haya visto hacer algo, no quiere decir que ese hábito que ha adquirido ya no se pueda cambiar.

La paternidad es una carrera de fondo. Y no pasa nada por que nos tropecemos muchas veces. Por suerte tenemos mucho tiempo para poder corregir los errores que hemos cometido.

Es que mi niño no es como los demás.

Muchas veces hablamos con otras madres y padres. Y nos cuentan sus experiencias y como actúan ante el comportamiento de sus niños. Y que ocurre. Que no podemos utilizar esos ejemplos. Los niños son muy diferentes entre si. Con lo que cada niño tendrá unas necesidades diferentes. Nosotros somos los que mejor conocemos a nuestros niños. Y aunque nos cueste pensarlo, los padres pueden llegar a ser los mejores psicólogos para sus hijos. Hay una serie de pautas que debemos utilizar para ayudar a nuestros niños. Y saber exactamente como debemos actuar ante cualquier situación que nos ocurra.

  1. La observación: Es un proceso básico. De hecho, lo verás en cualquier proceso científico. Para entender y para poder tomar decisiones debemos conocer la personalidad, la forma de actuar y por supuesto las necesidades o carencias que queremos potenciar en nuestro niño.
  2. Marcar un plan: Una vez que conocemos a nuestro niño. Y vemos cuales son los problemas que encontramos. Por ejemplo tiene rabietas muy fuertes, es extremadamente tímido y sabemos que a la larga le va a provocar algún problema en las relaciones sociales… Cada niño tiene sus cosas. Entonces buscamos las diferentes formas en que podemos actuar, ante diferentes escenarios.
  3. Evaluación: Una vez que hemos probado lo que nos hemos propuesto, es el momento de la evaluación. Ver si ha servido para algo, si hemos empeorado el problema… 

Si con estos pasos no hemos conseguido ayudar al niño. Volveremos a empezar. Así hasta que demos con la solución. Sobre todo necesita de mucha paciencia. Y desde luego habrá niños que cambien enseguida y otros que tarden muchísimo.

Un apunte que quiero decir, es decir que no estoy hablando de cambiar la personalidad del niño. Nunca me oirás decir que un niño que no para quieto tiene un problema. Todo lo contrario, si no se está quieto, es por que no encuentra una actividad que le llene, que le enganche lo suficiente, o por que es extremadamente curioso y necesita más y más cosas. Algo que más que un problema yo lo veo como una bendición. Aunque evidentemente, lo que debemos conseguir es enfocar esa actitud hacia una actividad que le llene y que le permita desarrollar su intelecto mucho más. Llevo unos 20 años trabajando con niños, he visto toda clase de niños. Y aun hoy, no medicaría a ninguno por “hiperactividad”. Lo que necesitan es apoyo y encontrar su espacio.

¿Cómo debo hablar con mi niño?

Es una buena pregunta. Nos encontramos con padres muy protectores que los tratan como si necesitaran estar entre algodones. Otros que les dejan plena libertad. No hay un modelo bueno y uno malo. Así puedes encontrar diferentes tipos de adultos. Si que es cierto que los niños aprenden y absorben lo que les decimos.

Una de las cosas que yo siempre intento, es no trasmitir mis miedos (absurdos) con los niños. Hoy en día vivimos en el estado del miedo. Donde ponemos las noticias y solo vemos problemas y peligros. Yo no creo que sea así. Todos los días hay noticias muy bonitas que no vemos, ya que no salen en los telediarios. Por lo general la humanidad es buena. Y no podemos vivir con miedo. Y si lo hacemos sabemos lo que significa vivir con miedo y seguro que no lo quieres para tu niño.

Otra cosa muy diferentes al miedo es la responsabilidad. Uno puede tener miedo al coche e intentar que el niño no lo tenga en un futuro. Pero, si que debemos enseñarle los peligros y la responsabilidad que tiene el ir en coche. Y que si bebes no conduzcas, no corras en exceso… Se puede enseñar responsabilidad sin meter miedo.

Por lo general, la gente equilibrada lo tiene más fácil en la vida. Me refiero equilibrada, que no tiene muchos miedos, que es extrovertido aunque tenga su mundo interior y disfrute de la soledad, que tenga empatía y algo que se nos olvida y que no se ve mucho en nuestros tiempos. Conseguir que el niño aumente su curiosidad con los años, en vez de disminuirla. Podemos ver cada vez más como la generación que ahora tiene entre 20-30 años, están desmotivados. No tienen interés por nada.

Algo que debemos tratar de inculcar y enseñar a todos los niños es la pasión. Algo que curiosamente tienen de forma innata. Pero que con el paso del tiempo, la sociedad, el colegio, la televisión… Les va matando.

Seguro que más de un día querrás rendirte (depende de como sea el niño). Pero por suerte te aseguro que al día siguiente tendrás fuerza para volver a la carga. Y olvidarás lo que te ha dicho o ha hecho el día anterior. los padres no somos una escuela militar, debemos educar con nuestro ejemplo.

Un caso muy común que me he encontrado. Son los ídolos de los niños. Todos somos conscientes de la cultura en la mayoría de los países por lo menos en los europeos. (Que voy a decir cuando hace una semana se estrenaba un nuevo reality, donde los protagonistas viven una experiencia desnudos, al mismo estilo del Gran Hermano.)

Cada vez se escucha más a niñas y niños de 14, 15… se lo he oído hasta a gente de casi 30 años. Que su sueño es ser uno de los de “hombre, mujeres y viceversa”. Y ves como la gente se escandaliza por ello. Cuando en verdad los niños llevan años, viendo en sus casas como sus padres ven los programas de cotilleo, elogiando a las personas que no han hecho nada en la vida, a los deportistas que se convierten en el modelo a seguir por que tienen habilidad en darle patadas a una pelota… Y luego quieres que el niño quiera ser científico, si ni sabrá lo que es. Quiere ser lo que ha oído en casa o ha visto en la tele.

Hablando con la gente todo el mundo ve documentales. Pero sin embargo cada vez baja más la audiencia de los mismos. Aquí vemos claramente como vamos perdiendo el interés por el conocimiento, ya que para ver un documental hay que prestar atención y trabajar el cerebro. Frente a programas que no nos exigen nada de nada. Tan solo sentarnos y quedarnos embobados.

Obviamente no digo que se deben acabar los deportes, ni la tele-basura. Solo que debemos darles al menos las mismas posibilidades a unos personajes que a otros. Y los primeros años son fundamentales para su futuro y su forma de pensar.

Resumiendo todo lo que hemos dicho, podemos dejarlo en una serie de puntos:

  • Cariño.
  • Paciencia.
  • Personificado.
  • Valores.
  • Ejemplo.
  • Humildad.

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