Mi carta de amor para ti, blogger comprometido

Tienes que creer en ti, para empezar a creer que lo que escribes puede interesarle a alguien

Querido blogger comprometido,

Hace tiempo que pienso en escribirte, aunque no encontraba las palabras (¿qué cosas, eh? Resulta que una tía charlatana y con verborrea crónica, no encontraba las palabras). Espero, ante todo, que cuando esta carta llegue a tus ojos, no te hayas cansado de luchar, de esforzarte y de ser constante. Y sobre todo, que esta carta te sirva para seguir adelante como hasta ahora.

Quiero declararte mi amor. Más bien, mi admiración. No es fácil, yo lo sé. Crear contenido constante en un blog es un trabajo que requiere disciplina y sobre todo, aunque de eso no te hablan en ningún artículo para bloggers, mucha confianza en uno mismo. Tienes que creer en ti y creer en lo que haces, para empezar a creer que lo que escribes puede interesarle a alguien que no te conoce, que nunca te ha visto y que nunca ha coincidido contigo. Captar la atención de un extraño que vaga por Internet, cuando no tiene ninguna clase de prejuicio ni de conocimiento ni de idea sobre ti, cuando no sabe nada de tu vida, ni de lo que te apasiona escribir, es muy complicado. Pero qué gratificante es cuando lo consigues, ¿verdad?

Ser un blogger comprometido en los tiempos que corren, en los que tienes que trabajar una media de 40 horas a la semana para tener ingresos que paguen facturas, y en los que el resto del tiempo tienes que atender una casa, a una pareja o incluso a una familia (por no hablar de que a nosotros también nos gusta tener vida social de vez en cuando, ¿verdad?), es difícil. Puede que haya gente a la que tu trabajo (llámalo trabajo, que no te dé miedo) como blogger le parezca una soberana tontería o algo que podría hacer cualquiera, o una tarea insignificante; pero no es lo que debes creer tú. Tú debes creer que tu trabajo como blogger es lo mejor que puede pasarte. Y que si realmente te comprometes con ello, se puede convertir en algo maravilloso en tu vida.

Quería decirte que te admiro, blogger comprometido, porque eres capaz de sacar tiempo de donde no lo tienes para mantener activo tu blog; porque, aunque a veces no lo creas, ayudas a otros que, como a ti en su día, les parece atractiva la idea de abrir un blog, pero que se sienten tan abrumados y tan incapaces, que nunca empiezan. ¿Alguna vez alguien te ha dicho que se ha abierto un blog porque tú le inspiraste? Créeme, es de los halagos más bonitos que podrán decirte nunca. Y es genial.

Hablando de genialidad. Tú eres genial. Y por eso te admiro, blogger comprometido. No importa la de blogs que hayas abierto y cerrado a lo largo de tu vida, lo importante es que tienes claro que si hay algo que quieres hacer en esta vida, es escribir un blog. Dar con el blog que siempre has querido tener, no es fácil. Pero una vez que lo consigues, créeme, es algo parecido a sentirte en casa.

No sé por qué abriste el tuyo. No sé qué tipo de objetivo querías conseguir, ni tampoco sé con qué idea, pero da igual, es una idea buena en todo caso (aunque a veces lo dudes), porque es la idea que te impulsó a dar el paso. Y de eso, de impulsos, tu vida como blogger estará llena. Deberás tener instinto, perseverancia y paciencia, porque no será fácil alcanzar tu objetivo, pero por el camino te encontrarás con gente maravillosa, aprenderás un montón de cosas y quién sabe, si podrán surgir nuevas oportunidades. Estoy segura de que te gustará tantísimo ser blogger cuando realmente seas el blogger que siempre has querido ser, que te costará no ir por la calle y decirle a cualquier extraño: “Eh, ¿quieres cambiar tu vida? ¡Ábrete un blog!”.

La gente que no lo tiene, es cierto, no siempre lo entiende. No entiende por qué eres capaz de quedarte hasta las tantas de la noche escribiendo, por qué te quedas un sábado entero en casa junto a tu ordenador o por qué apuntas ideas en tu móvil en los sitios más inesperados. No pasa nada, no escribes para que otros lo entiendan. Escribes para ti y al final, con el esfuerzo y el compromiso que requiere, acabarás escribiendo para otros, que no solo entenderán tu trabajo, sino que aprenderán y se inspirarán con él.

Por eso quería escribirte esta carta, blogger comprometido, para alentarte (que yo sé que hay días en los que ese empujoncito hace falta). Para decirte que lo estás haciendo bien, que si lo haces con cariño y con empeño, ya está bien hecho. Para advertirte que no busques la perfección, porque no existe; y para abrazarte, en la distancia del ciberespacio, porque me siento muy orgullosa de compartir una comunidad tan grande contigo, que cada día te esfuerzas por ser mejor.

Gracias, blogger comprometido. Porque escribir para ti también me ayuda a mí, cada día.

Atentamente,

L.