Revista Cultura y Ocio

Mi experiencia en el Paralibro con los Traficantes de letras

Publicado el 02 septiembre 2012 por Librosintinta
¿Les ha pasado que están en la parada del autobús y quisieran tener un libro en sus manos y se decepcionan de solo ver anuncios en los laterales?, pero ¿qué tal si en vez de anuncios hayan libros para elegir?  Así todos y todas estaríamos con ansias de llegar a la parada del autobús y de que éste no llegue tan rápido para poder seguir leyendo. Este fin de semana me fui con los traficantes de letras, amigos que aman leer y trafican con libros (ya les contaré más adelante cómo), los acompañé a conocer el Paralibro, el tan maravilloso Paralibro. Mi experiencia en el Paralibro con los Traficantes de letras

Los traficantes preguntaban quién los acompañaría a Umán, un municipio de Yucatán, a un evento donde pondrían su mesa y harían lo que saben hacer, solicité acompañarlos, quedamos a las 8:30 am en un punto intermedio y llegando al lugar con 3 minutos de retraso me uní a ellos en el automóvil y nos fuimos hacia donde está ubicado el Paralibro. Cuando llegamos y nos acercábamos al lugar comenzamos a buscar el Paralibro, uno de los traficantes preguntaba - ¿no es ése de ahí? Veo algo, ¿no es ese?- decía apuntando hacia algún punto en el centro de la plaza, mientras la rodeábamos en el auto el otro traficante con barba y yo tratábamos de agudizar nuestra vista para poder localizar el Paralibro mas no podíamos verlo, hasta que de repente el espacio entre los árboles, bancas y demás cosas nos dejaron ver el famoso Paralibro. En mi mente, cuando lo ví dije- ¡que genial!- sí, lo dije en mi mente. Encontramos un lugar para aparcar el auto y fuimos hacia él a encontrarnos con la persona que estaba encargada y que había invitado al traficante de letras, pero no estaba.  Mientras esperábamos, pudimos admirar más de cerca y a detalle el Paralibro. El Paralibro, físcamente es como un paradero de autobuses, pero en los costados tiene repisas con libros de todo tipo, protegidos en una vitrina de cristal y cerrados con unas puertas de metal con candados. Mientras lo rodeábamos, no sentamos, probamos la banca, nos emocionamos al momento de reconocer algunos títulos de los libros y al descubrir otros que nos llamaron la atención y que queríamos tocar, oler, ver y leer en ese momento, pero para mala fortuna de nosotros el Paralibro aún no abría. Esperamos unos minutos mientras platicábamos, unos minutos antes de las nueve llegó Grisel, encargada de abrir el Paralibro, la saludamos y aún seguíamos con ansias de que abriera las vitrinas del Paralibro para ver mejor qué libros había dentro, nos encantó encontrar muchos ejemplares, más de los que habíamos calculado, y más interesantes de lo que habíamos imaginado. Apenas abrió las vitrinas nos lanzamos a ver el contenido: libros ilustrados para niños y niñas, libros con secuencia de imágenes, libros ilustrados de Moby Dick y Hugo Cabret (por el que fuimos inmediatamente), libros de misterio, novelas nominadas al Nobel, pequeños libros con imágenes secuenciales que nos maravillaron, y un mundo más de libros en el que queríamos poner nuestras manos pero no nos eran suficientes, quería ser como la diosa Kali y tener muchos brazos para poder agarrar todos los libros pero no pude.
Ya pasada la sorpresa y la fascinación, los traficantes fueron por sus herramientas, una mesa, una lata con calcas y un diablito de carga con su propiedad (temporal) más preciada: LIBROS colocaron su mesa y comenzaron a sacar las decenas de libros que tienen, los acomodamos y uno de ellos colocó el cartel con la siguiente leyenda: INTERCAMBIO DE LIBROS.  Sí, los chicos de Traficante de Letras se encargan de una mesa itinerante para intercambio de libros, cualquier persona puede llevar un libro y llevarse otro u otros que le interesen,  de esta manera personas desconocidas, y que probablemente nunca se conozcan, intercambian libros entre sí. Los traficantes, llevan esto a diferentes partes de la ciudad en diferentes eventos y comparten con los demás su amor por la lectura.


Mi experiencia en el Paralibro con los Traficantes de letras

ParaLibros y TRaficante de letras


Mi experiencia en el Paralibro con los Traficantes de letras
Siguió pasando el día y las personas comenzaron a acercarse, algunas un poco tímidas preguntando cómo podían llevarse un libro, muchos niños y niñas fueron al Paralibro a leer y a llevarse otro libro a su hogar para leerlo, y así siguieron pasando las horas, nosotros platicando y leyendo, leyendo y platicando, y las horas pasaban sin nosotros darnos cuenta. Al llegar el medio día el evento de el Traficante de letras terminaba y el paralibros cerraba de nuevo sus vitrinas pero no sin antes liberar algunos libros, nos decidimos por cuáles dejar libres y comenzamos a escribir un mensaje para el lector que los encontrara, nos esparcimos por la plaza con libros en la mano y comenzamos a dejarlos en diferentes puntos del parque, los teléfonos públicos, las bancas, junto a un árbol y a lado de algunas personas, yo hice esto como algo lleno de misterio queriendo saber si al final alguien encontraría ese libro, lo leería y se lo llevaría a casa, o si terminando de leerlo lo dejaría donde lo encontró, me dejaba con el suspenso y la emoción de saber que alguien disfrutaría de esa lectura sin saber quién se le había proporcionado el libro. Terminando nos reunimos de nuevo, guardamos las cosas de traficante en su contenedores, nos despedimos de Grisel y nos fuimos de regreso al auto espiando los libros libres para saber si alguien ya lo tenía en las manos, nos llevamos la sorpresa de que varios ya tenían nuevo dueño y nos sentimos felices y emocionados por esto., y así regresamos a Mérida, el lugar donde vivimos, por mi parte regresé emocionada por la experiencia, con un nuevo libro para disfrutar (El túnel) y una nueva experiencia que contarles.

Mi experiencia en el Paralibro con los Traficantes de letras

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