Revista Infancia

Mi hijo habla poco, no se relaciona con sus compañeros de clase. ¿Qué le ocurre?

Por Mamapsicologain @mamapsicologain
En las últimas semanas he recibido varios comentarios en uno de mis artículos en el que algunos padres y madres me escribíais preocupados por la forma de relacionarse con los demás (adultos, maestra y grupo de iguales) que tiene vuestro hijo o hija. En todas había algo común " mi hijo habla poco en clase o nada y además no se relaciona mucho con sus compañeros. ¿Qué le pasa? ¿Qué puedo hacer?".
niña tímida

Debido a que esta parece ser una preocupación bastante frecuente en padres y madres he creído conveniente escribir este artículo, relacionado con uno anterior "Mi niño es muy tímido y retraído, ¿qué puedo hacer?" para intentar dar respuesta a algunas preguntas que no quedaban resueltas.

Para empezar a comprender por qué nuestro hijo (hija) se muestra tímido o retraído cuando está con otras personas debemos empezar diciendo que, al igual que los adultos, los bebés tienen su propio temperamento desde el mismo momento de nacer. Los estudios realizados sobre esta temática así lo avalan y determinan que los bebés reaccionan de diversas maneras a todo lo que ocurre en su entorno. El artículo "El temperamento de los bebés" amplía la información que aquí te ofrezco.

Estas diferencias en los temperamentos que manifestamos bebés, niños y adultos, implican diferentes grados de interés por las relaciones sociales 

Unos nos podemos sentir muy cómodos interactuando con otras personas mientras que otros no tanto. El nivel de comodidad e interés de una persona en las interacciones sociales suele ser bastante estable a lo largo del tiempo y esto puede acabar siendo un motivo de preocupación para los padres, sobretodo cuando ven que su hijo se queda al margen, no habla ni juega con otros niños, y los maestros y profesores insisten en que sus hijos no participan en las conversaciones de clase.


niña tímida

¿Detrás de esta actitud de mi hijo puede haber algún trastorno asociado?

Por lo general, la timidez inicial de un niño de 2-3 años ante situaciones o personas nuevas suele ser algo normal, que no implica ningún tipo de problemática subyacente y no debemos preocuparnos porque nuestro hijo se esconda detrás nuestro.

En otros casos, los menos (8%) , hay niños que ante estas situaciones sociales o cualquier situación nueva se muestran realmente cohibidos y tienden a alejarse de las personas, situaciones y juguetes que no conocen. Debemos ir con más cuidado con ellos porque realmente lo pasan muy mal si son abordados por alguna persona demasiado pronto. 

Estoy hablando de niños con una fuerte ansiedad social que responden llorando ante cualquier palabra que un extraño le pueda dedicar. La ansiedad que sienten y el malestar físico se puede medir fisiológicamente, ya que provoca un aumento en su frecuencia cardíaca y cambios en la actividad cerebral que sugieren que perciben cada situación nueva como una posible fuente de peligro. Pero, por lo general, si les damos tiempo para que se adapte y acostumbren a esa nueva situación acaban  animándose y participando como lo hace cualquier niño.

Sobre cómo evolucionan este tipo de niños, los estudios que se han realizado sobre esta temática a largo plazo demuestran que muchos de ellos siguen siendo cohibidos y tímidos a medida que crecen y que son

propensos a sentir ansiedad en entornos nuevos y al interactuar socialmente.


Relacionado con la ansiedad social que causa cualquier interacción o situación nueva, algunos niños acaban desarrollando un trastorno poco frecuente conocido como mutismo selectivo y del que he hablado en alguna ocasión. 

El mutismo selectivo constituye una forma específica de fobia social. Se caracteriza porque el niño habla abiertamente en su casa con su familia, pero no puede hablar con comodidad en otros ambientes con otras personas. Los padres pueden advertirlo en restaurantes o tiendas o cuando se los presenta a un desconocido o, en ciertos  casos, a parientes que no ven habitualmente. A veces, los padres se enteran del problema a través del personal de la  escuela cuando el niño ingresa en el preescolar o el jardín de infantes.

Ante la pregunta que nos inquieta cuando observamos que nuestro hijo habla poco, no se relaciona con sus compañeros de clase y sus maestros nos advierten de su poca participación en clase.


¿Qué pueden hacer los padres?

En primer lugar, pensemos con detenimiento en lo que nos preocupa. 


  • Si nuestro hijo lentamente se va acostumbrando a las situaciones nuevas, habla con tranquilidad y juega con los demás después de conocerlos un poco, no nos alarmemos demasiado.
  • Muchos niños entablan buenas amistades y se sienten bien socialmente a pesar de no ser los más habladores del grupo. Sin embargo, debemos reconocer la ansiedad social en su real magnitud. 
  • Si nuestro hijo es muy retraído, pero es diferente con la familia, pensemos si el retraimiento social le impide adaptarse o no. Además, es necesario que observemos si puede hablar cada vez que quiere y si puede hablarle a un adulto o a otro niño cuando necesita algo. Un niño que ansía jugar o que juega con otros, pero no habla, probablemente es presa de la ansiedad. 
  • No asumamos que el problema desaparecerá a medida que crezca. 
  • Debemos tomarnos muy en serio  los informes de los maestros. El parlanchín de la casa puede ser muy callado fuera del hogar y los maestros son los primeros en notarlo.
  • Animar a su nuestro hijo a entablar relaciones sociales. No lo protejamos manteniéndolo aislado de los demás. Debemos ayudarle a descubrir que la interacción social puede ser divertida y gratificante.
  • No lo dejemos en situaciones sociales sin darle apoyo. 
  • Mucho cuidado al hablar de nuestro hijo.Evitemos referirnos a él diciendo que es "tímido" cuando le preguntan alguna cosa y no responde. 
  • Si no es imprescindible que responda, no hablemos por él.

photo credit: Zuhair Ahmad via photopin cc photo credit: maessive via photopin cc

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