Revista Política

Mi hoja de ruta para el PSOE: la inacción será la muerte

Publicado el 28 mayo 2014 por Ntutumu Fernando Ntutumu Sanchis @ntutumu

Mi hoja de ruta para el PSOE: la inacción será la muerte

Fuente: http://goo.gl/7z7OIV

Todo lo que sea estancarse en viejas fórmulas para arreglar nuevos problemas, será un error @PSOE #HojaDeRuta

— Fernando Ntutumu (@ntutumu) Mayo 27, 2014

La situación de partida

Partimos de una situación de crisis económica que destapa las crisis sociales, políticas y de moral desatando movimientos de indignación como el 15-M.

El inicio todo esto se encuentra, no en la crisis económica, sino en el reflejo de ésta en la sociedad: movimiento 15-M lo llaman. Este movimiento no es un reflejo sólo de la crisis económica sino de las deficiencias políticas, morales y sociales que ésta dejó al descubierto.

No es ni un fin ni un objetivo, es la consecuencia; no sólo de la crisis económica sino de la corrupción auspiciada por la burbuja inmobiliaria, la dejadez ciudadana y de las administraciones, así como de la falta de crítica política. La sociedad en conjunto fue escasamente crítica hasta que las circunstancias la han obligado a serlo. Hablo de la sociedad en su conjunto ya que sectores críticos los hay siempre y en todos sitios.

Mientras la democracia representativa fue aceptada, los partidos fueron vehículo legítimo. Una vez la ciudadanía se posiciona más cerca de concepciones más participativas y menos representativas de la democracia, votar y delegar no es suficiente. Si esto no se entiende por parte de los partidos políticos, estos dejan de ser útiles y, por tanto, necesarios; hay otras vías y, si no las hay, se crean.

La falta de trabajo, las burlas y robos constantes por parte de lo que es considerado como una casta política, unido a la falta de percepción de eficacia política interna (o capacidad para influir en la política) ha llevado a que la influencia en el devenir de sus vidas, en el destino de lo público, la hayan buscado en otras vías. Si no son los partidos, serán los movimientos; si no son las instituciones serán las calles; si no son los partidos tradicionales, serán los nuevos. No importa, lo importante es que se desean cambios y, sobre todo, adaptaciones. Y hablo de adaptaciones porque los cambios no siempre son a mejor. Con esto quiero decir que lo que la sociedad percibe como necesario no tiene porque concordar con “lo mejor”, con el “bien común” pero, como estamos en una sociedad que se hace llamar democrática, ese ha de aspirar a ser el fin último de la política: servir al pueblo y no sólo mandar sobre él.

Las cambios son imprescindibles

La continuidad, si ese fuera el futuro que espera al Partido Socialista Obrero Español, lo llevaría a la irrelevancia. La distancia entre la dominación y la irrelevancia es más corto en este sentido que en el opuesto. “No nos representan”, “chorizos”, “democracia real ya” son críticas clave.

¿Qué tipo de cambios? Ésta es una pregunta cuya respuesta no es del todo clara. Lo que sí es claro es que la continuidad, si ese fuera el futuro que espera al Partido Socialista Obrero Español, lo llevaría a la irrelevancia. No porque sea el PSOE, sino porque la distancia entre la dominación y la irrelevancia es más corto en este sentido que en el opuesto. No sería el único partido que desaparece del panorama político total o parcialmente.

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompió. O, mejor dicho, viene rompiéndose contínuamente -léase elecciones locales, generales, autonómicas- hasta que al final se rompió “de verdad”. Nadie sabe si de verdad este es el punto más bajo de la preocupante trayectoria del partido pero, lo que sí es cierto y seguro es que “ya es hora”.

Imprescindible: mayor representatividad, transparencia, participatividad, honestidad, humanidad y fin de los privilegios.

El 15M, y posibles derivados (en barrios, etc.), son producto de la falta de mecanismos institucionales para canalizar el descontento y PODEMOS su canalizador. “No nos representan”, “chorizos”, “democracia real ya” son reclamaciones de mayor representatividad y cercanía entre político y ciudadano; de mayor transparencia y participatividad. Se percibe que se puede (PODEMOS) cambiar pero que los partidos tradicionales, según éstos, no quieren aunque, en mi opinión, el problema es que no saben. La transparencia y la política co-creada o participatividad de la política democrática son otras de las características fundamentales que se demandan. Tener honestidad, pedir disculpas, creer en lo poderoso de los actos y no sólo de las palbras ser humano, romper esa sensación de casta y privilegio que se creyó eliminada con la Revolución Francesa son pasos fundamentales; y ser conscientes que no se busca un mandato imperativo ni una política elitista y excluyente, sino una política en la que la posibilidad de participar y de influir en el proceso esté siempre abierta y sea posible en base a estructuras más horizontales.

Los próximos pasos: elección directa de la secretaría general y primarias abiertas para la elección del/la candidato/a (en ese orden).

Un congreso es una tirita donde debería ir una venda; insuficiente. Es un momento crítico en el que se pueden hacer las cosas mal y desaparecer o hacerlas bien y resurgir. La inacción será la muerte

Todo tiene sus pros y sus contras pero un congreso, ahora, es lo último que se le pide a este partido. No es esto un posicionamiento, sino una realidad. No es cuestión de que a mi me guste más o menos sino que, en una situación como la que se encuentra el partido, un congreso es una tirita donde debería ir una venda; insuficiente.

Un millón de votos se ha llevado un partido que representa la ausencia de estructura, la falta de institucionalización y el descontrol -en el buen sentido de la palabra. Un toque de atención para los demás partidos es que el antónimo al partido tradicional sea una de las opciones más votadas. Recordemos algo: PODEMOS no tuvo afiliados que llamar por teléfono para que fuesen a votar, es decir, tiene mucho mérito. Lo han conseguido no porque tengan mejores ideales, ni porque se expresen mejor o sean más simpáticos; lo han hecho por una simple razón: son fruto de los tiempos que vivimos (a diferencia de otros partidos).

Pero no todo está perdido si las tuercas se aprietan a tiempo. No es cuestión de comprar un coche nuevo; tan sólo será necesario hacer como los cubanos: adaptarse y reparar. Es un momento crítico en el que se pueden hacer las cosas mal y desaparecer o hacerlas bien y resurgir. La inacción será la muerte. Los cargos que eviten hacer las cosas bien (como la gente quiere que se haga), ya sea por inacción, miopía política o beneficio personal, pasarán a la historia como los que pusieron punto y final.

Mi opción, no por óptima sino por demandada: elección directa de la secretaría general y elección del candidato/a a las elecciones por primarias abiertas; y en ese orden. Se demandan revoluciones controladas, cambios significativos porque todo aquello que sea cambiar de postura sin cambiar el marco del cuadro, será como no haber hecho nada. Ahora, desgraciadamente, ese escenario está casi descartado pese a que existen movimientos internos presionando; así que tal vez la opción sea optar porque, al menos, el congreso se lleve a cabo una vez se realicen las primarias.

Un artículo de Fernando Ntutumu Sanchis.

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