Déjame que te acaricie
y te cuente lo que siento,
con la punta del pincel
que es la extensión de mis dedos.
Déjame que grave en ti,
en lo blanco de tu cuerpo,
los colores y las formas
que tienen mis sentimientos.
Sé el espejo de mi alma,
muestra lo que tengo adentro,
cuéntale a todos quien soy,
que vean en ti, mi reflejo.
Y en una nube cargada
de óleo, trementina y sueños,
déjame reposar por siempre
entre tus brazos, mi lienzo.
Miriam Brandan