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“Mi mamá murió de tristeza”

Publicado el 07 agosto 2017 por María Bertoni
“Mi mamá murió de tristeza”Norma es uno de los principales motores de la firma del convenio con Cruz Roja Internacional para la identificación de soldados argentinos que combatieron en Malvinas.

Norma Beatriz Gómez cumplió 50 años el 25 de julio pasado. Trabaja como empleada administrativa en un hospital de la localidad chaqueña de Presidencia Roque Saenz Peña. Fuera del horario laboral, visita a familiares de soldados rasos caídos en la guerra de Malvinas. Empezó a frecuentarlos cuando la Justicia argentina les reconoció el derecho a la verdad que se les negó durante tres décadas: saber si sus seres queridos están enterrados en las tumbas NN dispuestas en el Cementerio de Darwin.

Norma nació y se crió en Villa Berthet, provincia de Chaco. Tenía 15 años de edad cuando vio por última vez a su hermano Eduardo y a su primo Mario Sánchez, ambos de 19. Corría 1982. Uno y otro estaban haciendo el servicio militar obligatorio en el Regimiento de Infantería Mecanizado 4 de Monte Caseros, provincia de Corrientes. En el otoño de ese año, nuestro Ejército los mandó a Malvinas a luchar por la recuperación del archipiélago que Gran Bretaña terminó de usurpar en 1833.

Mario murió en combate el 29 de mayo de 1982; sus restos yacen identificados en Darwin. De Eduardo, Norma sabe que fue trasladado al sur por una carta que él mismo envió sin precisar el lugar. Después de años de búsqueda sin éxito, le pidió incansablemente a nuestro Estado nacional que realizara las gestiones necesarias para identificar los restos sepultados en el mismo camposanto, pero en tumbas con la leyenda Soldado argentino sólo conocido por Dios.

Norma fue uno de los motores de la acción colectiva que consiguió la mediación de Cruz Roja Internacional para llevar adelante el proceso de identificación que comenzó el 19 de junio. Años atrás, se entrevistó con Cristina Fernández de Kirchner cuando la ahora precandidata a senadora presidía nuestro país, y con Alicia Kirchner cuando la actual gobernadora de Santa Cruz era ministra de Desarrollo Social de la Nación. En el transcurso de 2017, se reunió con el actual secretario de Derechos Humanos de la Nación Claudio Avruj, con el gobernador del Chaco Domingo Peppo, con el secretario de DD.HH de la misma provincia, Juan Carlos Goya.

Espectadores mencionó a Norma meses atrás en este post sobre los otros deudos de Malvinas. El último sábado de julio, la entrevistó por teléfono.

E: ¿Qué información tiene sobre las exhumaciones en el Cementerio de Darwin?

NBG: Yo estoy en contacto con un antropólogo que vino al Chaco a hacernos una extracción de sangre a los familiares de combatientes, y que está en contacto con el equipo conformado por Cruz Roja Internacional. Justamente anoche hablé con él y me dijo que los trabajos van más que bien, mejor de lo que esperaban. Hace una o dos semanas, las muestras de sesenta cuerpos fueron trasladadas al laboratorio que el Equipo Argentino de Antropología Forense tiene en la provincia de Córdoba para empezar el cotejo de muestras de ADN.

E: ¿En qué sentido las cosas van mejor de lo que se esperaba?

NBG: El tema es el clima. La gente de la Cruz Roja tenía mucho temor de la lluvia, de la nieve. Pero se ve que no, que les fue muy bien. Esto me dejó muy tranquila porque me dijeron que esperan terminar las tareas de relevamiento antes de lo previsto.

“Mi mamá murió de tristeza”
El equipo de antropólogos forenses conformado por la CRI trabaja en las islas desde junio pasado.

E: ¿Le dijeron cuándo estarán listos los resultados del trabajo científico de identificación?

NBG: Los primeros resultados estarían listos entre principios y mediados de diciembre próximo.

E: ¿Cómo lleva usted esta espera?

NBG: A la mañana mi mente está ocupada en el trabajo pero, una vez en mi casa, me pongo ansiosa. A la noche no puedo dormir. Pienso en mi mamá porque éste era un deseo de ella, porque todo empezó con ella. A la primera que citaron fue a mi mamá, y ella murió esperando esto.

E: ¿Cuándo murió su mamá?

NBG: Hace cuatro meses… Murió de tristeza.

E: ¿En qué otras cosas piensa cuando está en su casa?

NBG: Para mí esto es algo fuerte porque yo, me digo, me voy a encontrar sola. A veces me pregunto con quién voy a estar cuando me den la novedad.

E: ¿Cómo era la vida de su familia antes de que Eduardo fuera trasladado a Malvinas?

NBG: Nosotros éramos mi abuela, mi mamá y nueve hermanos. Vivíamos en Villa Berthet, en un campo. Nuestra casa era de adobe. Éramos demasiado pobres pero extremadamente felices.

En 1982 mis hermanos, en su mayoría, ya estaban casados. Yo tenía 15 años cuando vi por última vez a Eduardo. Yo, a mi adolescencia, no la viví. Enseguida pasé a ser adulta porque lo de mi hermano fue un golpe muy duro.

“Mi mamá murió de tristeza”
Eduardo Gómez tenía 19 años cuando el Ejército Argentino lo mandó a pelear en Malvinas.

E: ¿Cómo se enteraron ustedes de que Eduardo había sido enviado a la guerra?

NBG: Nosotros nos enteramos a través de una carta que Eduardo le escribió al cuñado de mi mamá, pidiéndole que cuidara de ella, de mi abuela y de un hermanito nuestro que en ese momento tenía seis años. En esa carta también se comprometió a devolverle a este pariente la plata que él fuera a gastar en nosotros.

E: ¿Qué lugar ocupaba Eduardo en el orden de nacimiento de los hermanos?

NBG: Eduardo es el antepenúltimo… Yo soy la anteúltima y Guillermo, el que tenía seis años, es el más chiquito.

E: ¿De qué vivían en esa época, Norma?

NBG: Trabajábamos en un campo de 25 hectáreas. Mis hermanos salían a carpir y a cosechar lo que fuera: trigo, maíz, algodón. Hacían changas, digamos.

E: ¿Hasta qué nivel se escolarizaron usted y sus hermanos?

NBG: Hasta séptimo grado. Todos con la misma maestra y en la misma escuela que quedaba a cinco kilómetros de nuestra casa. A Eduardo no le gustaba que yo fuera sola porque era un camino solitario, rodeado de monte.

E: ¿Eduardo estaba haciendo el servicio militar obligatorio en 1982?

NG: Sí, estaba haciendo el servicio militar en Monte Caseros, Corrientes… La última vez que vino a visitarnos fue en febrero de ese año. Iban a darle de baja a mediados o fines de marzo.

E: ¿Entonces el Ejército trasladó a su hermano desde Monte Caseros, sin dar aviso a la familia?

NBG: Así es. No nos avisaron nada. Tampoco sabemos de dónde fue enviada la carta que Eduardo le escribió a su tío. Después de la visita de febrero, no volvimos a tener contacto con él, a pesar de que mandamos al sur y a su nombre cajas y cajas con abrigo, con chocolates. Nunca le habrán llegado.

E: El de su hermano no fue un caso excepcional…

NBG: No. En nuestra provincia nació la mayor cantidad de conscriptos muertos en Malvinas. Del total de 24 familias chaqueñas que desconocen el paradero de sus muchachos, 22 dieron el consentimiento para la exhumación e identificación de los restos. Ahora estamos tratando de convencer a una más. En cambio una familia se negó rotundamente.

“Mi mamá murió de tristeza”
Clic en la provincia de Chaco para ver las localidades donde nacieron los soldados cuyos restos se intenta identificar.

E: ¿De qué localidades eran oriundos estos chicos?

NBG: Uno de Quitilipi; dos de Tres Isletas; uno de Sáenz Peña; uno de Napenay; uno, mi hermano, de Villa Berthet; uno de Villa Ángela; dos de San Bernardo; uno de Machagai; uno de Puerto Tirol; uno de La Leonesa; uno de General Pinedo; uno de Las Breñas; uno de Campo Largo; uno de Santa Sylvina; tres de la capital, Resistencia…

E: ¿Todos ellos eran colimbas o alguno estaba cursando la carrera militar?

NBG: Todos eran conscriptos. Algunos estaban por terminar el servicio (militar obligatorio) y otros lo habían empezado en diciembre de 1981. Para mí eran criaturas, aunque a muchos no les gusta cuando uso esta palabra. Lo cierto es que a ellos y a sus familiares nos destrozaron la vida para siempre.

E: ¿Qué último recuerdo tiene de su hermano?

NBG: Para ir al regimiento donde hacía el servicio militar, Eduardo tenía que tomar un colectivo en un pueblito que se llama La Tigra. Justo la semana pasada salimos con la camioneta a hacer una recorrida por las casas de los familiares de caídos chaqueños y pasamos por ahí. En ese momento le dije al chofer: ‘Acá vinimos todos a despedir a mi hermano cuando volvió a Monte Caseros en febrero de 1982’.

Éste es el último recuerdo que me quedó grabado… En aquella despedida, mi abuela se largó a llorar, le dio la bendición a Eduardo, porque somos católicos, y le puso un crucifijo. A mí ese gesto me llamó la atención porque mi abuela no había hecho eso con mis otros hermanos que también hicieron la conscripción.

También me acuerdo del caballo blanco de mi hermano. Se llamaba Tordillo… Era hermoso, y murió al poco tiempo de que Eduardo se fuera a Monte Caseros para no volver.

E: ¿Cómo hizo para convencer a 22, quizás 23, familias chaqueñas para que se sumaran al pedido de identificación de los restos enterrados como NN en el Cementerio de Darwin?

NBG: Primero tuve que convencer a mi mamá luego de que en abril o mayo de 2011 viniera a visitarnos un abogado que ahora es juez de Dolores. Yo me di cuenta de que el Dr. Alejo Ramos Padilla no era un abogado cualquiera, y entonces empezamos a completar papeles que nos pedían. Después, con la ayuda de un ex combatiente, empecé a frecuentar a otros familiares de caídos y a explicarles la necesidad de identificar los restos enterrados en Darwin.

Este contacto con las familias empezó en Resistencia, en la casa del ex combatiente mencionado. Siempre les hablamos con la verdad, y en general los familiares aceptaron enseguida. El 1º de agosto de 2011 hicimos una presentación judicial en Comodoro Py, y ahí conocí a integrantes del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) que se cargaron la causa al hombro. En 2012, (la entonces Presidenta) Cristina (Fernández de Kirchner) pidió la intervención de la Cruz Roja. Ese año, también salió un decreto donde figuro como representante de familiares de caídos de Malvinas en busca de la verdad.

E: ¿Cómo vivió ese momento?

NBG: Si en ese entonces me hubieran preguntado, habría dicho que no quería esa respònsabilidad. Pero hoy me siento muy orgullosa. Hoy, además de seguir luchando por la identificación de los restos sepultados como NN, ayudo a conseguirles médicos, remedios a los familiares de los soldados muertos.

E: ¿Cómo está compuesta su familia ahora?

NBG: De nueve hermanos, cuatro murieron de cáncer, así que ahora quedamos cuatro, entre ellos, Guillermo, que vive en Santa Fe. Pero estamos distanciados.

E: ¿En quién se apoya o de dónde saca fuerzas para seguir adelante con esta lucha?

NBG: A veces me hago esa misma pregunta. Le pido fuerzas a Dios, y me apoyan muchísimo la gente del CECIM y el ex combatiente chaqueño David Zambrino con su familia. Y en el Hospital 4 de Junio, donde trabajo, está mi familia.

E: ¿Qué percibe fuera de ese círculo de contención?

NBG: Cuando viajo por el país y comento qué estamos haciendo los familiares de conscriptos muertos en Malvinas, muchos se asombran porque no saben. Y yo también me asombro, y pienso que los argentinos tenemos poca memoria.

E: ¿Es posible que esto tenga que ver con que otras asociaciones de ex combatientes silencian y descalifican el trabajo que ustedes vienen haciendo para identificar los restos de sus muertos?

NBG: Es que ellos no quieren que se sepa la verdad, porque algo oscuro hay.

E: ¿Algo oscuro?

NBG: Hay denuncias de que soldados argentinos fueron torturados por sus superiores en Malvinas. Yo conozco acá a un ex oficial muy asustado porque sabe que se le viene la noche.

E: ¿Por qué?

NBG: Él me contó algunas cosas que hizo… Me habló de un cepo; me dijo que hubo veces que enterró hasta el cuello a algún soldado. Yo le contesté: ‘¿Sabés qué? Si vos le hubieses hecho eso a mi hermano, yo no espero a la justicia de los hombres’.

E: ¿Cómo sintió usted el cambio que supuso la asunción presidencial de Mauricio Macri? Me refiero específicamente a la intención gubernamental de consolidar la relación sobre todo comercial con Gran Bretaña.

NBG: Yo rescato la decisión de darle curso al acuerdo con Cruz Roja Internacional para identificar a los 123 soldados enterrados en el Cementerio de Darwin. Primero no quisieron saber nada pero (la entonces canciller Susana) Malcorra habló de la cuestión humanitaria después de que se viralizara un video que hicimos nosotros, con testimonios de madres de caídos que creen que sus hijos están prisioneros en Inglaterra.

E: ¿Qué apoyo recibe del Estado provincial?

NBG: Cuando nos reunimos con el gobernador (Domingo Peppo) a mediados de junio, yo le dije: ‘usted tiene que tomar esto como algo muy importante, porque es algo que empezó en el Chaco’. Y él me contestó que sí, y ahí salió la Resolución por la cual el secretario de Derechos Humanos de la provincia, Juan Carlos Goya, nos apoya en todo.

No puedo quejarme del señor Goya que me citó tiempo atrás después de que yo, a través de los diarios, le reprochara al gobierno provincial que no me daba artículo. ‘Uy, el carácter que tiene esta chica’, dijo cuando me conoció.

E: Antes de morir, su mamá pidió expresamente que, en caso de identificarlos, los restos de Eduardo quedaran en Malvinas…

NBG: Así es… Todos los familiares de los caídos chaqueños queremos que los restos de nuestros seres queridos queden en Malvinas.

E: ¿Por qué?

NBG: Porque ellos juraron defender nuestra bandera, y pensamos que traerlos al continente sería como renunciar a las islas. Por eso ellos tienen que quedar custodiándolas, con su nombre, con su apellido, así como salieron de cada localidad.

“Mi mamá murió de tristeza”
Norma y su mamá en Malvinas, 26 años atrás.

E: Usted habrá estado en Malvinas… ¿Cuántas veces?

NBG: Estuve en Malvinas… Viajé en 1991 con mi mamá y uno de mis hermanos. Después fui sola una vez y cuando se inauguró el cementerio. Y volví dos años atrás con un grupo de mujeres que también quieren identificar los restos de sus hermanos.

En esa última oportunidad llegué el 14 de junio, para el aniversario de la rendición. Ahí vi lo que realmente es la cruel realidad de la guerra, es decir, todo lo que vivieron los muchachos.

E: ¿Por qué? ¿Qué vio en concreto?

NBG: Visitamos en pleno invierno trincheras que quedaron intactas. Ahí vimos hasta latas de comida vencidas. Algunas tenían fecha de 1978 porque era comida almacenada para los soldados que el Ejército movilizó al sur cuando el conflicto del Beagle con Chile.

E: ¿Qué otro recuerdo tiene de sus visitas a Malvinas?

NBG: Cada vez que llego a Malvinas, miro las islas y las veo tal cual como me enseñaron en la escuela. Y siento mucha bronca, impotencia y no hago más que llorar, llorar y llorar. Me hago preguntas y no encuentro respuestas.

E: ¿Qué preguntas se hace que no consigue responder?

NBG: Sobre todo me pregunto por qué… Por qué llevaron a estos muchachos tan jóvenes, sin armamento, sin abrigo, sin comida.

“Mi mamá murió de tristeza”
Leopoldo Fortunato Galtieri presidió entre el 2 de diciembre de 1981 y el 18 de junio de 1982 la junta militar que gobernó de facto a la Argentina durante siete sangrientos años.

E: ¿Con quién está más enojada por todo lo ocurrido?

NBG: Con (Leopoldo Fortunato) Galtieri. Sólo un tipo borracho o loco o demente pudo haber llevado adelante semejante cosa.

E: ¿Y con los ingleses?

NBG: Cada vez que vamos a Malvinas, siento que, a nosotros, los familiares, nos respetan mucho.

E: Usted se refiere a los kelpers…

NBG: Sí, que representan a Inglaterra en Malvinas.

E: ¿Qué pasará después de la identificación de los restos de los soldados NN enterrados en el Cementerio de Darwin?

E: El secretario Avruj nos dijo que están programando un viaje humanitario, es decir, pagado por el Estado, para los familiares. Sería en febrero de 2018.

E: ¿Usted va a ir?

NBG: Mi mamá me pidió que, si identificaban los restos de Eduardo, fuera algún nieto, es decir, algún sobrino mío. En ese caso, yo sólo viajaría si aceptaran dos personas por soldado. Si no es posible, viajará una sobrina que quiere mucho ir.

Cuento algo, a propósito de este viaje… Mi hermano Guillermo, que tenía seis años cuando Eduardo fue enviado a la guerra, viajó a Malvinas a sus veinte años de edad. Cuando hace poco le pregunté si en febrero no quería viajar él, me contestó: ‘Qué mierda voy a ir si todavía no puedo recuperarme de aquel primer viaje. Después de todo lo que vi, no vuelvo nunca más’.

E: ¿Termina su lucha, Norma, si entierran a su hermano con nombre y apellido?

NBG: No, no… Nosotros seguiremos luchando hasta que se identifiquen los restos sepultados en las 123 tumbas NN, y hasta que sean enjuiciados y encarcelados los militares que en Malvinas torturaron a soldados de sus propias tropas.


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