Revista Belleza

Mi operación de varices: Te cuento

Por Gadirroja

Mi operación de varices: Te cuentoA mediados de Mayo me sometí a una operación de varices de tipo por el método CHIVA.Te cuento hoy mi experiencia al detalle por si estás en un caso similar al mío y lo estás valorando.En este post hay fotos que pueden molestarte si eres sensible (una pierna con varices, una pierna con hematomas...).

¡Vamos al lío!



1. Lo primero: mi caso.

Partiendo de que todas las experiencias no son iguales, incluso antes de esto, es necesario aclarar muy bien qué tipo de varices tenía yo y por qué el doctor decidió este tipo de intervención.Mis varices NO son arañas vasculares, sino inflamación de las venas por mal retorno de la sangre. Empecé, tras el embarazo de Irene, a tener un pequeño bultito sobre la rodilla de la pierna derecha y con los años y pese a que soy cuidadosa (camino y hago ejercicio, no fumo hace años, no tengo sobrepeso...) la dichosa variz fue aumentando hasta convertirse en un auténtico problema.Mi operación de varices: Te cuento 02
Un problema que, más allá de lo estético -que también, pero yo no me iba a operar por algo así - me estaba dando ya muchos dolores. Un día, se la enseñé a una amiga enfermera y me dijo muy seria que debía acudir a un especialista, porque tenía riesgo de trombos.Efectivamente. El cardiovascular me lo confirmó, y me animó a operarme CUANTO ANTES (para que nos hagamos a la idea de cómo, algo a lo que no damos tanta importancia, puede estar poniendo en juego nuestra salud muy seriamente).

2. Sigamos, la operación.

Como te decía en la entradilla, el cirujano pensó que lo mejor para mi caso era el método CHIVA, que es la sigla de "cirugía hemodinámica de insuficiencia venosa ambulatoria" y que busca conservar lo máximo posible las venas (sin extirpar la sáfena, como se hacía antiguamente). Conlleva hacer algunas incisiones (en la ingle y en otras zonas de la pierna) para poder hacer ligaduras venosas que permitan restaurar el fluido circulatorio descargando las venas que no funcionan bien (y se inflaman, dando lugar a las varices).Esta operación se puede hacer con cirugía local o epidural (a mi me pusieron esta última y, como en mis dos partos, no me dio ningún problema).

La operación suele durar un par de horas y te piden que acudas en ayunas desde seis horas antes, y que lleves ropa y calzado aptos para el vendaje de la pierna intervenida. La mía se complicó (tenía fatal por lo visto la pierna, más de lo que se percibía a simple vista) y duró 4 horas pero yo apenas si me enteré porque me dieron un calmante y estoy tan poco acostumbrada a tomar medicación que ME DORMÍ Y HASTA SOÑÉ (un show).

Se interviene una pierna en cada ocasión porque la recuperación es activa, esto es, sales andando del hospital y te recomiendan las siguientes semanas, combinar ratos de estar sentada con la pierna en alto con ratos de caminar (poco a poco según tus posibilidades). A mi, la verdad, esto me vino de lujo porque ya sabéis que soy inquieta y si llego a tener que estar postrada, se me hace eterno.Mi operación de varices: Te cuento 03
Arriba me tienes al día siguiente de la operación. En esta foto habrían pasado unas doce horas y mira qué buen aspecto tengo ya.

3. Recuperándome.

Mi operación de varices: Te cuento 04A mi, el doctor (y digo a mi porque igual en todos los casos no es así, ten en cuenta que ya te he dicho que lo mío estaba complicado), me mandó calmantes 5 días cada 8 horas (y luego según dolor) pero debo decir, que aunque me los tomé porque tras el susto quise seguir todo al pie de la letra, yo solo tuve unas pequeñas molestias en las incisiones los primeros días (lo típico de una herida reciente) y la pierna me "avisaba" si debía cambiar de postura o descansar, pero es lógico. La escuchaba, y listo.

Manolo, que es un enfermero estupendo (y paciente) me hizo las curas de las perforaciones.Quizá lo más incómodo fue el vendaje y luego las medias de compresión, pero no me quedaba otra. A la derecha puedes ver todos los hematomas que tenía, pero es algo normal dentro del proceso del post operatorio. Con los días, fueron desapareciendo.Tras cinco días tomando calmantes cada ocho horas, tocaba dejarlos: el doctor me dijo que los usara solo si tenía dolor. El primer día de no tomarlos ni por la mañana ni por la tarde, me molestaban bastante las grapas y notaba la pierna muy pesada, así que tomé uno por la noche para descansar. Y ya no volví a tomar más.Al octavo día de la operación probé a dar un paseo con Betty de unos 20 minutos a paso tranquilo, para ir retomando mi rutina. Y al día siguiente, repetí 30 minutos.El décimo día tuve mi primera revisión y todo marchaba bien. Tenía unas pequeñas bolitas duras en algunos sitios donde la vena se había quedado sin riego pero el doctor me dijo que se irían absorbiendo.A los quince días de la operación solicité el alta y empecé a trabajar. Podría haber estado un mes de baja, pero entre que en casa ya estaba en el ordenador y atendiendo llamadas y mails y que mi trabajo me permite decidir si necesito estar de pie o sentada, creí que era lo más oportuno.Con lo que sí fui más paciente es con el hecho de retomar mi actividad física: aunque psicológicamente lo echaba mucho de menos, enseguida empezó a hacer calor y noté que me afectaba por lo que reduje mis paseos a las mañanas de los sábados y domingos y entre semanas me limité a estar en casa descansando del trabajo y leyendo. Creo que hacer esto ha sido prudente y ha ayudado a mi recuperación.

4. El resultado.

Llegados a esta altura seguro que te preguntas cómo quedó la pierna: aunque no es un tema central para la salud, incluso a mi me hacía ilusión verla mejor que antes. ¡Por primera vez en trece años me animé a comprarme unos shorts para celebrarlo! Jajaja.Mi operación de varices: Te cuento

En fin, espero no haberte aburrido, pero creo que a lo mejor puede servir de interés a alguien. Lo aprendido:

1) No dejes de ir al médico porque consideres que un problema es "solo" estético porque puede conllevar complicaciones.

2) Aprende a escuchar a tu cuerpo y darle todo el tiempo que necesita. 

Gracias por seguir en este viaje. 

 ¡A vivir!



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