Revista En Femenino

Mi particular #rinonaranja (o #yanotegritocariño)

Por Mousikh

Seguro que ya habéis oído todos hablar del reto del rinoceronte naranja (y si no podéis leer más aquí). Un desafío ideado por una madre americana de cuatro niños, que se dio cuenta de que en público conseguía controlarse y no gritarles al sentirse observada, (ya sabéis,  el miedo al qué dirán) y sin embargo, en casa no. Así que pensó que lo importante no era la imagen que pudieran tener de ella  unos desconocidos sino lo que pensaran sus propios hijos y se propuso el reto de estar 365 días sin gritarles.

Muchas madres blogueras españolas se han hecho eco de la idea y han iniciado su propio #rinonaranja o #yanogrito que es como se ha difundido esta iniciativa en las redes sociales.

#rinonaranja

Yo siempre he sido una persona con mucho ímpetu (o un pronto mu malo, como diría mi padre) y con una capacidad de pasar de cero a cien digna de un Ferrari, y un tono de voz que podríamos calificar de moderadamente fuerte (aunque en realidad pierdo la fuerza por la boca y en el fondo soy un pedacito de pan – momento “qué viva el refranero español”-).

El caso es que cuando dije que iba a convertirme en madre, yo creo que mi familia no daba un duro por mí en ese sentido, y apostaban porque sería una madre, muy cariñosa y con mucha buena voluntad, sí, pero un poco chillona tirando a pelín histérica. Ellos no lo van a reconocer, pero yo sé que es así.

Madre histérica

Por tanto, no daban crédito a sus ojos, al descubrir, que con mis hijos soy la paciencia personificada y que aunque me saquen de mis casillas, salvo alguna pequeña excepción (situación de potencial peligro y tal) ¡¡NO LES GRITO!! Vamos es que no me lo creía ni yo. Verdaderamente la oxitocina debía ser la hormona del amor y yo segregarla a raudales, porque tenía en mí un efecto que ni el mismo diazepam.

Sin embargo pronto descubrieron que esa “droga” tenía un efecto secundario. Sólo me hacia efecto cuando estaba con mis cachorros. Era alejarme de ellos y descargar tensión a raudales con el familiar adulto que me pillara más a mano. Y claro, ¿quién estaba siempre “por enmedio”? Pues el sufrido padre de las criaturas…

#Yanotegritocariño1

Él, mi principal apoyo, mi tabla de salvación, mi leal compañero…, sin yo quererlo, se había convertido también en el blanco de mis “iras”.

#Yanotegritocariño2

Así que en cuanto conocí este desafío, me dije: ¡¡ha llegado el momento!!. Y he decidido adaptar el desafío e iniciar mi particular #yanotegritocariño. Va por ti, Grandullón

;)

Porque en la vida, como en la jungla, todo es posible con amor…

#Yanotegritocariño3

Ya os contaré (o igual lo hace él, quién sabe) si lo consigo.

Y vosotr@s, ¿os habéis vuelto más gruñones con vuestras parejas desde que compartís hij@s?

¿Os animáis a uniros a mi reto #yanotegritocariño?


Volver a la Portada de Logo Paperblog