Revista Cultura y Ocio

Mi refugio

Publicado el 28 enero 2011 por Blogdemambo @blogdemambo
Finde multimedia: Lo +Xclusivo
Mi refugio
Género: Drama, DrogasPaís: FranciaDirección: François OzonAño: 2009Intérpretes: Isabelle Carré, Melvil Poupaud, Jean-Pierre Andreani, Claire Vernet, Pierre Louis-Calixte, Louis-Ronan Choisy Sinopsis: Resulta llamativo el trato tan respetuoso que le dan los cineastas al tema de la maternidad. Incluso un autor tan iconoclasta como Quentin Tarantino, se mostraba pulcro ante los misteriosos sentimientos que embriagaban a su protagonista al final del díptico Kill Bill. François Ozon, un autor en las Antípodas del anterior, es el que parece ahora obsesionado con la creación de una nueva vida humana. Tras el último bache cometido con Ricky aquella historia del niño volador, narración buñueliana con toques fantásticos que no terminó de brillar con toda su luz, nos llega esta Mi refugio. Y aunque podamos encontrar paralelismos entre una y otra, rápidamente las distancias quedan marcadas. La temática social con un punto fantástico que había en Ricky, queda ahora convertida en un relato que podríamos situar más bien en la alta sociedad, y que transcurre con placidez, sin sobresaltos. Mi refugio no es complicada ni en lo que cuenta ni en la forma de hacerlo. El papelazo de la madre embaraza, está magistralmente interpretado por la actriz Isabelle Carré, la protagonista del nuevo film de François Ozon, que aceptó unirse al proyecto estando realmente embarazada, y eso dota a su interpretación de una sensibilidad apabullante. Suponemos que no debió ser fácil para ella afrontar ese desenlace, que más que para resolver el rompecabezas, sirve para que la torre de cartas permanezca delicadamente en pie. Con tanta entereza como desamparo, Carré también demuestra que es en estado de buena esperanza cuando la mujer se encuentra más deslumbrantemente guapa. Un refugio, el que sea. Es lo que busca Mousse (Isabelle Carré), las drogas no son otra cosa que un refugio frente a un mundo que no le gusta. Un refugio del que resulta expulsada cuando su compañero Louis (Melvil Poupaud) muere por sobredosis, tras una larga secuencia sin palabras. Una escena que hace daño por la crudeza con que muestra el proceso de destrucción de dos seres humanos, pero la película no va de eso, del mundo de las drogas, sino que el centro del film es la maternidad y sus consecuencias. Mousse, su novia, se queda a las puertas de la muerte, en un coma de varios días y cuando despierta no sólo descubre que su amado la ha dejado sola, sino que está embarazada de él. Para terminar de arreglar las cosas, Louis, el joven, pertenecía a una familia adinerada y éstos no quieren un heredero. Mousse, que decide aislarse en el País Vasco francés hasta que llegue el momento de tomar una decisión hacia un futuro desconocido, asume que tendrá un bebe, aunque no sepa qué hará con él. Y ahí, en esos momentos de incertidumbre, aparece en su vida el personaje de Paul, el hermano del difunto, joven homosexual interpretado por el cantante francés Louis-Renan Choisy el más ozoniano de todos, con el que se establecerá una vinculación de complicidad, que es filmada por Ozon con admirable entendimiento del sentimiento humano, este es quien la ayudará a tomar una decisión inesperada. Rohmeriano en su forma, no en sus contenidos, Mi refugio va de la oscuridad a la luz sin perder nunca el hilo de un embarazo en tiempo real, el de Carré, que se prestó a hacer un personaje en las antípodas de lo que estaba viviendo en su vida personal. Eso es ser una gran actriz. Melancólica tragedia emocional que quiere poner en su sitio los lugares comunes de la maternidad, mostrando lo mejor del universo (esencialista pero feroz) del francés François Ozon, el cineasta que mejor utiliza las elipsis y el minimalismo en la puesta en escena para apuntalar con crudeza la poeticidad que puede emerger de los temas cotidianos más incómodos, regresa al equilibrio narrativo de indudable autoría, en una versión minimalista, y sin concesiones a ningún tipo de mitificación femenina, sobre el tema de la maternidad sentida desde la durísima experiencia de una heroinómana embarazada. Algo significará el hecho de que fuera galardonada con el Premio Especial del jurado en el festival de San Sebastián 2009. Y con razón, puesto que la creatividad que posee este cineasta se pone en Mi Refugio al servicio de una hermosa parábola, llena de sensibilidad y vitalidad humanas, sobre el renacimiento de una madre y su proceso de curación interior. Rodada, con muy pocos medios técnicos y en digital. Lo importante es que Mi refugio es siempre sorpresiva, despojada, minimalista, la trama nos hace creer una cosa, y luego comprobamos, como en la vida real, que los mecanismos de la causalidad nos derivan hacia otros derroteros. En esa mímesis de la vida encuentra Ozon su mejor aliado. Para colofón final, en la desmitificación del papel de la maternidad reside toda la fuerza contradictoria del filme. La idea de que el instinto maternal no viene dado, sino que, culturalmente, la maternidad, ha sido enormemente idealizada y asociada a una imagen que no siempre podría ser positiva, cuando las cosas son producto de la arbitrariedad de las variables que intervienen en el juego, a favor y en contra de cualquier madre, mucho más de una madre drogadicta. Desbordante en su dramatización, severa pero intimista, del camino de sanación que puede haber tras la adicción y el duelo que algunas mujeres heroinómanas han tenido que sufrir. Ozon firma con Mi refugio una cinta intimista, completamente deudora de su estilo de narración pausado, repleto de sentimiento, correcta pero muy irregular, lo más favorable que puede decirse de ella es que es fiel a si misma, no aspira a más de lo poco que consigue y se sustenta en apenas tres personajes para lograrlo. Es fría, distante, pero desde luego no juega a ser lo que no es.Web oficial Enlace

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