Mi regalo de cumpleaños

No ha sido por cumplir 40, no ha sido un antojo, ni una locura pensada en el último momento. Llevaba unos años deseando tatuarme, buscando un símbolo, una imagen que tuviera un significado para mi. Y hace unos meses lo encontré. ¡Quería un sol! Luz, energía, amor, positivismo y tantos otros significados que cobran sentido a día de hoy para mi. 
Una vez que decides que te quieres tatuar, si nunca lo has hecho, ¿dónde ir? Pero a veces las cosas pasan por algo y el destino puso en mi camino a la persona adecuada. Tenía la idea, las ganas y al tatuador perfecto. Estaba claro que había llegado el momento. 
A pesar de los comentarios en contra, de escuchar alguna vez que otra que cómo iba a hacerme algo así..... ayer había quedado para poder hacerlo. 
Lo que más tiempo nos llevó fue ultimar el diseño, pero de repente un sol que albergaba una luna, todo en uno, con dieciséis puntas apareció en la lámina. No había dudas, ¡era el mío!
Y aquí está, mi deseo convertido en realidad. 
No, no duele, o al menos a mi no me ha dolido. Os aseguro que me duele más los esparadrapos que llevo para cubrirlo estos días (y cuya marca incluso se aprecia en la foto) que el tatuaje. 
¡Me encanta! Una amiga me ha pedido por favor que no me haga más, que esto crea adicción. ¿Creéis que es adictivo? ¿Lleváis tatuajes? ¡Contadme!