Revista Psicología

Mi viejo “Yo” versus mi “Yo Desarrollado”

Por Convictorius @convictorius_

El desarrollo de la inteligencia emocional en un trabajo arduo y no se logra inmediatamente.  He estado pensado en mis miedos e inseguridades y la autoayuda. Son importantes las memorias y recuerdos porque nos forman para encarar el presente y futuro.  La vida está llena de diferentes “Yos”, de diversas etapas, donde la autoconciencia se va desarrollando.

Mi “Yo desarrollado” el de la seguridad, es aquel que domina los miedos y las situaciones adversas y las ve como retos y desafíos, encarados con éxito; sin embargo, algunas veces viene ese “viejo yo”, el “yo involucionado” y trata de estrangular el “yo desarrollado”.

Comparándome con otros pares del trabajo: “me siendo maltratada”, pues estoy mal pagada y no tengo puesto fijo en el edificio.  Ese es el “viejo Yo” opinando y diciéndome que eso me pasa porque toda mi vida ha sido igual. Los esfuerzos no ayudan, los méritos no importan, hay personas mejores, el entono no me permite destacarme y así va, atacándome y restándome.  ¿A usted le ha pasado algo similar?  Situaciones de inconformidad, de disgusto, de angustia, de desacuerdo, todos las hemos tenido y las seguiremos teniendo.

El “viejo yo” aparece con fuerza, me trae hasta recuerdos de la infancia, cuando mis hermanos me molestaban, o de cuando no fui invitada a una fiesta en la adolescencia donde todos iban, o cuando dejé pasar la oportunidad de un buen matrimonio. Todo es porque dejo que me irrespeten.

Luego de unos días de malestar, causada por mi “viejo yo”, uso las herramientas de inteligencia emocional.  Es complejo para nosotros mismos darnos cuenta que la batalla que tenemos es con nuestro “viejo yo”. Todo lo demás es pasajero, su situación actual no lo define, todo es rectificable, la clave está dentro de usted.  Así que busqué mi “yo desarrollado”.

Cuando un pensamiento de autoflagelación invada su mente:

  1. Óigalo: Déjelo hablar, oiga el pensamiento, pero no para dejarse criticar, sino para entender si es un miedo o una inseguridad, hágale preguntas, por ejemplo, si piensa: “Tú no sirves”, pregúntese: ¿Pero he servido hasta ahora?; “Tú no eres inteligente”, pregúntese:  ¿Pero tengo títulos académicos?; “Tú no tienes liderazgo”, pregúntese: ¿Pero tengo una posición de líder? Cuestiónelo una y otra vez.
  2. Busque la necesidad: Piense en la razón por la que tiene ese pensamiento. Supóngase que a usted no le gustan las personas autoritarias, ¿Hay alguna razón para esto?, ¿Quién fue autoritario con usted en el pasado?  ¿Qué perdió? Por ejemplo: Un compañero de forma autoritaria le exige que cambie los sellos de la compañía porque el logo de la empresa cambió.  Llega su “viejo yo” y le murmulla a la oreja “esta persona se cree más jefe que tú y que te manda por encima”.  Usted está consiente que esta persona no es grata para usted por su actitud mandona, pero ¿Qué es lo que le afecta? La actitud de la persona, ¿Qué le hizo sentir? ¿Qué usted es inferior? ¿Es usted inferior? ¿Por qué se siente así?
  3. Vaya a la raíz: Internalice el sentimiento que tiene. Saque papel y lápiz y escriba lo que sintió cuando le habló su “viejo Yo”, aunque usted sepa que es una visión muy sesgada de su parte.  Escríbalo, ahora, léalo y pregúntese: ¿Qué le recuerda esta situación? Extraiga a la persona del contexto, piense en el sentimiento, más que en la persona.  ¿Qué otras situaciones del pasado le conectan con los mismos sentimientos? Coloque las respuestas abajo o al lado de la situación.
  4. Vea su futuro, use su “yo desarrollado”: Ahora va a tener un panorama mucho más claro de  algo que hoy le causa angustia. Rompa el ciclo, hágalo de una vez.  La situación que tiene en la hoja, no es más que su “viejo yo” que transformó un viejo miedo de algo que usted no supero en el pasado, pero con creces en el presente.  Ahora imagine una situación ideal, ¿Cuál hubiera sido la situación ideal? Regresemos al ejemplo de la persona autoritaria. En vez de molestarse pensando que esa persona se siente jefe, usted debió agradecerle, ya que notó antes que usted un alerta.  ¿Acaso esto no es una respuesta más asertiva?
  5. Siga desarrollando su yo: El origen de nuestros miedos e inseguridades vienen del pasado, desde que usted nació. No van a cambiar de la noche a la mañana. Lo que sí va a cambiar, es la conciencia que usted va desarrollando a medida que pone estos pasos en acción.

Photo: librestock

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