Llevo un vestido de Diane von Furstenberg, chaqueta de Roberto Cavalli y sandalias de Valentino
Y digo que puedes verlo, porque a diferencia del Hotel Bur de Dubai, no hace falta tener una reserva en ninguno de sus restaurantes para poder entrar.
No obstante, si visitas Emirates Palace no lleves ropa demasiado informal, pues corres el peligro de que no te dejen entrar. Por lo demás, puedes moverte tranquilamente por el hotel, a excepción de zonas privadas para sus huéspedes, y sacar todas las fotos que quieras.
Una demostración de lujo que solo podía darse en un país del Golfo Pérsico, cuyos recursos naturales como el petróleo y el gas, hacen de él una exhibición de poder y riqueza.
Revestimientos en auténtico pan de oro, materiales nobles como madera, mármol, cerámica; carísimas lámparas o alfombras infinitas, hacen de este hotel un monumento al lujo y al exceso en diseño clásico con toques muy orientales.
Un encuentro inesperado. Este ramillete de bellezas paseó por el hotel y se dejó fotografiar, aunque ninguna de ellas pronunció palabra.
Mi primer café de leche de camella, acompañado de galletas y dátiles
Con varios restaurantes de diferentes cocinas internacionales, Emirates Palace resulta un lugar ideal para cenar o almorzar. También puedes tomar el te o un café de leche de camella, que fue mi elección, mientras contemplaba la fascinante decoración y el ambiente del hotel.
La suite más lujosa cuesta quince mil euros y para que te hagas una idea del descomunal tamaño de este coloso, cuenta con más de 102 ascensores y 130 cocinas.
En estas fechas y con alguna tipo de oferta, una habitación estándar puede costar alrededor de 1.459 dirhams, unos 362 euros.
¿Qué te parece su imponente arquitectura?
Si viajas a Abu Dhabi, visita el Emirates Palace. Merece la pena.
Más información en su web
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure