Revista Música

Mike oldfield – capítulo 4 (la explosión)

Publicado el 05 marzo 2017 por Perendengon

MIKE OLDFIELD – CAPÍTULO 4 (LA EXPLOSIÓN)

Hola Graminoleños.

Vamos hoy con el cuarto capítulo dedicado a la trayectoria de Mike Oldfield, dejando atrás definitivamente la década de los 70 y adentrándonos en la de los 80, donde llegarían algunos de sus discos más famosos y exitosos, con los que no solamente se consolidaría como uno de los artistas más destacados del momento sino que batiría todos los records de ventas, dejándonos sus canciones más conocidas. Comencemos.

Su siguiente disco llegaría en el año 1982 y estaría inspirado en un acontecimiento que pudo ser trágico producido unos pocos años atrás. Además de la pasión por la música, Oldfield tenía otras inquietudes entre las que se encontraba la aviación, lo que le llevaría a sacarse incluso la licencia de piloto.

Una ocasión en la que él iba pilotando, se encontraría con una fuerte tormenta que haría peligrar la estabilidad del avión y que casi les cuesta la vida a él y al resto de las personas que viajaban en el avión. Afortunadamente pudo hacerse con la situación y el suceso quedaría únicamente en un susto. Un susto que sería muy bienvenido ya que gracias a él nacería uno de sus trabajos más aclamados, “Five Miles Out”.

MIKE OLDFIELD – CAPÍTULO 4 (LA EXPLOSIÓN)

Sin duda alguna, éste sería su disco definitivo, ya que desde que había cambiado la estructura de sus álbumes dejando atrás sus suites y sinfonías, su éxito se había circunscrito más a los sencillos que iban publicándose que al disco al completo. Con “Five Miles Out” la situación cambiaría totalmente.

En esta ocasión las ventas del disco fueron enormes y se situaría de inmediato en el número uno. Además, dos de sus canciones alcanzarían también un grandísimo éxito, convirtiéndose en auténticos clásicos, como sería el caso de la canción que da nombre al álbum.

Estamos ante una canción sin duda muy atrayente, con un ambiente envolvente en el que predomina la voz metálica de Oldfield al principio para dar paso a continuación a la suave y melodiosa voz de Maggie Rilley, que a estas alturas de la película se había convertido ya de facto en su vocalista de cabecera. Por supuesto no podía faltar tampoco en este tema la apoteosis completa con su guitarra potente y un sonido final de un avión volando. Espectacular.

Esta canción puede considerarse como el primer hit total de Oldfield en su carrera, ya que hasta ese instante sus sencillos no habían llegado a la cima de las listas, pero a partir de este instante “Five Miles Out” abriría las puertas a muchos más sencillos que se convertirían en números uno rotundos.

Otro de los temas destacados de este disco tendría éxito por partida doble. Se trata de “Family Man”, que sería publicado como segundo sencillo y que reeditaría éxito tan sólo un año después con una versión que harían Daryl Hall & John Oates. Ambas son buenas, pero yo me quedo con el original. En la voz de Maggie Rilley resulta mucho mejor.

Por supuesto que no faltan los temas más sinfónicos y clásicos o, por así decirlo, incluso épicos de siempre. El disco se abre con la segunda parte de “Taurus”, que como ya vimos en la anterior edición de “La Graminola” se iniciaría con su anterior disco “QE2”.

Me gustaría destacar también una canción contenida en este disco que tiene algo que ver con nuestro país y nuestro maravilloso paisaje. Su título lo dice todo: “Mount Teide” y como podréis imaginaros está dedicada al Teide. Una canción majestuosa en la que Oldfield cuenta con la colaboración de ese monstruo de la percusión que era “Carl Palmer”, componente de los míticos Emerson, Lake & Palmer”.

Llegamos al año 1983, momento en el cual se cumplían diez años del lanzamiento de Tubular Bells, por lo que era de esperar que se publicara un nuevo disco de Oldfield. Así sería, pero antes volvería a ser protagonista con la aparición de un sencillo, no incluido en ninguno de sus discos salvo en los recopilatorios, titulado “Mistake”.

Era curioso, habían pasado diez años y su maravilloso primer disco continuaba igual de presente. Seguía cosechando ventas bastante considerables y con cada nuevo trabajo que publicaba esas ventas se veían incrementadas. Evidencias muy claras de lo que ese álbum ha significado para el mundo de la música.

De esta manera, ese año aparecería en el mercado “Crises” un disco muy en la línea de “Five Miles Out”, tanto en su estructura como en su sonido, que lograría un tremendo éxito convirtiéndose en un número uno mundial y que contenía uno de los auténticos himnos de la carrera de Oldfield.

MIKE OLDFIELD – CAPÍTULO 4 (LA EXPLOSIÓN)

Gran culpa del éxito de este disco, que superaría en ventas incluso a su anterior trabajo, la tendría esa maravillosa canción que posiblemente sea la más conocida de toda su carrera. Una vez más, la dulce voz de Maggie Rilley nos iba a dejar una joya en forma de canción con este ya clásico y mítico “Moonlight Shadow”.

El trasfondo de esta canción es también importante, ya que fue la manera en la que Oldfield rendiría tributo a John Lennon que había sido asesinado recientemente.

Como hemos podido ir comprobando a lo largo de los distintos capítulos dedicados a su carrera, Oldfield no solamente eran un grandísimo artista sino que sabía rodearse muy bien a la hora de publicar sus discos. En esta ocasión volvería a elegir a otro de los grandes de la música para que pusiera voz a una de sus canciones.

Se trata nada más y nada menos que del vocalista de Yes, el mismísimo Jon Anderson, para el que no era nuevo esto de colaborar con artistas cuyo mayor mérito es componer e interpretar simplemente música, ya que sus apariciones en los discos de Vangelis, con el que llegaría publicar varios trabajos a dúo, era bastante habitual. En esta ocasión le pondría voz a un tema que puede considerarse menor al no ser publicado como sencillo, pero que una vez escuchado se convierte en gigante. Su título: “In High Places”.

Está claro que “Moonlight Shadow” eclipsaría de algún modo al resto de las canciones del disco, pero ello no evitaría encontrarnos con un Oldfield que llenaría en esta ocasión el álbum de claros contrastes musicalmente hablando.

Digo esto porque otra de las canciones que lograría bastante éxito de este disco es radicalmente opuesta a la melodía interpretada por Maggie Rilley. Es una canción con unas guitarras más duras y potentes que vienen acompañadas de una voz, en este caso masculina, con un tono contundente y desgarrador.

Estoy hablando de la “segunda sombra” del disco, “Shadow On The Wall” que nos mostraría a un Oldfield más cañero que nunca acompañado en esta ocasión de la voz de Roger Chapman, otro de los vocalistas que se harían habituales a partir de este instante.

Siguiendo con los contrastes, en otro de los temas del disco nos encontraríamos con un sonido de esos que te captura y te lleva a otras dimensiones. Por supuesto que para una canción de estas características la voz elegida volvería a ser la de Rilley, por lo que ambos conceptos unidos nos dejan una melodía de esas que se escuchan con los ojos cerrados.

Se trata de “Foreign Affair”, que con unos teclados suaves nos deja una de las canciones más originales de los aquella época, hasta la llegada de otra canción vinculada con el mundo del cine, pero esto os lo contaré cuando llegue el momento oportuno.

He de reconoceros que la voz de Maggie RIlley siempre me ha parecido un auténtico regalo. Su dulzura, su tono atrayente y lo maravillosamente bien que combinaba con la música de Oldfield lograban una mezcla verdaderamente mágica.

Lo que queda claro es que con estos dos discos Mike Oldfield lograría ya el reconocimiento más absoluto a nivel mundial, convirtiéndose no solamente en un músico de prestigio y elogiado sino que también en un auténtico superventas. Prácticamente todo lo que tocaba lo convertía en oro.

Lo mejor de todo es que está tónica continuaría en los siguientes años cuando … Bueno, para eso tendréis que esperar un mesecito, ya que por hoy lo vamos a dejar aquí. Así que ya sabéis, las dos primeras ediciones de “La Graminola” del mes de marzo vendrán cargadas de nueva y magnífica música de este genio.

Hasta la próxima, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ


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