‘Miles Morales: Ultimate Spider-Man’ 8# tocando el pasado de manera poco interesante

Michael Benids logro salir bien librado de todo el ajetreo que generó con el regreso de Peter Parker y nos convenció (en gran medida por el arte de David Marquez) con la historia y el desenlace, pero arrojo una pequeña subtrama que apunta a convertirse en algo grande y tedioso en un futuro, me refiero al tema del padre de Miles. Una válvula de escape que el escritor utilizará porque presiento ya no sabe que mas generar.
SPOILERS
Nuevamente la historia nos trae al padre de Miles y su truculenta historia pasada con relación a su hermano. No es que el argumento no sea del todo atractivo pero por si solo no funciona como si lo hace, por ejemplo, la vida de Miles. Ciertamente el pasado del padre de Miles no es algo que nos interese por más que Bendis  quiera vender la idea del entrelazado de historias con S.H.I.E.L.D. o Hydra y hasta Norman Osborn. No es atractivo.
La posibilidad de ver a David Marquez explorar nuevas herramientas es la experiencia más enriquecedora que pudiera ofrecer el comic. El artista se adentra al submundo de Nueva York con un toque retro lo suficientemente convincente y utiliza un estilo más “sucio”. Recuerda a películas comoAmerican Gangster o Pulp Fiction. Los colores neón de Justin Ponsor son un buen agregado.
Hay cosas que me gustan como la narrativa de Marquez que se mantiene intacta pese al cambio de estilo, el desarrollo de personajes, su aspecto y el arte en general me parece alentador. Otras como la inestabilidad de los diálogos, el aburrido recurso Marvel por contarnos historias pasadas que no tendrían por qué salir en ese momento y el giro argumental que tomará la serie me parecen tediosas. Todo esto hace que sea un comic muy disparejo. La balanza no se inclina hacia bueno o malo.
Un comic interesante que no deja de ser irrelevante para lo que venía ofreciendo Bendis y la serie en general.
Miles Morales: Ultimate Spider-Man 8 intenta contar una historia de tipo detectivesca gangster pero  no consigue crear la suficiente emoción ni  adrenalina necesaria para interesarnos de lleno.