Revista Creaciones

Minimalismo aplicado: no todo consiste en no comprar

Por Gemma Adeva @holawasel

Minimalismo aplicado: más allá de no consumir

Muy bien, ahora que ya conté por qué me hice minimalista quiero ir aclarando otros conceptos que se relacionan directamente con el minimalismo. ¿Lo más importante en el minimalismo es no consumir nada que no sea estrictamente necesario para vivir? ¿Puedo comprar cosas y ser minimalista al mismo tiempo? La respuesta a ambas cosas es sí.

La meta más elevada de la filosofía minimalista no es rechazar por completo el consumo. Seríamos muy ingenuos si pensáramos que en un mundo capitalista y consumista podemos llegar a ser completamente autosuficientes (que puedes llegar a serlo, no digo que no, pero te aseguro que no lo conseguirías fácilmente). El minimalismo promueve un consumo consciente, responsable y sostenible, no un rechazo total al consumo. Hay cosas mucho más importantes en esta filosofía de vida, como por ejemplo:

– Aprender a disfrutar de las cosas simples que te ofrece la vida (las cosas no materiales y las experiencias).

– Vivir en el presente, esto es, vivir conscientemente en el ahora, no siendo esclavo del pasado ni de la incertidumbre del futuro.

– Dentro de la vida consciente, aprender por qué hacemos las cosas que hacemos y sentimos las cosas que sentimos, no ser un espectador de lo que nos pasa y ser parte activa de nuestra vida (toma de decisiones, cambio de hábitos que mejoren nuestro bienestar, cuidar de uno mismo).

– Practicar el contentamiento (no he encontrado una palabra mejor para esta expresión en inglés), aprender a ser felices con las cosas que tenemos. Que no tiene que ver con no querer ser mejores y ser conformistas, ojo. Es un tipo de realización distinto del que ya os hablaré más adelante en esta serie.

– Mostrar compasión por nosotros mismos y por los demás.

Todo eso es minimalismo y es mucho más importante que no comprar. El minimalismo nunca debería hacerte sentir que renuncias a las cosas, ni que tienes prohibido nada. Ese no es el fin de esta filosofía de vida, al contrario, es hacerte más consciente de lo que necesitas de verdad y darte la determinación para luchar por ello. Modificar nuestros hábitos de consumo tan solo es otro aspecto más del minimalismo, pero no el todo.

Para mí es muchísimo más difícil trabajar todos los otros aspectos del minimalismo que no consumir. Diría que no consumir o consumir menos y de forma consciente es consecuencia de poner en práctica todo lo que he enumerado arriba. Digamos que sale solo y de forma natural una vez que empiezas a trabajar interiormente y a cambiar tu forma de pensar. Pero claramente es lo que más llama la atención a los demás, los pensamientos y las ideas no se pueden ver, pero lo que compras sí.

Así que mi consejo para quienes empiezan con el minimalismo es olvidarse de si compras mucho, poco o nada, al menos al principio. Y darle toda la importancia al resto de características de esta filosofía de vida. Una vez que cambies tu estado mental, empezarás a plantearte cuestiones sobre la forma de consumir. Si de entrada te propones dejar de consumir, estás condenado al fracaso.

Empieza por lo interno y de ahí pasa a lo externo. Primero el cambio mental hacia un estilo de vida minimalista, el sentirse realizado y más a gusto con uno mismo y con la vida. Una vez que tu mente ha hecho ese “clic”, implementar los buenos hábitos de consumo no te costará nada.

Como puedes ver, el minimalismo es mucho más que consumir o no consumir.

Cualquier duda que tengáis al respecto o temas concretos que queráis que trate en esta sección, podéis dejarlo en los comentarios ;)

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