Mirar hacia atrás solo para tomar impulso.

Estamos viviendo tiempos intensos y de gran incertidumbre, y desde donde escribo (Argentina) muchísimo más. A veces, en el día a día, parece que estamos corriendo en círculos por la sensación de no avanzar demasiado, y, otras veces, parece que estamos corriendo una carrera de obstáculos en la que seguimos como sea, aún cuando trastabillemos sin entender qué pasa o nos choquemos en varias ocasiones con algo similar.

Y eso nos puede hacer sentir presos de las situaciones y del contexto, como si no tuviéramos opción de tomar un camino diferente, o sencillamente, de recorrer el mismo que hoy, pero de una forma distinta.

Es por eso que ayer decidí parar la pelota, tomarme una hora (no fue más que eso) para hacer una retrospectiva y reflexionar sobre estos 4 meses en un cuadro como este:

¿Qué información me está dejando el pasado? ¿Hacia dónde estoy yendo? ¿Es hacia donde quiero? ¿Lo estoy haciendo de una forma saludable y sostenible para mi?

Es un ejercicio sumamente poderoso, sobre todo en momentos en los que nos sentimos estancados, desorientados, o bien que hay algunos aspectos de nuestra vida que tienen oportunidades de mejora, y por eso quiero invitarte a hacerlo.

Y si, puede ser que en tu cabeza aparezcan frases como ¡y bueno, hago lo que puedo!

Y no lo dudo, estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos ¡de acuerdo a las formas de ver la vida y accionar que tenemos aprendidas!

¿Qué pasaría entonces si paramos la pelota y salimos de ese modo automático?

La propuesta es mirar el pasado cercano para accionar en el futuro cercano. Claro que se puede utilizar para un balance anual, pero si lo vamos haciendo en períodos más cortos, podemos mejorar continuamente y sentirnos al mando de nuestra vida.

Reflexión:

1.Vamos a mirar hacia atrás:

Eso sí, me parece clave hacer algunas aclaraciones sobre las preguntas respecto del pasado:

¿Qué es lo que logré?

Esta pregunta nos permite conectar con lo que SÍ hicimos, con el reconocimiento y con el merecimiento, fundamental para mantener "a raya" al Síndrome del Impostor. Para eso, además, la invitación es a hacer un "doble click" y entender que hay detrás de ese logro, más allá de la suerte y las coincidencias.

¿Cuáles fueron las causas de que lo logre? ¿Qué hice o dejé de hacer para que esto suceda?

¡Ah! Vale escribir objetivos y logros de todos los tamaños, ya que muchas veces juzgamos dejamos fuera de nuestra vida la mayor parte de lo que conseguimos por considerarlo "pequeño".

¿Qué es lo que no logré?

Esta pregunta nos puede vincular con la tristeza, el enojo o la frustración de no haber alcanzado los objetivos que nos propusimos... ¡Si hay algo que puede hacernos sentir un fraude o un fracaso son las expectativas no cumplidas!

Así que nunca está de más recordar que no podemos controlar todo (aunque solemos tener la ilusión que sí) y que los resultados no dependen solo de mí.

Eso sí, tampoco nos podemos quedar en la justificación de que "y bueno, en este país/en esta empresa/con esta persona no se puede". Para ser protagonistas de nuestra vida necesitamos ser conscientes de qué papel estamos teniendo en todo esto:

¿Por qué no funcionó algo que yo creía que sí? (¡bienvenido pensar distintas hipótesis!) ¿Por qué considero que logré hacer tooooodo lo que me había propuesto? ¿Qué hice o dejé de hacer para que esto no suceda (al menos cómo quería)?

Aunque hicimos lo mejor que pudimos, igualmente podemos habernos equivocado, y que "con el díario del lunes" siempre es más sencillo decirnos "debería haber hecho otra cosa". Ya hablamos en un newsletter anterior de que podemos convertirnos en nuestro peor detractor, entonces, necesitamos conectar con la compasión hacia nosotros mismos, no la lástima, ni el reproche.

2. Vamos a mirar hacia adelante.

Claro que no basta con la reflexión hacia el pasado. Esa información tiene que servirnos para re-diseñar nuestro futuro y pasar a la acción. Entonces se abre un espacio creativo, de sentirte quién boceta las líneas por las que transcurre tu propia vida:

¿Qué me gustaría hacer que no hice? ¿A qué quisiera dedicarle más tiempo? ¿Qué quiero dejar de hacer? ¿A qué quisiera dedicarle menos tiempo?

Acción

Entonces, para finalizar con la reflexión y pasar a la acción, te invito a revisar lo que escribiste respecto del futuro cercano (que siempre puede ir mutando), y preguntarte:

¿Qué decisiones necesito tomar para que lo que definí ocurra?

Cuando sentimos que no estamos decidiendo, igualmente lo estamos haciendo, solo que esas decisiones están operando en forma automática de acuerdo a las creencias que tenemos y a los patrones de acción que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida.

¿Qué acciones concretas voy a realizar y cuándo?

Definir qué acciones necesitamos tomar para cambiar el rumbo de nuestra vida nos reconecta con nuestro poder y con las posibilidades que antes no veíamos.

Y vos...

Fuente: https://alemarcote.substack.com/p/6-mirar-hacia-atras-para-tomar-impulso?utm_source=post-email-title&publication_id=1506579&post_id=117160658&isFreemail=true

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui: