Revista Psicología

MIs BrOtEs PsICóTicOs

Por Blogsmtenerife


No voy a referir detalles de los motivos que me llevaron a ingresar en el hospital, eso se lo dejo a los psiquiatras y además os aburriría, o quizás no, quién sabe, solo os voy contar un poco como he vivido el ingreso desde el comienzo hasta el final.Cuando llamaron al 112 yo me encontraba en una plaza, acompañado, con una gran alteración en la percepción de la realidad, con un síntoma de risa desaforada, como si me hubiera fumado 20 porros por primera vez. Pero la risa no provenía de nada ni me reía de nadie en particular, se podría decir que era como el Buda Mile :-), también conocido como el Buda de la Felicidad. Previamente tuve un fin de semana con una gran crisis psicótica llena de contenido místico que me reportó mucho sufrimiento, pero no les entrentengo más, vamos al grano. Fui trasladado al hospital donde me hicieron una entrevista, que en mi modo de parecer no tiene nada de terapeútico. Tres señoritas, entre ellas supongo estaría la psiquiatra, me hacían preguntas desde las alturas, yo en la camilla. Estuve mucho tiempo acompañado de mi familia, gracias a Dios, pero totalmente desconectado de la realidad, con delirios y alucinaciones en torno al caos que se oía en el pasillo de urgencias. Fui llevado en camilla después de aceptar el ingreso con enfermeros poco humanos en el trato y en la delicadeza, que según mi parecer deben tener no ya con un paciente común, válgame dicha expresion, sino con un mínimo de psicología, vamos , yo no me iba a comer a nadie ni estaba agresivo. Entré por tercera vez por el umbral de esa puerta blindada en mitad de la noche y me recibieron afablemente, que yo recuerde, pero al no poder dormir y seguir teniendo pensamientos recurrentes y con unas paranoias de aquí te espero, por lo que no creo que sea lo más adecuado dejar a un paciente solo, sin su familia que es el sostén o colchón en el que te conectas de nuevo con la realidad un poco mas mundana. Por lo que me levanté y estuve dando vueltas en mi habitación y realizando todas las meditaciones que a mi mente llegaban para ver la posibilidad de morir y escapar de este mundo cruel según yo lo veía en ese entonces, y seguí haciendo la película de mi vida, me tumbé en los pasillos de la planta y rápidamente vinieron a intentar levantarme, a lo que yo no respondí con palabra ni gesto alguno. Como si estuviera catatónico seguí allí acostado, mientras las enfermeras sugerían ayuda de los gorilas de seguridad. Recuerdo claramente como una de las auxiliares, de la que no mencionaré su nombre por respeto a la profesión con la que yo también me ganaba la vida, y esto no es una alucinación, expresó , ¿y si le ensañamos una teta a ver si así se levanta? Vamos a ver, que estemos en medio de un brote, señorita auxiliar, no significa que estemos sordos ni que se nos pueda faltar el respeto, vamos, que si me enseñas una teta, yo encantado, pero no creo que sea la manera correcta de tratar a un paciente que te está escuchando, aunque no lo creas, así que un poquito de educación (en otras ocasiones esta auxiliar me dijo que la manzana que comía estaba envenenada, cosa que no me parece correcta decir a un paciente que está en fase aguda). En otra ocasión esta misma señorita, al ir a pedir mantas, usaba la graciosa expresion que tampoco me parece del todo correcta "si tienes frío, metete en el culo mío" y no es que me parezca mal que se hagan bromas con el paciente, pero depende del grado de evolución de este y de la confianza que con este se tenga. El trato allí, en lineas generales, fue espantoso y es de las primeras veces que hago un comentario en este blog con respecto a profesionales de la salud mental con contenido negativo. Sigamos, como no quería levantarme, efectivamente vinieron los dos gorilas que tan bien cumplen su trabajo, dos fornidos hombres que me levantaron en peso, me llevaron a la cama y me sujetaron de pies y de manos, todo eso sin ver por ningún lado a la psiquiatra de guardia; me encerraron en el cuarto de la tele y cerraron las puertas a cal y canto, lo que fomentó aún más mi delirio y empecé a gritar, mientras uno de los auxiliares me miraba de manera amenazante. Hasta que por orden del psiquiatra "invisible" me suministraron una inyección que en mi delirio supuso una enfermedad contagiosa, porque en ningún momento se dirigieron a mí no ya como a un paciente al que tienes que explicar la praxis que le vas a realizar, no, me clavaron la banderilla y estuve gritando en medio de la noche e intentando deshacerme de las amarras durante horas, en medio de un delirio espantoso. Opinión personal: la medicación es necesaria, sí, pero el trato humano con un paciente que acaba de ingresar también: sobre todo para evitar este tipo de actuaciones en pleno Siglo XXI.. Alli he vivido y visto lo que no está escrito: sujecciones a la cama por levantarme de la cama por insomnio sin valoración de un médico, trato hostil sobre todo de los hombres, sin interesarse en nada por el paciente, sin un mínimo de preparación en psicología, bajo mi punto de vista y por qué no decirlo, una partida de vagos que tenían puesta la Tv las 12 horas del día sin interactuar con el paciente, sino ellos a lo suyo, a cumplir con sus 7 horitas de trabajo y poco más. Entiendo y rompo una lanza a favor de algunos de ellos como es B., que siempre tenía tiempo para charlar cuando llorabas ante la impotencia de estar allí encerrado mientras los otros se rascaban la barriga. No sé cual es el motivo de ese comportamiento, pero sinceramente la que más psicología tenía de toda la planta o por lo menos con una de las que más conecté fue con la peluquera, que venía una o dos veces por semana. Estuve allí dos meses disfrutando de solo un permiso. El médico me vio una o dos veces en semana, vamos, como la peluquera, y las entrevistas eran de 5 minutos, cosa que me parece poca cosa, valga la redundancia. Asi funciona el hospital según mi modo de entender. La decoración poco menos que zen tirando a carcelaria. La terapeuta deja mucho que desear, los psicólogos te examinan como en un tribunal médico en el que solo tienes 1 minuto escaso para ver como ha ido el fin de semana, y que se limita a decir tu nombre y tu enfermedad en todas las sesiones que recuerdo y en el que te sientes violento ante la mirada de de 10 o 12 batas blancas que parecen escudriñar algo oculto en ti. Hago mención especial a la psicóloga jefa con la cual hubo un acercamiento más directo y personal, pero que solo constituyó un dia. Y demos gracias porque en otro psiquiátrico de Madrid en el que estuve hace tiempo, se comía en la sala de la tele, previa colocación de mesas y sillas plásticas por parte de los enfermos, una sola ducha masculina en la que nos poníamos en cola desnudos para ducharnos, sin patio, y habitaciones de 5 o 6 pacientes (estoy hablando de hace solo 4 años y supongo que seguirá igual).Por eso entenderéis el profundo agradecimiento, y si me habéis seguido, que siento hacia todo el personal del Área Externa de Salud Mental de hospital al que fui derivado. Que no es ni mucho menos peor a pesar de la mala fama que tiene y de todos los prejuicios y estigmas que sobre él recaen(  yo mismo los tenía), sino todo lo contrario, con unas instalaciones que están bien (todo es susceptible de mejorar) y en el que en unas pocas semanas me estabilicé casi por completo.Hay que seguir luchando, por supuesto, para que los profesionales de la psiquiatría estén cualificados, para que el entorno hospitalario sea el más adecuado (parques, vistas al exterior , etc). Concluyo diciendo que con un poco de tiempo y un entorno social, familiar y profesional, y unas instalaciones adecuadas, un paciente puede recuperarse totalmente, Que hay pocos medios, ya se sabe, pero que no sigan recortando de sanidad porque un día todos la necesitaremos, tanto ricos como pobres...
(Nota: se ha eliminado el nombre del hospital aludido y se ha abreviado el único nombre propio que aparece en el post. El resto del texto está transcrito literalmente)
GUERRERO DE LA LUZ

Volver a la Portada de Logo Paperblog