Mis lecturas de octubre

Como ya es costumbre, termina un mes y traigo el wrap up del anterior. A grandes rasgos, ha sido un mes muy tres estrellas, pero he tenido un par de lecturas que salvaron mi octubre. A ver si se animan a darle una oportunidad a alguno de los libros que vengo a compartirles:
• Ángeles caídos de Susan Ee: ¡Volví a la literatura juvenil! ¡Traigan las copas! Después de meses sin tocar algo young-adult, llegó Susan Ee con su más que popular Ángeles caídos para cambiar mi panorama literario. Creo que no es necesario contarles de qué va este libro —trilogía postapocalíptica donde los ángeles llegan a la tierra y son malos, ajá, no se veía venir— porque viene con un hype alucinante tanto por la blogósfera española y latina como en la comunidad booktube gringa. No estuvo mal, me entretuvo por dos días y el ritmo estuvo bueno, pero ¿tanta fanfarria para este libro?
• Arenas movedizas de Octavio Paz: Sí, me demoré semanas leyéndolo. Para ser más exacta, dejé dos cuentitos pendientes desde septiembre y recién en octubre me puse al día. No creo que pueda ubicar a Paz entre mis cuentistas favoritos, pero sin duda disfruté este libro.
• The killing joke de Allan Moore y Brian Bolland: Also known as el gran libro de el Joker. The killing joke narra en paralelo las locuras que comete el príncipe del crimen al escapar —por enésima vez, o algo así— del manicomnio Arkham y uno de sus posibles orígenes. Y especifico posibles porque nos encontramos con un personaje como el Joker, y aunque la historia sea de Allan Moore yo no le creo nada. El arte me encanta, tiene una vibra muy clásica y unas violencia que te escarapela la piel. Y de la historia imposible quejarme, un final de diez.
• A de amor de David Levithan: Aprovechando que estaba de humor para más literatura juvenil, tomé A de amor de la estantería. De este libro tengo mucho que decir —o escribir—, así que esperen una reseña de todas maneras. Hubieron algunos detalles que no terminaron de cuadrarme, pero me pareció que fue un título tremendamente original y que no podría comparar con ningún otro.
• Misery de Stephen King: No tienen idea de cómo he sufrido para terminar este libro, simplemente no avanzaba con mi lectura. De hecho, es la tercera vez que intentaba leerlo o no me hubiera obligado a terminarlo. Esta novela gira en torno a un escritor que, después de sufrir un terrible accidente, despierta en la casa de una enfermera. Pero no una enfermera cualquiera, sino una retorcida y mentalmente perturbada fanática de los libros que lo llevaron a la fama y no lo dejará marcharse hasta que reviva a su personaje más querido. Algo así como lo que pasaría si J.K. Rowling se accidentara frente a mi casa. Y les juro que mi historia sería un millón de veces menos aburrida.
• El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson: Clásico del terror que puso algo temático mi halloween. Este libro es de aquellos del que todos sabemos la trama, pero no todos hemos tenido el placer de leer. Justo creo que esa es la magia de los clásicos: no importa cuánto sepas de ellos, siempre terminas sorprendiéndote. Es un libro brevísimo, como podrán ver, y me encanta cómo lo estructuró el autor. La historia va siendo narrada desde afuera hacia adentro: primero un personaje secundario, luego uno principal y terminamos con una carta escrita por el mismísimo Dr. Jeckyll. 
• El libro salvaje de Juan Villoro: Si el Fondo de cultura económica hace libros así de hermosos y económicos, ¿qué puedo yo hacer? Un libro infantil que no considero pertenezca a ese selecto grupo de cuentos infantiles que uno puede leer a cualquier edad y disfrutarlo como un niño, pero me gustó. En parte gracias al maravilloso trabajo de Gabriel Martínez Meave en las ilustraciones.
Y por último, de Emigrantes de Shaun Tan no diré más porque ya dejé claro cuánto me gustó en su reseña. Léanla y luego lean esta novela, o solo hagan esto último, pero no la dejen pasar. Y ustedes, ¿qué tal su ritmo de lectura el mes pasado?responder