Revista Economía

Misiles invisibles

Publicado el 19 noviembre 2012 por Torrens

Desgraciadamente el conflicto de Oriente Medio vuelve a calentarse. Y como siempre que regresan estas desgracias recurrentes reaparecen los tics periodísticos y las desinformaciones.

En La Vanguardia del sábado 17/11 Pilar Rahola se refería a misiles y victimas invisibles. Los cohetes invisibles son los iraníes de tecnología rusa, de los que Hamas ha lanzado sobre Israel desde Gaza más de 8.000 desde el 2005 y solo este año ya llevan lanzados más de 800. Lluvia de misiles que se reanudó cuando todavía no habían transcurrido ni 48 horas del acuerdo de 2009 entre Hamas y los Israelíes posterior al último ataque israelí al territorio de Gaza, que ya fue provocado por lanzamientos masivos de misiles sobre el sur de Israel, acuerdo por el que Hamas se comprometía a interrumpir los lanzamientos de misiles.   Las victimas invisibles son las que provocan estos cohetes que caen en Israel. Y la razón porque Pilar Rahola los califica de invisibles es que para muchos periodistas occidentales estos cohetes y sus víctimas no han existido jamás. Por poner un ejemplo de esta ceguera, el pasado viernes en las noticias de TV3, refiriéndose al conflicto y como su única noticia, estuvieron describiendo durante 5 minutos menos pocos segundos, reloj en mano, los sufrimientos y victimas del pueblo palestino bajo las bombas israelíes sin mencionar ni una sola vez misiles lanzados sobre Israel y las victimas invisibles. Al cabo de menos de media hora TVE informaba que ya antes del mediodía habían caído más de 20 misiles sobre Israel, algunos en Tel aviv, que habían causado 3 víctimas, una de ellas mortal.

Algunos periodistas tienen otro tic curioso. Cuando ya no les queda más remedio que reconocer los continuos ataques con misiles sobre Israel desde Gaza, califican como criminales solo los bombardeos israelíes porque causan muchas más victimas que la lluvia de misiles sobre Israel. O sea, según estos periodistas el malo de la película es el gobierno que se organiza bien y desarrolla sistemas de interceptación de misiles y alarmas para reducir las victimas entre su población al mínimo, y el santo es el gobierno que solo se preocupa de disparar cohetes.

El recrudecimiento del conflicto se produjo hace unos días cuando en uno de los ataques quirúrgicos israelitas, cuya extrema precisión conozco por experiencia, eliminaron a uno de los jefes militares de Hamas, que era precisamente el que dirigía y planificaba los lanzamientos de misiles sobre Israel, ataque en el que también murieron varios civiles, incluido algún niño. No diré que las víctimas civiles, en especial las infantiles no me impresionen, pero se también por experiencia que en aquella zona existe una costumbre muy arraigada, especialmente entre musulmanes radicales, que consiste en protegerse con escudos civiles, y también sé que cuando los israelitas atacan un objetivo terrorista esos escudos civiles no les importan en absoluto.

Lo que los periódicos no cuentan es que antes de que ese conflicto termine tiene que producirse un cambio que muy probablemente tomará bastantes décadas: la moderación del Islam radical.

Mientras el Islam radical exista y tenga una fuerte implantación en la zona la paz es imposible. El Islam radical toma el Corán y las demás escrituras básicas de la religión musulmana, Sunnas y Hadits, absolutamente al pie de la letra. Esto implica una larga lista de normas, que además varían según los distintos grupos, y hay algunas que afectan directamente al conflicto. Todo musulmán tiene la obligación de extender el Islam a todo el mundo por las buenas o por las malas, y lo que es peor, si un territorio que ha estado regido por la Ley Coránica pasa a otra jurisdicción ningún musulmán puede descansar hasta que la zona vuelva a ser administrada según las leyes coránicas.

La versión del conflicto que dan muchos periodistas es falsa. Según ellos la zona era un paraíso de paz y amor hasta que en 1948 todo empezó al crearse el estado de Israel bajo presión occidental. La realidad es que la mayor parte de lo que hoy conocemos como Oriente Medio formaba parte del Imperio Otomano hasta su desaparición en 1917 al final de la I Guerra Mundial y por tanto estaba regido bajo estrictas normas coránicas donde solo tenían derechos los musulmanes y los infieles como los armenios, por poner un ejemplo que acabó mal, eran ciudadanos de inferior categoría, muy inferior. Al desaparecer el Imperio todos los habitantes de la zona pasaron a regirse por normas laicas que los igualaban ante la Ley, y ya antes de 1920 aparecieron grupos radicales como los Hermanos Musulmanes que lo que pretendían era que la zona volviese a estar regida por la Ley Coránica.  Ese fue el origen real del conflicto, y si se quiere una prueba solo se tienen que consultar en cualquier hemeroteca las noticias de Oriente Medio entre las dos guerras mundiales para comprobar que la única diferencia con las noticias actuales es que en aquellos años todavía no se lanzaban misiles.

 Hace tiempo que pienso que este conflicto, y otros relacionados con los musulmanes, no tendrán solución hasta que, al igual que ha ocurrido con otras religiones como la cristiana, el Islam radical deje de ser políticamente agresivo y excluyente, deje de aplicar el Corán al pie de la letra y no ponga a la religión por encima y como guía de la política.

La única esperanza de que no se vuelva a producir un ataque israelí sobre Gaza como el del fin de año del 2008, reside en los intentos de los presidentes de Egipto y Turquía, Morsi y Erdogan para conseguir un cese el fuego y una posible negociación, que incluso en caso de tener éxito solo será una tregua, porque tarde o temprano volverá a crecer la tensión.

De paso este intento turco y egipcio será útil para empezar a comprobar si realmente son lo moderados que dicen ser, porque mi opinión sigue siendo que mientras no se demuestre lo contrario, el término “islamista moderado” es tan absurdo como lo sería “anarquista conservador”.


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