Revista Cine

Misión: Imposible - Repercusión

Publicado el 26 julio 2018 por Diezmartinez

Misión: Imposible - RepercusiónEn una escena clave de Misión: Imposible – Repercusión (Mission: Imposible – Fallout, EU, 2018), nuestro héroe, el indestructible espía Ethan Hunt (Tom Cruise), enfrenta la decisión de permitir la muerte de una joven policía parisina en manos de cuatro siniestros malandrines o de evitar el asesinato de la cuica en cuestión, pero con el peligro de delatarse a sí mismo ante cierta organización de malosos. Por supuesto, tratándose del Ethan de Tom Cruise, decidirá lo correcto: abatirá al cuarteto de mafiosos, salvará a la policía malherida, se acercará a ella para decirle que ya está a salvo, que nada le pasará y luego se dispondrá a seguir con lo que está haciendo, que es salvar el mundo. Ya se imaginará la mirada de admiración de la joven agente del orden. Acaba de ser salvada por Tom Cruise… digo, por Ethan Hunt.A lo largo de la sexta parte de la saga protagonizada por Cruise abundan estos momentos claramente meta-cinematográficos. Y es que lo que estamos viendo es no solo una notable película de acción –la más lograda del año, sin duda alguna- y una de las mejores entregas de la serie –solo abajo, creo, de la cuarta parte, Misión: Imposible – Protocolo Fantasma(Bird, 2011)- sino, también, una entretenida, emocionante y hasta emotiva declaración de principios de parte de Cruise.Cruise que es Hunt que es Cruise sabe que su personaje –que es él- no puede ni debe estar quieto mucho tiempo. Si descansa, el planeta peligra; si descansa, el público se aburre. Está a dispuesto a todo con tal de salvar al mundo que, en la cinta, es lo mismo que mantenernos al filo de la butaca. Por lo mismo, a Cruise/Hunt no le falta público ni admiradores: no en las miles de salas de cine del planeta, por supuesto, pero tampoco dentro de la película misma. Así, Hunt/Cruise rompe una ventana y se dispone a saltar de un edificio a otro frente a una docena de azorados oficinistas que no creen lo que están viendo. Así también, el estoico compañero de aventuras de Cruise/Hunt, Luther Stickell (Ving Rhames), está obligado a aclararle a la reaparecida espía británica Ilse Faust (Rebecca Ferguson), que nuestro héroe –y vaya que es nuestro- no le pertenece a ella ni a ninguna otra mujer. Su destino es otro: se debe al mundo que tiene que salvar, se debe a su público al que tiene que entretener.La historia de esta sexta entrega, escrita por el propio director Christopher McQuarrie en colaboración con Bruce Geller, es lo suficientemente enredosa como para que no valga la pena intentar resumirla y lo suficientemente clara para que funcione de principio a fin. Valga anotar que esta vez el McGuffin son tres bombas de plutonio que tienen que recuperar Hunt/Cruise y su equipo –el mencionado Luther, el infaltable nerd Benji (Simon Pegg), el enjaretado y musculoso agente de la CIA August Walker (Henry Cavill), más la guapa y letal solovina Ilse-, para que evitar que las detonen unos malandrines anarquistas dirigidos por un desconocido maloso llamado John Lark y un bien conocido Solomon Lane (Sean Harris), el villano de la cinta anterior, Misión:Imposible – Nación Secreta (McQuarrie, 2015).Esto da pie a una bien montada secuencia de pelea a puñetazo y patada limpia en un blanquísimo baño –con Cruise, Caville y un correoso especialista en artes marciales llamado Liang Yang-, a una energética persecución en autos y motos por las calles de París –con Cruise en la moto, but of course-, a una divertida corretiza (de Cruise, ¿quién más?) en las calles y techos de Londres con todo y salto keatoniano entre edificios, y hasta un delirante duelo entre dos helicópteros –uno de ellos manejado por Cruise- en los cielos de Cachemira.En el momento climático de siempre, cuando las bombas de plutonio están a punto de estallar, uno de los personajes le pregunta a otro si Cruise/Hunt podrá cumplir con su cometido y parar esos cachivaches. “Claro que sí, él sabrá cómo hacerlo”, le contesta, sin dudar un instante. Es comprensible la fe: Hunt no puede fallar. Ni, mucho menos, Cruise. Uno salva al mundo; el otro, nos entretiene cual niños en matiné. Para Cruise/Hunt, es lo mismo.

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