Mitos y realidad de la lactancia materna

Todos dicen que apoyan la lactancia materna. Pero muchos sólo la apoyan cuando ésta va bien… Tan pronto como la lactancia o algo en la vida de la nueva madre no es perfecto, demasiadas persona aconsejan el destete o los suplementos.

A continuación les mostramos muchos mitos que se usan de excusas para evitar la lactancia materna. ¡Derribemos mitos!

Mito: La leche artificial es mejor para tu bebé ya que tiene más vitaminas y nutrientes.

Realidad:  No hay ninguna evidencia de que una leche artificial sea mejor o peor que otra para un bebé normal. Los folletos o videos que acompañan las muestras son una manera sutil y no tan sutil de menospreciar la lactancia materna y glorificar la artificial.

Mito: La lactancia materna y la artificial son esencialmente lo mismo

Realidad: Muchos niños alimentados con biberón crecen sanos y seguros, y no todos los niños amamantados crecen sanos y seguros. Pero esto no quiere decir que los niños amamantados y los que toman biberón sean esencialmente los mismos. Algunos elementos de la leche materna no están en la leche artificial, a pesar de que sabemos de su importancia para el bebé durante varios años – por ejemplo, los anticuerpos y las células que protegen al bebé frente a infecciones, o la larga cadena de ácidos grasos poliinsaturados que propician un desarrollo óptimo de la visión y el cerebro.

Amamantar no es lo mismo que dar un biberón; es una relación completamente diferente. Un bebé no tiene que ser amamantado para crecer feliz, sano y seguro, pero es una ventaja.

Mito: No es necesario ponerse al bebé inmediatamente tras el parto porque estás muy cansada y a el bebé no está interesado

Realidad: No es necesario, pero ayuda mucho. Los bebés no siempre muestran interés en ser amamantados inmediatamente, pero esto no es un motivo para evitarles la oportunidad. Muchos bebés se colocan a la hora u dos horas siguientes tras el parto, y este es el tiempo que es más importante para empezar correctamente, pero no se puede hacer si se separan a los bebés de sus madres.

Mito: Debés parar la lactancia porque vos o tu bebé están enfermos, o porque tienes que tomar algún medicamento o necesitas pasar una prueba médica

Realidad: Existen raras ocasiones en que la lactancia materna no puede continuar, pero a menudo los profesionales de la salud sólo suponen que la madre no puede continuar, y a menudo se equivocan. El profesional de la salud que apoya a la lactancia materna, hará esfuerzos para evitar su interrupción (la información en los prospectos o los Vadevecum no son una buena referencia – todos los medicamentos están contraindicados según las compañías para evitarse problemas, en lugar de seguir los intereses de las madres y sus bebés).

Mito:  La leche materna no tiene valor tras 6 meses o más

Realidad: Muchos profesionales de la salud creen que los bebés deberían tomar leche artificial como mínimo hasta los nueve, o incluso hasta los doce meses, pero al mismo tiempo parecen creer que la leche materna es innecesaria e incluso dañina más allá de los seis meses. En muchas partes del mundo, amamantar hasta los 2 ó 3 años es común y normal. La leche materna es todavía leche, con grasa, proteínas, calorías, vitaminas y el resto, y los anticuerpos y otros elementos que protegen al bebé de infecciones, algunos incluso en mayores cantidades que cuando el bebé era más pequeño.

Mito: No debés permitir que el bebé se duerma al pecho

Realidad: ¿Por qué no? Está bien si el bebé puede dormirse sin ser amamantado, pero una de las ventajas de la lactancia es la facilidad de ponerlo a dormir cuando está cansado. Uno de los grandes placeres de la maternidad es tener el bebé dormido en tus brazos, sintiendo el calor que emite mientras se duerme. Es uno de los placeres de la lactancia materna para ambos, la mamá y probablemente también el bebé, cuando se duerme al pecho.

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