Moisés Mas, de caganer

Acaban de entrevistar en TV3 a Artur Mas para venerarlo y presentarlo nuevamente como el Moisés de Cecil B. DeMille con los Diez Mandamientos, pero por su lenguaje corporal, medroso por exageradamente fachendoso, se veía que le pedía auxilio a Mariano Rajoy porque teme que el Mar Rojo no se abra y se lo traguen las aguas de ERC.

Más que un Moisés iluminado para triunfar era un Moisés actuando de caganer, un exhibicionista obligado y figura esencial en la refinada cultura popular de la Navidad catalana: su intestino reacciona amedrentado, temiendo que Mariano Rajoy no le dé algo, nuevas atribuciones o mayor presupuesto.

Horas antes, Oriol Junqueras, el líder de la verdadera Liga Norte padana en España, Esquerra Republicana, sorprendía disponiéndose a cambiar las preguntas del referéndum independentista si Rajoy negociaba.

En el encantador encuentro televisivo, modelo entrevista de TVE al ministro Solís Ruíz, la sonrisa del régimen franquista, Mas llamaba a Dios pidiéndole el dichoso pacto.

Pero no se puede negociar sobre los artículos 1 y 2 de la Constitución, como no sea su reforma en un nuevo proceso constituyente.

El Artículo 1.2 dice que “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”.

El 2 señala que “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.

Aunque quisiera,Rajoy no podría hacer concesiones, por lo que Mas tiene que afrontar su reto, aunque parece que, acobardado por el silencio divino, teme ahogarse en el río Ebro: su bluff como profeta Moisés podría terminar como figura de caganer disfrazado de Moisés.

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SALAS