Revista Opinión

Mons. Berzosa responde al New Age

Por Beatriz
Mons. Berzosa responde al New Age
Cuando reclamo la autoridad doctrinal del obispo, me refiero a exposiciones como la de Mons. Berzosa sobre los errores del New Age.  ¿Tan difícil es señalar la verdad y el error para mostrar la brecha que hay entre una y el otro?
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Tomado de: Infocatolica.com
La mística carmelitana posee una clave que, “por sí sola, rompe con la pseudo-mística de la New Age: el nexo intrínseco entre la Trinidad y todos los demás misterios humanos”. Lo afirmó el obispo de Ciudad Rodrigo, monseñor Raúl Berzosa, en su intervención, el pasado 4 de septiembre, en el segundo congreso internacional teresiano, según informa la agencia Zenit.
“En el cristianismo, en la mística carmelitana, no se puede aplicar el término ‘autorrealización’, porque ni siquiera el hombre y la mujer más desarrollados en su existencia pueden alcanzar por sí mismos la plenitud. Todo es don y tarea, gracia y libertad”, afirmó. Monseñor Berzosa, autor del libro Nueva Era y Cristianismo. Entre el diálogo y la ruptura, indicó que “en el libro Camino de Perfección de Santa Teresa, podemos entresacar algunas claves o antídotos para salir al paso de los engaños místicos del New Age”.
Propuso un texto del capítulo 16 de la gran obra para rebatir el panteísmo de la New Age:
“¡Oh Señor! que todo el daño nos viene de no tener puestos los ojos en Vos, que si no mirásemos otra cosa sino al camino, presto llegaríamos; mas damos mil caídas y tropiezos y erramos el camino por no poner los ojos -como digo- en el verdadero camino”.
Y ante la pretensión de salvarse uno mismo, recogió un fragmento del capítulo 17 de Camino de Perfección:
 “Dejad hacer al Señor de la casa. Sabio es, poderoso es, entiende lo que os conviene y lo que le conviene a Él también”.
Para el obispo de Ciudad Rodrigo, no se pueden sostener las tesis repetidas en la New Age en el sentido de que el hombre y de la mujer de hoy ya llevan dentro todo su potencial. El prelado destacó que el término “mística” equivale a “búsqueda apasionada del Dios vivo, descubrimiento del Dios vivo, encuentro con el Dios vivo, abrazo con el Dios vivo, ya en este mundo y en esta nuestra humanidad”.
Y propuso también un texto de san Juan de la Cruz sobre la presencia de Dios en su creación:
“Dios en todas las personas mora secreto y encubierto en la misma sustancia de ellas, porque si esto no fuere, no podrían durar”, escribió el santo. El obispo continuó citándole: “Pero hay diferencia en este morar, y mucha: porque en unas mora solo y en otras no mora solo (trinitariamente); en unas mora con agrado y en otras con desagrado; en unas mora como en su casa, mandando y rigiendo todo y en otras mora como extraño en casa ajena, donde no le dejan mandar ni hacer nada…”.
“Unos tienen a Dios por gracia en sí solamente y otros por unión. Es tanta la diferencia como la que hay entre desposorio y matrimonio. Porque en el desposorio sólo hay una voluntad de ambas partes y regalos de joyas y ornatos, pero en el matrimonio hay también comunicación de personas y unión”, concluyó su cita del libro LLama de amor viva.
Monseñor Berzosa destacó que “sólo bajo la acción del Espíritu Santo el hombre se encontrará en profundidad consigo mismo y se realizará el proceso de verdadera maduración de la humanidad, de forma individual y comunitaria”. Y señaló que “en todo ello late un trasfondo clásico ascético-místico muy carmelitano: La afirmación de que la presencia de la Trinidad en nosotros es triple: por creación, por gracia, por unión”.
¿Religiones superadas?
El prelado detalló los rasgos espirituales y los elementos teológicos de la New Age y puso de relieve algunas de sus puntos divergentes con el cristianismo. Advirtió que la New Age “no va en contra de las religiones, trata de superarlas desde dentro”.
En este sentido, resumió el proceso:
“años 60, Cristo, sí; Iglesia, no.
Años 70: Dios, sí; Cristo, no.
Años 80: Religión, sí; Dios, no.
Años 90: Espiritualidad, sí; religión, no”.
En otras palabras, se refirió a los que han visto el “paso de una religiosidad confesional a otra de la experiencia, de una religiosidad institucionalizada a otra personalizada, de una religiosidad formal a otra más interiorizada”.
Y recogió las “cuatro mentiras o tentaciones” espirituales de la New Age, recogidas ya en Génesis 3,1-5 y cuya autoría sería el Tentador:
- Seréis como dioses (panteísmo),
- No moriréis nunca (reencarnación),
- Conoceréis el bien y el mal (relativismo y subjetivismo moral)
- Se abrirán los ojos (esoterismo iluminista).
“La fe cristiana no es una iniciación esotérica, ni un camino de iluminación de la conciencia –explicó-. Ni la salvación consiste en una experiencia de plenitud cósmica a través de un proceso de reencarnación”.
También señaló el gran alcance de esta espiritualidad y estilo de vida, llegando a afirmar que la New Age es como el “alma o espíritu de la globalización económica neoliberal”.
“Si hace unas décadas (1960-1970) se hablaba de transformación social, compromiso social, cambio de estructuras (Marxismo)…hoy se habla de conciencia superior, de buenas vibraciones, de calidad de vida, de armonía profunda, de meditación transcendental, de energía y buen rollo positivo, de actuar en planetario, de nuevo orden mundial y globalización…”
Respecto al perfil de personas más influidas por este nuevo paradigma, destacó:
“Arraiga entre gente del primer mundo, de clase media-alta, entre 25-50 años (que tienen el estómago lleno pero la cabeza y el corazón vacíos; y que son los grandes ausentes de nuestras comunidades cristianas)”
Sin embargo, el obispo Berzosa afirmó que “la moda de la New Age se esfumará pero las preguntas planteadas por ella permanecerán”, “preguntas que el cristianismo ha sabido y sabrá responder desde el misterio profundo e integral de Jesucristo”.

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