Revista Cultura y Ocio
"-Deja que las niñas jueguen -le dijo Raquel.
Su hija había escalado un pequeño montínulo hundiendo las manos en la nieve. Las huellas de su ascenso se habían convertido en diminutos agujeros negros. Una vez arriba, intentaba ponerse en pie sin perder el equilibrio. Extendía sus brazos en cruz, inestable. Amenazaba con caer al suelo en cualquier momento y bajar rodando por la nieve. Se reía.
Se reía como si fuera víctima de un ataque de cosquillas."
Hay libros que, de repente, aparecen en todas las mesas de las librerías, y te acabas fijando. El que hoy traigo es uno. Además tiene un diseño que me resultó llamativo, por eso aproveché a llevármelo de vacaciones, parecía una novela que se prestaba a ello, ágil. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Monteperdido.
Monteperdido es un pueblo de los Pirineos situado entre montañas que parece casi una pequeña reserva enclaustrada en el mundo a salvo de todo lo externo. Allí desaparecen Lucía y Ana, dos niñas de 11 años,conmocionando a todos los vecinos. Cuando cinco años después Ana aparece en un coche accidentado en el que el conductor muere, el pueblo vuelve a verse sacudido por las circunstancias: sigue faltando Lucía. Y allí llegan Sara Campos y Santiago Baín, que junto al cabo local Víctor, comenzarán una investigación intentando desvelar el paradero de la niña que falta y atrapar al culpable de tan atroz secuestro.
La primera novela de Agustín Martínez parte de un argumento francamente llamativo. El secuestro de dos niñas y la posterior aparición de una junto a un hombre que muere en el accidente que provoca su encuentro. Una niña, Ana, que parece no recordar tanto como les gustaría a los investigadores, o que tal vez haya bloqueado algún recuerdo. La intriga está servida, hay que desvelar quién es el malo, si pertenece al pueblo y además intentar encontrar viva a Lucía, su compañera de cautiverio. Al moverse en un entorno tan reducido, pronto salen todas esas rencillas y problemas que acontecen en este tipo de pueblos. Además, el autor se ocupa de dar mucha fuerza a los padres de las niñas y a los sentimientos encontrados que provoca la alegría del regreso de una de ellas. De hecho, a medida que iba leyendo reacciones, me parecía que esa parte del libro estaba trabajadísima otorgando un realismo por encima de cualquier convencionalismo habitual a la hora de caracterizar a un personaje.
Tenemos por otro lado a los investigadores, Agustín y Sara, extraños en un lugar en el que todos se conocen. Con las ventajas y desventajas que esa afirmación tiene: miradas limpias de quien proviene de fuera frente a la suspicacia de quien no tiene interés en que vengan a su pueblo. Investigadores además con carácter propio, con sus miedos y fantasmas rondándoles que verán en el cabo local la posibilidad de un enlace con los habitantes del lugar.
Y luego están los vecinos, que irán ganando o perdiendo importancia pero que componen un variado elenco de acompañantes que finalizan de dar vida a la novela.
Más allá de los personajes, está la trama, francamente cuidada hasta el detalle y bien urdida. El autor se preocupa de que no haya momentos estáticos y, si bien en la parte media el libro se ralentiza bastante, lo compensa con un final realmente llamativo que llega como una tromba sorprendiendo al lector y colocando cada cosa en su sitio sin dar tiempo a pestañear antes de que se acabe el libro. Como una tormenta de verano que empieza de golpe y finaliza igualmente.
Monteperdido es una novela que funciona. Partiendo de un argumento atractivo y con unos personajes centrales sólidos que consiguen despertar filias y fobias en el lector, la novela no sólo es capaz de recuperarse de esa meseta en su zona intermedia, sino que lo hace con un final francamente sorprendente. Una primera novela muy trabajada del guionista de Crematorio que cumple perfectamente su función.
Y vosotros, ¿qué libro es ese que os atrae a la vista ahora mismo de las mesas libreras?
Gracias