La que domina con su presencia. Esa, la que te obliga a recorrerla hacia el cielo, pues allí se recorta su impresionante castillo. La que se deja cercar por unas murallas medievales que nos piden que las traspasemos para descubrir y escuchar lo que nos quieren contar. Mole imponente que nos hace imaginar que fue inexpugnable. Cuento medieval con sus 16 torres y seis puertas. Carácter serrano y tranquilo roto por su inevitable posición estratégica.
Sí. De esos enclaves que nos gustan recorrer pensando que fueron casi inexpugnables.
Llegamos a ella a través de un paisaje montañoso porque, vengamos desde donde vengamos, Morella se encuentra rodeada por esos puertos de montaña blancos que la obligan durante el invierno a sentirse casi aislada. Naturaleza sosegada regada por el río Bergantes que ha ido creando parajes de espectacular belleza a más de mil metros de altitud y de intenso sabor histórico.
Las pinturas rupestres que podemos visitar en Palanques ya nos indican que existió una temprana ocupación de estas tierras castellonenses hasta edificarse una Morella monumental que ocupó un lugar en la Historia.
Fue Blasco de Aragón quien obtuvo este emplazamiento para los cristianos a mediados del siglo XIII. Y de aquella época, y para mostrar gratitud, se construyó la basílica de Santa María
la Mayor. Ya veremos en nuestro paseo que es uno de los monumentos más emblemáticos de la villa.
Pero sin lugar a duda lo primero que nos llama la atención desde la misma carretera es el castillo y la muralla serpenteando por la montaña. Una fortaleza que perteneció al emir Almutadir y que fue conquistada por el Cid en el siglo XI. Fue Blasco de Alagón quien arrebató Morella a los musulmanes aunque Jaime I se la reclamara por considerarla una plaza fundamental para defensa de su reino negándose a que se especulara con ella.
Nos imaginamos que fue plaza inexpugnable. Y casi. Porque tan solo fue conquistada por la fuerza en dos ocasiones: durante la Reconquista y las guerras carlistas. Fue el general Cabrera, aquel al que apodaron el ‘tigre del Maestrazgo’ el que, con una maniobra, entró en el castillo por las letrinas exteriores que se encontraban a las afueras de las murallas. Sorprendió a la guarnición que defendía el castillo. Y allí supo resistir el asedio de las tropas liberales. Hechos que dieron lugar a algunas leyendas que se entremezclaban con la realidad.
Como la del ‘Groc del Forcall’, un personaje que fue cabecilla de las tropas carlistas. Y tan popular que recibió el apoyo y la protección de los habitantes del Maestrazgo castellonense y turolense. Cuentan que fueron muchas las proezas de este hombre y su lucha contra los liberales. Sus fechorías se convirtieron en un corretear de viva voz entre los habitantes de estas tierras. Así que, Morella, también es tierra legendaria.
Murallas, torres y seis puertas dan paso a una villa en la que se respira ambiente medieval por todos sus rincones.
Entramos por el portal de San Miguel porque desde ella vamos a subir a un pequeño tramo de muralla para poder contemplar las vistas al valle y también la opción de visitar el museo de los Dinosaurios, uno de los más interesantes de Castellón.
Y desde ella seguimos ascendiendo hacia el rincón más animado: Blasco de Alagón. Una calle donde la porticada va protegiendo pequeñas tiendas de artesanía, charcuterías, rústicos restaurantes, un hotel en un palacete.
Así que estas extensas murallas encierran intricadas calles que se entrecruzan, terminan en plazas porticadas y rodeadas de casas blasonadas o de piedra y madera. Calles, muchas de ellas, en ligera pendiente que salvamos subiendo poco a poco los escalones que nos acercan a la zona más alta de Morella. En la última plaza nos encontramos con la basílica de Santa María La Mayor. Un poco más alejado, el castillo.
La iglesia es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Una construcción gótica con muchas peculiaridades. En su fachada principal existen dos puertas: Apóstoles y Vírgenes y un gran rosetón. En su interior nos llama la atención sobre todo la escalera de caracol que sube hasta el coro.
Retomamos la calle para llegar hasta el castillo. Y llegamos a lo más alto de la villa. De su fortaleza medieval veremos restos en la parte más elevada donde se conserva la entrada y algún torreón.
Estos muros que vieron pasar al Cid, Jaime I y a los carlistas también acogieron al Papa Luna, Fernando I y fray Vicente Ferrer cuando se reunieron para tratar el Cisma de Occidente.
Morella fue declarada como Conjunto Histórico-Artístico y como uno de los pueblos más bonitos de España.
Esta comarca es una interesante puerta de entrada para conocer el Maestrazgo, tanto de Castellón como de Teruel; la bellísima Matarranya, el Camino del Cid y el Camino de Santiago.
Así que… ¿seguimos haciendo caminos?
Rincones cercanos a Morella
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