Mortensaften en Dinamarca

¡Muy buenas! Soy Michelle, la autora del blog sobre Dinamarca Velas y vikingos, en el que podréis conocer interesantes aspectos sobre su cultura, lugares para visitar, opciones de ocio y entrevistas. Me estreno hoy en delikatissen con un artículo sobre una tradición otoñal de noviembre, Mortensaften.

Martin, y su versión danesa Morten, son dos de los nombres más populares en Dinamarca. Y en el calendario tienen reservada hasta una cena en familia. Cada 10 de noviembre, los daneses se reúnen en torno a la mesa para celebrar Mortensaften (la cena de Martin) en honor a San Martín de Tours.

El homenajeado fue un soldado que en el siglo IV d.C. desertó del ejército romano para vivir su fe cristiana, y llegó a convertirse en patrono de Francia.

Cuenta la leyenda que le quisieron hacer obispo y que él, nada contento con este nombramiento, se escondió entre una bandada de gansos.

El estruendo de las aves destapó su escondite y le nombraron obispo a su pesar. Por eso, como revancha pidió a los lugareños que cada 10 de noviembre sacrificaran a un ganso para comérselo.

Siglos después es una tradición que no ha caído en desuso, pero los daneses sustituyen el ganso por un pato asado; algunos lo comparan con la cena norteamericana de Acción de Gracias o lo ven como el ensayo para Nochebuena, cita en la que también comen pato.

Es una estupenda ocasión para reunirse con la familia y degustar el pato asado acompañado de manzana y ciruelas con patatas caramelizadas, col roja y salsa casera. Y antes de empezar a hincarle el diente a las viandas y brindar con vino tinto, se desean mutuamente Velbekomme (¡Qué aproveche!).

No nos olvidemos que en Dinamarca se cuida mucho la estética, por eso las mesas se decoran con muy buen gusto recurriendo a motivos otoñales, a textiles mullidos y a la calidez de las velas y las guirnaldas.

Tras la cena llega el ratito de charla con un café o bebida caliente en la mano, acompañado de algún chocolate. Es una experiencia llena de hygge o de esa sensación de bienestar y de disfrute de las pequeñas cosas que tanto les gusta a los daneses. ¿Os han entrado ganas de preparar una velada otoñal? ¡Os leo en comentarios!