Motivos para No Hacer una Ronda Interminable de Regalos

Cada vez es más frecuente que las parejas que se casan, además de los habituales detalles para todos los asistentes a la boda, preparen una interminable lista de regalos añadidos para ciertos invitados. Para muchos invitados, de hecho.

Estos obsequios se entregan durante la recepción, entre platos o a los postres, en muchos casos acompañados de música y unas palabras que pronuncian los novios... y eso supone tiempo... y paciencia por parte del resto de los invitados y del personal que presta su servicio en la boda.

Aunque respeto las opiniones de todas las parejas de novios, faltaría más, por experiencia como wedding planner y por criterio personal, no soy nada partidaria de este afán regalador que se está imponiendo en muchas bodas. Por esto en este post quiero compartir contigo los motivos para no hacer una ronda interminable de regalos y algunas alternativas interesantes. No te lo pierdas...

Motivos

Los protagonistas sois tú y tu pareja, por lo que no tiene demasiado sentido hacerles regalos en público a los padres, a los hermanos, a los abuelos, a los cuñados, a los amigos, a las embarazadas, a los bebés, a los próximos que se vayan a casar... Cuando celebras tu cumpleaños, agasajas a los invitados con aperitivos, platos y bebidas deliciosos, con una rica tarta, con una casa limpia y ordenada... pero a quien le hacen los regalos es a ti. Pues en la boda, debería ocurrir lo mismo.

No es algo necesario. Estas rondas interminables de regalos son una moda, una imposición artificial; no es algo realmente imprescindible. Si lo analizas, no hay ninguna razón objetiva (ni emocional) para hacer regalos a tantas personas en la celebración de vuestro matrimonio. En un principio se comenzó regalando algo a los padres, por una parte porque era una forma de agradecerles su participación (de forma monetaria, organizativa o emocional) y por la otra porque era una forma de incluir a los padres que no habían actuado como padrinos... pero se nos ha terminado yendo de las manos a todos. Al fin y al cabo, en la mayoría de las bodas se entregan unos detalles a todos los invitados, como recuerdo y forma de agradecer su presencia en un día tan especial, por lo que no es imprescindible obsequiar nada más. El consumo responsable es siempre aconsejable, también cuando se trata en la boda. 

Supone un gasto extra que sumar al presupuesto final de la boda. Aunque busques regalos de bajo coste, supone un pellizco añadido al presupuesto, que puede emplearse en otra partida, o ahorrarse. Por otra parte, si los obsequios son excesivamente económicos, corres el riesgo de quedar peor que si no hubieses regalado nada, o que esos presentes acaben en la basura o arrinconados en un cajón... con el tiempo y esfuerzo que habrás dedicado a su elección.

Implica un tiempo y un esfuerzo añadido a la organización de la boda. Tendrás que hacer la lista de invitados, elegir el lugar en el que celebrar la ceremonia y la recepción, el menú, las invitaciones, la decoración, las flores, la música, las personas que participarán en la ceremonia, los detalles para los invitados, el coche nupcial y sus arreglos, preparar el seating... ¿Realmente quieres complicarte más la vida eligiendo regalos para los bebés de los invitados o para los cuñados? Soy testigo de la cantidad de tiempo y estrés que pasan las parejas de novio escogiendo estos obsequios, y creo que se puede evitar. ¿No será mejor que ese tiempo y ese dinero lo dediques para comer o cenar con personas realmente importantes para ambos, o incluso para vosotros dos solos? ¿O que los dos hagáis una estupenda escapada de fin de semana preboda? 

El banquete se alarga demasiado. Si vais a regalar en público a un par de personas, con discurso y música incluidos, no supondrá más de 5 minutos, algo perfectamente normal. Si la lista de regalados es interminable, la recepción puede extenderse a más de 1 hora, lo que es realmente inconveniente en cualquier boda.

Desarmará el timing irremediablemente. Cualquier boda tiene un programa que debería seguirse lo más fielmente posible. Si los regalos se entregan entre platos, la dinámica de la cocina se verá afectada, por lo que la comida se puede terminar sirviendo pasada o reseca por la espera. Si se dan a final de la recepción antes de los postres o tras el corte de la tarta, se pospondrá el servicio del café y por tanto la fiesta, la animación, la actuación del DJ... Imagina que el disc jockey tiene que acudir a otro evento tras el baile y su intervención se retrasa 1 hora por una entrega de regalos inesperada (e innecesaria), probablemente esté tan enfadado y preocupado que no trabajará al 100% en tu boda.

Los invitados se aburrirán. Si la ronda de regalos se extiende demasiado en el tiempo, los asistentes se acabarán aburriendo, porque estarán deseando levantarse de la mesa y comenzar la fiesta.

Los invitados que no reciban regalos se sentirán ninguneados. Si únicamente se regala a unas poquísimas personas escogidas, a nadie le importará no recibir regalos especiales, Si se entregan obsequios para una tercera parte de los asistentes, los que no los obtengan se sentirán despreciados. Ojo con ello. 

Se genera un obligación para las siguientes parejas que se casen. Si en tu boda hay una ronda infinita de regalos, muchos de los novios que se vayan a casar después, se sentirán en la obligación de hacerlo también, sobre todo si hay invitados comunes. Y no todas las parejas están en disposición de hacerlo, o realmente no les apetece.

Alternativas

Escoge a las personas a las que vayas a regalar algo con motivo de tu boda con el corazón, no por imposiciones creadas de forma artificial. Si realmente te apetece entregarle un obsequio a alguien, adelante, no te quedes con las ganas; pero que no sea por seguir una moda. Si la necesidad de tener un detalle especial te sale del alma, créeme, no te costará trabajo escoger el regalo... ni pagarlo.

Entrégales los regalos en privado antes de la boda. Si quieres obsequiar a alguien especial por tu boda, mi consejo es que lo hagas en la intimidad. Puedes aprovechar un desayuno, merienda o comida previa a la boda. Y no te olvides nunca de acompañar el regalo con unas palabras, escritas o pronunciadas en persona, en la que le expliques porqué quieres tener ese detalle con ella. No olvides que lo importante no es lo que regalas, sino el motivo por el que lo haces.

Deja los regalos en los lugares en los que se vayan a sentar acompañados de una bonita nota. Si quieres que la entrega sea algo más pública, puedes ser dejar encima de su plato o su silla el paquete con el presente.

Y si quieres regalar a muchas personas, hazlo con todos los asistentes e invéntate alguna forma divertida de entregar los obsequios: un concurso en el que ganen todos, un juego de participación, un bingo... 

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La primera vez que apareció el post Motivos para No Hacer una Ronda Interminable de Regalos fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?

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